
Estándares internacionales
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una entidad internacional que trabaja con gobiernos para establecer estándares internacionales utilizando datos empíricos y buenas prácticas. Los países que la integran son mayormente países del primer mundo que mantienen un porcentaje de inversión en I+D en torno al 2,7% del PBI.
Mínimo histórico
Si se observa a Latinoamérica, la historia es un poco distinta y existen algunas turbulencias donde Argentina desgraciadamente se está llevando la peor parte. Según datos consignados por el Banco Mundial, México invierte el 0.27% de su PBI en I+D mientras que Brasil destina el 0.15%.
Argentina tuvo un crecimiento sostenido en la inversión en ciencia y tecnología entre los años 2002 y 2011, último año donde llegó a invertir en I+D el 0,61 por ciento de su PBI. Durante el gobierno de Mauricio Macri cayó al 0,26% volviendo a los niveles de 2008. Durante el gobierno de Alberto Fernández alcanzó el 0,5 %. Para lo que va del año la inversión en ciencia y tecnología que lleva a cabo el gobierno libertario ronda en torno al 0.15 %, un mínimo histórico nunca visto. Con tan baja inversión es muy difícil promover políticas que estimulen la especialización inteligente que el país necesita.
Antes de la llegada de Milei, buena parte de inversión en ciencia y tecnología se destinaba al Conicet organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología que está sufriendo un intenso ahogo financiero que impide su normal desenvolvimiento. A su vez, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i) que es la encargada de gestionar los fondos se encuentra desfinanciada.
El Gobierno nacional tampoco cumple con cumple Ley 27.614 de financiamiento del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación que fue sancionada por el Congreso en el 2021 por unanimidad. En ella se establece que se debe ejecutar un aumento progresivo del presupuesto nacional destinado a ciencia y tecnología con la intención de alcanzar el 1% del PBI en 2032. Hasta el momento, el camino emprendido por Milei y sus funcionarios responsables del área es exactamente el inverso a lo que establece ley. Entre la comunidad científica no cabe duda, se vive un escenario inédito en el que la máxima dirigencia de un país está atentando deliberadamente y sistemática contra su propio sistema de ciencia y tecnología, lo que se dio en llamar cientificidio.
Jorge Sábato fue un físico que se especializó en el campo de la metalurgia y es considerado un exponente indiscutible del desarrollo científico nuclear. Desarrolló gran parte de su carrera en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA); gozaba de un permanente buen humor y abordaba las cuestiones de política científica de manera desprejuiciada. Aun así, en los momentos más sombríos del país se permitió señalar que en Argentina “toma 15 años crear una institución de investigación de nivel mundial, pero sólo dos años destruirla”. No está de más recordarlo.