Llegó agosto y con él, la ansiedad, el cansancio y el estrés ya forman parte de la rutina, pero una empresa argentina busca cambiar las reglas del juego para mejorar la calidad de vida de las personas. Boss Recovery nació en 2021 con la misión de llevar las tecnologías que usan los deportistas de alto rendimiento al día a día de cualquier persona. Desde botas de presoterapia y bañeras de crioterapia hasta dispositivos de calor infrarrojo con vibración, la marca se posiciona como un nuevo actor del Wellness Tech de Argentina. En apenas cuatro años ya superó los 15.000 clientes, cerró una alianza con River Plate, planea desembarcar en tres países y proyecta facturar 12 millones de dólares en 2025.
“La idea de crear Boss surgió del objetivo de acercar soluciones de bienestar a las personas reales, que viven bajo presión todos los días, sin importar si hacen deporte o no”, cuenta Tomás Michael, socio y COO de la empresa, en diálogo exclusivo con iProfesional.
La compañía no apunta solamente a quienes buscan mejorar marcas atléticas, sino también a quienes necesitan reconectar con su cuerpo, reducir el estrés y mejorar su descanso. “No hace falta jugar una final ni correr una maratón para sentirse agotado. Con diez horas de oficina o una rutina exigente, cualquier persona necesita recuperar energía“, resume. Esa es la filosofía que guía todo el negocio de Boss.
La empresa fue fundada por Michael junto a Francisco Bartoli, y comenzó con una inversión inicial cercana a los u$s100.000, destinada a lanzar las primeras Cryoboots Air: botas de compresión para recuperación muscular que funcionan sin cables, pueden usarse con frío y en cualquier entorno. El producto se convirtió rápidamente en uno de los más vendidos de la marca —hoy cuesta $1.500.000— y, según Michael, representa una excelente inversión para quienes priorizan su bienestar y rendimiento.
Como en muchos proyectos, los primeros clientes fueron amigos y familiares, pero rápidamente la propuesta se expandió hasta llegar al ecosistema deportivo profesional.
“Apuntamos siempre a los mejores. Nuestro vínculo con el deporte es real, porque admiramos a estos atletas. Pero muchos llegaron de forma orgánica. Usan el producto, les sirve, lo recomiendan”, explica Michael. Hoy, la lista de usuarios incluye a Lisandro Martínez, Enzo Fernández, Francisco Cerúndolo, Cuti Romero y Poroto Cambiaso, entre otros deportistas de elite.
Boss Recovery tiene una línea de 12 productos y planea cinco lanzamientos más antes de fin de año. Los precios van desde los $139.000 para los dispositivos de electroestimulación hasta los $3.500.000 para las bañeras de inmersión utilizadas en crioterapia, con un ticket promedio de compra cercano a los $650.000.
Las ventas se concentran 100% en el canal online, aunque la empresa está evaluando abrir su primer local físico y lanzar un modelo de franquicias wellness. “Queremos que la gente pueda vivir la experiencia completa. Pensamos en un espacio de 40 minutos donde puedas parar, usar nuestros dispositivos, relajarte y volver a tu rutina con otra energía”, cuenta el COO.

El diferencial de Boss no es solo tecnológico, también es cultural. No se presenta como una marca de fitness, sino como una empresa que busca instalar la recuperación como parte de la vida cotidiana.
“Hay un cambio de mentalidad. Cada vez más personas entienden que parar no es un lujo, sino una necesidad. Sentirse bien no debería depender de una lesión o de ir al kinesiólogo”, afirma Michael.
De River Plate a los hogares, hoteles, oficinas y coworkings
Boss Recovery produce sus productos en Estados Unidos y China, y trabaja con un equipo local de I+D que monitorea lo que ocurre en los mercados más avanzados del wellness tech. Este mes lanzarán dos dispositivos nuevos: Boss Heat y Boss Revive, ambos con tecnología de calor infrarrojo y vibración localizada para aliviar molestias musculares comunes. “Detectamos que muchas personas tienen tensiones en la zona lumbar, los hombros o las rodillas. Estos productos están diseñados para dar alivio real, sin complicaciones y desde el primer uso”, detalla Michael.
La operación de la empresa ya emplea a unas 20 personas, entre roles directos e indirectos, y su crecimiento mensual sostenido permite proyectar ventas de más de 2.000 unidades por mes en 2025, lo que equivale a más de tres contenedores de productos importados desde Estados Unidos y China. “Hoy tranquilamente podemos multiplicar por 20 nuestras ventas y no vamos a tener limitante en producción, estamos lejos del tope”, asegura.

Si bien la demanda local continúa en aumento, el próximo gran paso será la internacionalización. “Estamos negociando con socios estratégicos en Perú, Brasil y Estados Unidos. No buscamos solo distribuidores: buscamos aliados que compartan nuestra visión y que entiendan que el bienestar es un tema estructural, no una moda”, explica el ejecutivo.