Karina Milei, Guillermo Francos y Santiago Caputo

Entraríamos en un sendero desconocido”. Así de tajante respondía meses atrás un altísimo funcionario de la Casa Rosada ante la posibilidad de que el sector vinculado al asesor presidencial Santiago Caputo mantuviera un enfrentamiento público con el que se referencia en Karina Milei.

Javier Milei comenzó a hablar de la existencia de un triángulo de hierro una vez que Nicolás Posse, jefe de Gabinete hasta mayo de 2024, fue echado de su cargo. Caputo heredó las áreas estratégicas y fue definido como el principal delegado del Presidente para la administración del Gobierno. Karina, en tanto, fue la encomendada a extender a La Libertad Avanza en todas las provincias del país de cara a las elecciones de medio término.

Así de simple fue que se generó el triángulo, una forma estilística de describir el círculo de extremísima confianza de Milei. Todos los funcionarios -salvo ellos- estaban a salvo en el proyecto libertario, o al menos así lo describió en ese entonces. El modelo funcionó bien para el Gobierno. La última ministra de irse de la gestión fue Diana Mondino, en octubre del año pasado.

Fue el acercamiento al clima electoral lo que catapultó los primeros dilemas. El entorno caputista se planteó a sí mismo un interrogante: “Si el armado y las alianzas para las elecciones no son óptimas, nos perjudican el panorama para impulsar la reforma laboral e impositiva en el Congreso en 2026 y, por consiguiente, la perspectiva de que el programa de gobierno marche adecuadamente”. A grandes rasgos, allí comenzaron las primeras diferencias.

Para los estrategas caputistas, la esfera partidaria no podía estar escindida de la gubernamental. “¿Quién te asegura que el día de mañana los tipos que te mandó en las listas no sean nuevos kikuchis?”, indica un referente de ese sector. En diciembre de 2023, pocos días después de asumir, los bloques libertarios de la Legislatura y el Senado bonaerense se terminaron partiendo: uno de los impulsores fue el exarmador echado por los Milei, Carlos Kikuchi.

Martín y Eduardo “Lule” Menem, así como el bonaerense Sebastián Pareja, cuentan con el apoyo total de Karina Milei. El jueves volvió a mostrarse con ellos en una reunión con los 24 armadores provinciales de LLA en todo el país, incluso con algunos que habían tenido serias acusaciones mediáticas, como el armador de Misiones, Adrián Núñez. “Hay que hacer unidad aunque duela”, afirma un funcionario que responde directamente a Milei. La regla se deduce por el tuit que Karina publicó el miércoles: “Quien cuestione a quienes llevan esa bandera [a decir de los candidatos bonaerenses] no está criticando un armado; está cuestionando al Presidente mismo y a la causa que nos trajo hasta acá”.

Karina Milei y sus armadores de La Libertad Avanza

Se trató de un mensaje al interior del Gobierno para advertir que quienes no se alineen con la política electoral corre peligro de permanencia en el Gobierno, aunque también de orden hacia afuera. Es el mismo mensaje de orden que quiso dar el Presidente después del cierre de listas al dar a conocer un nuevo esquema de poder y de confianza, el cual ya no sería un triángulo de hierro, sino una suerte de tetraedro:

  • en el vértice superior, él mismo;
  • y en los tres inferiores, Karina, Santiago; y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Se trata de una novedad en doble sentido. Una, porque Milei se erigió a sí mismo por arriba de los dos integrantes anteriores del triángulo. Y la otra, por la inclusión de Francos, a quien consideró en los últimos discursos públicos como “el mejor jefe de Gabinete de la historia”.

Adentro del Gobierno no hay explicaciones certeras sobre el porqué del ascenso interno. Es decir, razones que lo ameriten más allá del extenuante trabajo de posicionarse como el principal funcionario dialoguista del Gobierno, siendo esta una administración con un Gabinete “talibanizado”. “Es el nexo fundamental entre los talibanes y la política”, lo reconoció Milei semanas atrás en un discurso.

Un libertario con despacho en Casa Rosada explica que, simplemente, el Presidente “se cansó de toda la interna de estas semanas”, aunque es posible identificar episodios de tensión hasta en noviembre del año pasado, cuando hubo episodios de tensión entre ambos bandos por sus agrupaciones universitarias.

“Javier es ante todo un gran estratega… y como gran estratega que es, deja jugar hasta que finalmente toma una decisión. Él no dice nada ni se mete, pero acciona cuando ya lo cree meritorio. Y creo que se cansó cuando comenzó a escalar en el cuestionamiento del liderazgo de su hermana en redes”, dice una fuente inobjetable que conoce lo que estuvo pasando en la Casa Rosada por los últimos días.

Argentina's President Javier Milei (L) and Chief Cabinet Guillermo Francos walk from the Casa Rosada Presidential Palace to the Buenos Aires Cathedral on May 25, 2025, to attend a Te Deum in commemoration of the 215th anniversary of the May Revolution that led to the independence of Argentina from Spain. (Photo by TOMAS CUESTA / AFP)

En el sector de los Menem son claros. “Nosotros no ponemos en duda quién tiene la lapicera en la gestión, pero ellos pusieron en duda el liderazgo de Sebastián y, por ende, de Karina”, afirman. En el armado provincial no quieren saber nada con una tábula rasa, con ese sector, pero sí con un aplacamiento del conflicto, al menos en términos públicos.

