“Vas a arder en el infierno”. Seis palabras que contienen mucho más de lo que dicen. Las escribió la mamá de Enzo Joaquín Ruffo, el nene de 8 años que fue asesinado en Lomas de Zamora por su padre. Las dejó a la vista de todos en el muro de una de las redes sociales del papá del chico, donde abundan las fotos con el niño fallecido.
Alejandro Ruffo está acusado de haber matado al chiquito porque su mujer lo iba a abandonar. Mientras, de 52 años, permanece detenido e internado en el hospital Gandulfo, luego de que quisiera quitarse la vida con un tajo de 10 centímetros en el abdomen tras haber asfixiado a su hijo.
En ese contexto; la mamá de Enzo Joaquín desplegó todo su dolor, impotencia y bronca en el único lugar que pudo. No le puede decir a la cara lo que piensa porque el homicida sigue en terapia intensiva.
“Asesino, me sacaste la vida por creer que sos un ser superior. Tenías que ser hombre, irte después de tanto maltrato verbal y violencia verbal. Te vas a pudrir en la cárcel, te lo juro por Joaco que, en esto, no tenía nada que ver. Enfermo, vos todo y todo tu séquito“, fue otro de los mensajes que la mujer realizó al día siguiente del crimen de su pequeño en el muro de Instagram del padre de su hijo.
Hay que recordar también que se sospecha que Ruffo habría matado su hijo porque su mujer se quería separar de él, lo que configuraría, de probarse, un femicidio vinculado. Justamente, el mismo día del crimen, ella iba a abandonarlo.
“El matrimonio venía con problemas de pareja y la señora se quería separar. No hay nada que indique que el sospechoso era psiquiátrico”, habían comentado fuentes del caso para desmentir la idea de que el acusado tenía problemas de salud mental y estuviera en tratamiento.
Por lo pronto, el detalle de la autopsia al cuerpo del niño que llegó a manos de la fiscal Fabiola Juanatey la semana pasada y arrojó: “Asfixia por compresión extrínseca de cuello”. Eso fue lo que determinaron los forenses que analizaron el cuerpo del niño en la morgue.
Por lo pronto, no bien el acusado del homicidio agravado por el vínculo (filicidio) se recupere será indagado por la fiscal, para quien las pericias psiquiátricas serán clave para determinar si comprendía la criminalidad de sus actos.
El drama se descubrió el pasado 5 de agosto en que la mamá del niño tenía pensado dejar la casa familiar tras su jornada laboral.
Temprano por la mañana, la mujer se fue a trabajar a Capital, dejando a Ruffo con el pequeño en la casa que compartían en Díaz Vélez al 100, en el cruce con Loria, en la zona Sur del Conurbano. Las cosas no estaban nada bien en la pareja.
Por eso la desesperación de la mujer cuando no se pudo comunicar con Ruffo. Así, llamó al 911. Cuando los policías de la Bonaerense ingresaron a la casa familiar se encontraron con el horror: el hombre ensangrentado en el living tras un intento de suicidio; y el niño, fallecido sobre la cama matrimonial.
Los médicos del SAME provincia constataron que el chico estaba muerto. Luego se conoció que lo asfixió hasta matarlo.
En tanto, el padre del menor y presunto homicida fue traslado al Hospital Gandulfo, donde fue intervenido quirúrgicamente, ya que ingresó a ese centro de salud de Lomas de Zamora con “múltiples heridas cortantes en cuello, ambas muñecas y abdomen”, detallaron las fuentes médicas consultas.
Y agregaron que, a nivel abdominal, “presentaba una lesión de 10 centímetros en el blanco izquierdo, además tenía una lesión en una región del páncreas, por lo que se le realizó una pancretectomía distal con conservación esplénica”.
Luego de la intervención lo trasladaron a la unidad de cuidados intensivos con custodia policial, donde permanece internado desde entonces.
Según los registros oficiales, el ahora detenido trabaja en un colegio privado y bilingüe de la zona de Banfield Este y, previamente, había sido empleado de la Municipalidad de Lomas de Zamora y de una de las firmas productoras de acero más importantes, que a su vez ofrece servicios mundiales de ingeniería, entre otros.