El ACV fue hace más de una semana.

La ex boxeadora y convencional constituyente, Alejandra “Locomotora” Oliveras continúa en estado crítico, a más de una semana de haber sufrido un Accidente Cerebrovascular (ACV) en la provincia de Santa Fe. Depende de asistencia respiratoria, medicamentos cardiovasculares y presenta un edema cerebral.

Según el último parte médico, difundido este miércoles por la mañana, Oliveras se encuentra bajo monitoreo neurológico permanente.

El doctor Bruno Moroni, director del Hospital José María Cullen, donde se encuentra internada, explicó que permanece “estable clínicamente”, en cuanto a la presión y la oxigenación.

En tanto, el jefe de la UTI, Néstor Carrizo, detalló que las “respuestas neurológicas” de la exboxeadora tienen fluctuaciones: “Hay momentos que tiene movimientos espontáneos, asociados a la lesión que ella tiene, y en otros momentos en los cuales la respuesta neurológica es inferior”.

La boxeadora tendrá secuelas neurológicas.

Si bien su evolución fue estable en las últimas 72 horas, sigue siendo una paciente con “alto riesgo de vida”.

Además, confirmó que “va a quedar con secuelas neurológicas”. Aunque en estos momentos todavía no se puede definir qué tipo de daños sufrirá, Carrizo resaltó que el lado izquierdo del cerebro es un área con funciones muy importantes.

“En las personas diestras está el centro del lenguaje, que es muy importante. Algunos pacientes, si sobreviven a esta situación tan grave, pueden tener preservada la función de la comprensión del lenguaje o intentar comunicarse”, explicó.

Según explicó el profesional, el otro hemisferio del cerebro de la paciente tiene “buena circulación sanguínea” y las respuestas motoras evidencian un “buen funcionamiento”.

Oliveras sufrió el pasado lunes un ACV isquémico, es decir, un infarto cerebral. “Lo positivo es que se evitó que se llegue a un cuadro de muerte encefálica, como consecuencia del desplaquetamiento que evitó eso”, agregó Carrizo.

Oliveras sufrió el pasado lunes un ACV isquémico.

Los médicos sospechan que el derrame podría haber sido ocasionado por una placa de arterioesclerosis: “Muchas veces eso se lesiona y se forma un coágulo, produce una obstrucción significativa y una parte de ese coágulo dentro de la arteria se desprende y puede tapar la arteria silviana”.

El doctor Alejandro Musacchio (MP 5686), jefe del servicio de Neurorradiología Intervencionista del hospital, resaltó la gravedad de la lesión cerebral y confirmó que, para salvarle la vida, se le realizó una intervención quirúrgica conocida como craneotomía.

“Tendría todo su espíritu bondadoso para las demás personas. Creo que para con ella tuvo un poquito de falta de control, porque tenía patologías en la arteria carótida del lado derecho, desde donde partió todo este problema”, explicó el médico. Y es que, Oliveras es hipertensa y, de acuerdo con el profesional, “no se hacía controlar”.

En declaraciones a Todo Noticias (TN), Musacchio precisó que su arteria carótida “casi estaba ocluida”, a la vez que presentaba “una placa de ateroma muy importante” y calcio depositado. Se trataría, según el profesional, de un problema de años y relacionado con la “mochila genética”.

Oliveras es hipertensa y, según el profesional, no se hacía controlar (Gustavo Gavotti)

Consultado por los periodistas sobre si la situación de Oliveras no tiene marcha atrás, respondió: “El estado irreversible siempre nos puede dar una sorpresa. Ella está siempre igual, despues de la cirugía que se hizo para que su presion intracraneana no le quitara la vida”.

De acuerdo con la reconstrucción que realizó el profesional, la convencional constituyente habría sufrido el ACV mientras dormía, lo que retrasó la posibilidad de recibir asistencia temprana.

“Cuando despierta, ella ya estaba con un déficit motor del lado izquierdo”, sostuvo. Tras pedir ayuda a sus hijos, la mujer fue llevada a un pequeño hospital de la localidad de Santo Tomé, donde reside la familia, y desde allí derivada al Hospital José María Cullen.

Cuando se le practicaron los estudios médicos, ya tenía instalado un “infarto frontal” (Gustavo Gavotti)

El problema, según Musacchio, es que llegó a este último centro de salud “fuera de ventana”. Cuando se le practicaron los estudios médicos, ya tenía instalado un “infarto frontal”.

“Teníamos que hacer una angioplastía en el cuello, tratar de sacarle los coágulos del cerebro; eso siempre y cuando esté dentro de unas primeras cuatro horas. Si pasaron las cuatro horas, es muy riesgoso y podemos provocarle una hemorragia”, agregó.

El médico recomendó que, ante casos de accidente cerebrovascular, lo fundamental es recibir atención durante la llamada ventana: “No tenés que esperar la ambulancia. Tenés que llevarlo (al paciente) al servicio que tenga tratamiento para el ACV”.

Los síntomas de alarma incluyen no poder responder cuál es el propio nombre, presentar desorientación, extender los brazos hacia adelante en forma horizontal y que uno de ellos caiga involuntariamente, sufrir desviación en la boca, y manifestar pérdida de visión en alguna parte del campo visual, ya sea del lado derecho o izquierdo.