En el ala de Santiago Caputo guardaron las reservas correspondientes y el asesor siguió haciendo sus tareas de gestión como lo viene haciendo. Sus alfiles siguieron al pie de la letra la consigna que impuso “El Jefe” a partir del miércoles y afirman que nunca estuvo en duda su alineamiento con la hermana presidencial. Las cuentas anónimas de X son otro cantar. Algunos conocidos como @TraductorTeAma opinan contra Pareja, pero no responden a lo que puedan llegar a decirles los caputistas. “Son un monstruo aparte, es incontrolable”, explica un “cielista”. Este fenómeno de impulso propio que tienen estos usuarios digitales son -en parte- una explicación de la viralización que Milei consiguió en sus primeros años en la política.

En tanto, Milei y su nuevo triángulo aceleraron estos últimos días la campaña bonaerense con el enfoque en la seguridad a los fines de pasar de página a las noticias de la interna. “Es un asunto terminado”, afirma una fuente inobjetable.

“Javier no planea deshacerse de nadie”, afirma alguien que lo conoce muy bien. Además de la responsabilidad política sobre la rosca judicial, de los servicios de inteligencia, la Aduana, y en el Ministerio de Salud; Santiago Caputo es el funcionario de Milei que tiene el backchannel con la Casa Blanca. No es menor que Peter Lamelas, postulado por Donald Trump como embajador en Argentina, lo haya mencionado entre los funcionarios clave con los que debe relacionarse.

Hay una idea de Francos como integrante del nuevo esquema de poder para oficiar de garante de equilibrio interno. Esto es algo que ya se viene diciendo desde hace meses desde todos los sectores del Gobierno: que quitarlo de la Jefatura de Gabinete sería desbalancear el equilibrio del triángulo.

Javier Milei junto a los principales funcionarios del Gobierno

Francos hizo de su dialoguismo uno de sus principales activos para la dinámica dentro del Gobierno. En rigor, los despachos de la Jefatura es donde se acercan diariamente a los integrantes de ambos sectores. Esta semana no fue la excepción: Francos recibió en su despacho a Karina y a Santiago -por separado- para hablar sobre la gestión. Varios ven a Francos como una especie de árbitro para los próximos meses. Aun así, el tetraedro podría ser provisorio.

Hasta el día de hoy parece bastante claro quién está a cargo de qué áreas o sobre quién pesa la responsabilidad política de determinado funcionario. La volatilidad que puede generar la salida y entrada de integrantes producto de las elecciones genera esa duda en algunos integrantes del Gabinete.

Hay integrantes del denominado Salón Parravicini -donde se ubican los caputistas- que creen que los Menem están muy interesados en hacer pie en algunas secretarías o unidades del Ejecutivo. Del otro lado lo niegan rotundamente. “No nos sobra nada. Cada uno tiene su puesto y por ahora está todo bien”, afirman.

En más de un despacho de la Casa Rosada aseguran que, de cualquier forma, “se van a venir cambios” en la disposición del Gabinete. “No es ningún misterio que algún referente del PRO puede llegar a caer en la gestión. También va a haber funcionarios que se candidateen”, dicen en un despacho. Quién ocupe o deje de ocupar un área gubernamental cambia la ecuación del poder al interior del Ejecutivo.

Tres funcionarios del Gobierno ya dejan de usar el potencial y afirman que la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, será la candidata a senadora nacional por la Ciudad. A pesar de que es la principal figura medida en las encuestas, en el entorno del vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, desmienten que vaya a ser candidato por Tucumán, donde preside el partido libertario provincial. El funcionario es, ante todo, mano derecha de Francos, siendo prácticamente un insustituible. “Catalán y Francos se mueven a la par”, afirman en el Ejecutivo.

Aunque hubo una bajada de línea de no hacer candidaturas testimoniales, en el entorno del Presidente afirman que todavía no se comenzaron a discutir quienes pueden ser los que encabecen las listas a lo largo del país, pero que “si resulta beneficioso para el proyecto que una persona vaya de candidato, se va a tener que hacer”.

Es lo que sucedió en su momento con Manuel Adorni, que debió postularse como legislador porteño. El éxito del resultado electoral de mayo y la importancia que tiene para la secretaria general de la Presidencia hace que sea muy probable que pueda volver a la gestión un tiempo después de asumir en la Legislatura. ¿Será verdad que le prometieron un premio más grande que la Secretaría de Comunicación y Medios, que a partir de diciembre quedará en manos de Javier Lanari?

Son suposiciones que circulan mientras sigue sin comenzar la campaña. Lo cierto es que en el Gobierno ven que la lógica en la que funciona el poder al interior del Ejecutivo deberá readecuarse a los desafíos que tiene la Casa Rosada para la segunda parte de su mandato: “El día después de las elecciones generales va a comenzar una etapa distinta para la gestión… en todo sentido”.