Pilar Policano será la protagonista del segundo tramo del Festival Konex de Música Clásica, que continúa este miércoles a las 19 en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA, con entrada libre y gratuita. Junto al Ensamble Estación Buenos Aires que dirige Rafael Gíntoli, la joven violinista argentina, actualmente radicada en Viena, ofrecerá un programa con obras de Bach, Mozart, Beethoven y Mendelssohn. Un repertorio emblemático de la música germánica para un encuentro emblemático como el Festival Konex, que en su 10º edición está dedicado a “Grandes maestros alemanes”. Un homenaje al 35° aniversario de la Reunificación alemana y al 200° aniversario de la Inmigración alemana a la Argentina, con el apoyo de la Embaja de de Alemania en Argentina. “Un programa que es un gran desafío, no sólo por las exigencias técnicas, sino también por la variedad de estilos que se conjugan”, asegura Policano

La Romanza para violín y orquesta nº2 en Fa mayor Op. 50, de Beethoven; El juvenil Concierto para violín y cuerdas en Re menor, de Mendelssohn; el “Rondó” de la Serenata para orquesta en Re mayor K 250, de Mozart –con las cadencias elaboradas por Fritz Kreisler– y un momento de la Sonata para violín y piano nº 9 en La mayor Op. 47 “Kreutzer”, de Beethoven –en la versión para violín y quinteto de cuerdas de Richard Tognetti, articulan parte del repertorio que Policano abordará junto al Ensamble Estación Buenos Aires, que además de Gíntoli como primer violín y director contará con la participación de Gabriela Olcese como segundo violín, Ricardo Bugallo en viola, Siro Bellisomi en violoncello y Julián Medina en contrabajo.

Con 17 años, Policano es una de las violinistas más asombrosas de la actualidad. Aquella promesa que a los seis años sorprendía en la Orquesta Escuela de Lanús –donde su madre, Laura Minniti, era directora– y que poco después bajo la guía sabia y prudente de Rafael Gíntoli pegaba el gran salto, hoy es una realidad concreta: una artista curiosa y lanzada, que entre las exigencias de la formación y el rigor de un ámbito naturalmente competitivo no pierde la alegría de hacer música. “Poder volver a tocar en Argentina es una alegría, es súper especial y súper lindo tocar acá y con los maestros de acá. Tengo la fortuna de que el público argentino siempre me espera con mucho entusiasmo y poder compartir lo que traigo en un festival como el del Konex es una gran honor”, dice la violinista.

Policano debutó en el Teatro Colón junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires a los 14 años. Fue un momento significativo, determinante para un impulso que se multiplicó por distintas orquestas argentinas y más tarde en Europa, con una solista en constante crecimiento, que deslumbra siempre con su particular combinación de candidez e inteligencia musical. Luego estudió con Itzhak Perlman y Li Lin en el Perlman Music Program Summer School, obtuvo el Premio Arthur-Waser 2025 en el quinto Concurso Internacional Yankelevitch, se impuso en la categoría Junior del Concurso Internacional de San Petersburgo y en el Nouvelles Étoiles París 2022, entre otros reconocimientos a su talento. Cuando llegó el momento de buscar nuevos horizontes para contener sus ambiciones de crecimiento musical y profesional, apareció la oportunidad de continuar sus estudios en la Universidad de Artes y Música de Graz, en Austria, con Boris Kuschnir, maestro de escuela soviética y en la actualidad uno de los más importantes de Europa. La Beca Grüneisen del Mozarteum Argentino –institución que desde siempre apoyó su desarrollo– ayudó a la familia a tomar la trascendental decisión de radicarse en Viena.

“Viena tiene una vida musical muy viva”, dice Policano que en su rutina combina el arduo trabajo sobre el instrumento con momentos de entretenimiento creativo. “Además de las tareas del colegio tengo mis clases de teoría musical, de historia. En mis ratos libres me encanta leer, o salir con mis amigos y mi hermano, o ir a conciertos, que en una ciudad como esta son siempre interesantes”, cuenta la violinista. “Obviamente que el violín me ocupa muchísimo tiempo, todos los días, pero lo hago con mucho gusto y casi ni siento que sea un esfuerzo”, continua Plicano. “Por ejemplo, a la mañana suelo empezar con escalas y enseguida empiezo a trabajar sobre las ‘Partitas’ de Bach y los ‘Caprichos’ de Paganini. Después, paso a lo que es repertorio, a trabajar sobre las obras que estoy preparando en ese momento”, detalla.

Respecto a sus objetivos y sus gustos, Policano tiene ideas claras sobre qué repertorio abordar y de qu{e manera hacerlo. “Por supuesto que me encantaría llegar a tocar lo más posible del repertorio violinístico. Cada obra presenta algo interesante, tiene algo para decir”, asegura. “De todos modos, si tengo que mencionar lo que más me gusta, lo que más me interesa y lo que más me divierte, seguramente están los conciertos del Romanticismo, pero también están los del Siglo XX. Un concierto que me encanta tocar, por ejemplo, es el Concierto para violín de Korngold, que en mayo toqué con la Orquesta Sinfónica de Lucerna. Es una obra realmente mágica, que me divierte mucho y me conmueve. Pero más allá de eso queda claro que cada compositor tiene algo especial para y el desafío para un intérprete es encontrarlo y expresarlo”, continua Policano.

“Si me preguntás hoy, sobre quién es mi músico favorito, sin dudas te digo que es el pianista surcoreano Yoon Chan Lim. Anda por los 21 años, no más, y está haciendo una carrera realmente increíble”, cuenta Policano. “Me gusta Yoon Chan Lim sobre todo por su forma de trabajar, por cómo encara las obras, el valor que le da, la manera en que trata de acercarse a la intención original del compositor, para después sobre eso decir lo suyo”, continua la violinista. “Yo también estoy en esa búsqueda, trato de encontrar ese balance entre lo que creo que el compositor quiso decir, cuál es la intención de la obra, y balancearlo con mi propia forma de tocar. Y en eso encontrar algo en común”, continua Policano, que en su santuario violinístico tiene por supuesto a los Heifetz, Óistrakh, Szeryng y Francescati, por mencionar algunos de los grandes clásicos del instrumento. “También admiro a violinistas de mi generación, como (el ruso) Denis Sakovich, que es un poco más grande que yo. Siempre me preocupé por ir encontrando, a medida que voy creciendo, músicos cercanos a mi edad, que tienen algo para decir, a quienes admiro y de alguna manera siento cercanos”, concluye la violinista, que en octubre volverá a la Argentina para tocar el Concierto de Tchaikovsky con la Sinfónica Nacional y las Sinfónicas de Entre Ríos y San Juan.

El Festival Konex de Música Clásica, que para esta edición adoptó una formato itinerante, continuará el 16 de septiembre con un concierto de Luis Caparra en el órgano de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced. El 7 de octubre Escalandrum hará versiones jazzísticas de música de Bach, Wagner y Beethoven en el Auditorio de la Biblioteca Nacional. El 28 de octubre Antonio Formaro ofrecerá un recital de piano en la Embajada de Alemania y el 18 de noviembre la Camerata Bariloche actuará en el Salón de actos del Banco Nación. El cierre, el 29 de noviembre, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho será con la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires.