pudo ser más auspicioso, con un lleno total en la sala de la Avenida Libertad y el cartelito de “localidades agotadas” colgado con días de antelación.
En un año que la tuvo en lo más alto de la exposición pública, con gran proyección internacional, con su desembarco en Las Vegas y la obtención del Martín Fierro Latino, Fátima concentró todas sus energías sobre el escenario de la villa y el público respondió conectado, siguiendo el hilo de cada una de las historias que brotaban del escenario.
Así, la artista pasó por diferentes géneros y estilos musicales, con caracterizaciones de Valeria Lynch a Michael Jackson, de Soledad Pastorutti a Liza Minelli y de Shakira a Taylor Swift, además de sus emblemáticas imitaciones, entre las que se destacaron las de las dos grandes divas de la televisión local: Mirtha Legrand y Susana Giménez.

La artista multipremiada, conocida por su versatilidad y sus impecables imitaciones, regresó con un show renovado que prometía dar que hablar. En esa oportunidad, Fátima se unió a Polino, con quien compartió una dinámica de ida y vuelta, jugó con humor y realizó gags que abordaron actualidad y personajes del momento, lo que generó constantes risas y un clima de complicidad con el público.
Uno de los momentos más esperados del espectáculo fueron las escenas del camarín, donde Fátima imitó a varias figuras del espectáculo, como Mirtha Legrand, Carmen Barbieri, Moria Casán, Yanina Latorre y Marixa Balli. Estas imitaciones, cargadas de humor y acidez, hicieron reír al público.
El personaje de Susana Giménez también ocupó un lugar especial en el show, que en ese segmento se vistió de dueto, ya que cobró protagonismo el rol de Polino y hasta se animaron a romper la cuarta pared, con sorteos entre el público, que con su sorpresa formó parte del show.
El otro atractivo lo aportó el conjunto Pampas Bravas, que desplegó su energía y destreza con cuadros de malambo, boleadoras y bailes típicos, todo acompañado de una banda en vivo que le dio un plus al concepto general.