En enero de 2026, San Miguel de Tucumán dirá adiós a las bolsas plásticas. La nueva ordenanza municipal prohíbe su uso en supermercados y comercios, obligando a utilizar alternativas sustentables como papel reciclado o bolsas reutilizables. La norma fue aprobada en 2023, pero tendrá vigencia recién a partir del 1° de enero, tras un plazo de adaptación pedido por empresarios. El objetivo: reducir la contaminación generada por envases de polietileno y polipropileno.
Desde la Municipalidad, la secretaria de Ambiente, Julieta Migliavacca, confirmó que ya se iniciaron campañas de concientización para preparar a comerciantes y vecinos. Sin embargo, aún no se definió quién controlará el cumplimiento.
Impacto en la industria
El sector del plástico advierte una crisis. Según Roberto Fernández, del gremio del sector, muchas fábricas trabajan hoy al 20% de su capacidad, y la producción de bolsas representa hasta el 65% de sus ingresos. Varias plantas, asegura, están al borde del cierre.
“El problema no es el plástico, sino el uso irresponsable y la falta de reciclaje”, señaló el dirigente. También pidió más tiempo y apoyo estatal para reconvertirse hacia productos biodegradables, aunque advirtió que los costos son altos y la demanda es baja.
La Municipalidad busca también que el cambio sea profundo y duradero. “No se trata solo de reemplazar una bolsa, sino de reducir envases y modificar hábitos de consumo”, dijo Migliavacca.
Con la cuenta regresiva en marcha, la capital tucumana se enfrenta al desafío de avanzar hacia un modelo más verde sin dejar atrás a los trabajadores ni a las pequeñas industrias.