Dorian lleva años afinando su búsqueda. La banda española busca más que sonar bien o simplemente captar la atención: sus canciones quieren decir algo, no desde el grito, sino desde la precisión. La suya es una poética urbana, tensa y brillante, que no le teme a la melancolía ni al vértigo del cambio. Si hay una pista de baile, es para procesar. Si hay una melodía pegadiza, es porque había una herida que necesitaba ritmo. Así construyen sus canciones: con la certeza de que bailar también puede ser una forma de pensar.

“Materia oscura”, su último lanzamiento junto a Miranda!, es un encuentro inevitable entre dos universos que siempre coquetearon con el deseo, el pop y la pista de baile. Pero detrás del beat infeccioso y el gancho melódico, hay también una afinidad profunda: “Miranda! y Dorian compartimos un gran amor por el synth pop y por el italo disco —cuenta Marc Gili en conversación con Indie Hoy—. En cuanto a las letras, nos encanta explicar historias. Ni las de ellos ni las nuestras son crípticas o abstractas: contamos cosas concretas, con una tesis clara”.

Esa sintonía fue lo que hizo que la colaboración con Ale Sergi y Juliana Gattas fluyera desde el primer momento. “Juli y Ale entendieron muy bien la canción —cuenta Marc—, dieron su toque a cada verso con mucha elegancia, y el resultado final de la combinación de ambas bandas es, en mi opinión, sobresaliente”.

El mensaje de “Materia oscura” va más allá del baile: apunta directo a la doble moral que todavía rige muchas vidas. “La música popular puede ser un mero entretenimiento vacío o puede abrir la mente y generar debate —afirma el cantante de la banda barcelonesa—. Nosotros opinamos que lo segundo es más interesante. Si además podés hacerlo mientras la gente baila, mejor todavía. Bandas como Pet Shop Boys o Blur y muchas otras lo han hecho con gran maestría a lo largo del tiempo”.

Eesa pulsión política y emocional se manifiesta en un estribillo que invita a hacer visible lo oculto. Para Marc, desde que somos chicos la sociedad nos enseña a esconder lo que sentimos, como si mostrar la vulnerabilidad fuera un defecto. “Muchos adultos pasan el resto de sus vidas preguntándose quiénes son en realidad. Hay una gran confusión en el seno de aquellos que no tienen el valor y la paciencia para trabajar su interior”.

“‘Materia oscura’ habla de hacer todo lo contrario: abrir el corazón a tu pareja, tu amante o tus amigos más íntimos, compartir tus miedos, tus deseos, tus fantasías sexuales, tus sueños… sin miedo y sin vergüenza. Como dice la canción, hay que mostrar esa zona de oscuridad. Cuando lo haces, te das cuenta de que todos somos muy parecidos y que el mundo iría mucho mejor si no existiera la doble moral”, reflexiona Marc.

Más que un simple feat, esta colaboración es también un nuevo capítulo del puente que Dorian viene tejiendo con nuestro país. “Sin duda Argentina y España están muy unidas y yo diría que hoy más que nunca —afirma el artista—. A los españoles les encanta el acento argentino. A Miranda! los llevamos escuchando desde hace muchos años, y también hemos hechos temas o shows con gente como Babasónicos, a los que consideramos familia, o Santiago de El Mató, que canta en ‘El sur’, tema de nuestro último disco. Además tenemos una bonita relación con Calamaro, Peces Raros y Bandalos Chinos. Mucho cariño por todas partes”.

En Ritual, la banda invitó a Santiago Motorizado a compartir voz en un tema que funciona como una pequeña odisea de amor y resistencia. “’El sur’ una canción que habla sobre una pareja de origen humilde que no se quiere conformar con la vida que la sociedad les ha reservado. Odian su trabajo, y en su barrio no ven expectativas de futuro”, cuenta. El escape hacia el sur, entonces, aparece como un gesto de valentía, una búsqueda de libertad ante un entorno hostil.

Este tipo de temática, de seres un tanto outsiders que buscan espacios de libertad, está muy presente también en los temas de El Mató —señala Marc—. Creo que este es uno de los motivos por los que Santi conectó con la canción. También la música, claro. ‘El sur’ tiene guitarras afiladas, un riff de piano muy cool, y una batería y un bajo muy contundentes. La mezcla entre el espíritu de Dorian y el de Él Mató es poderosa”.

Las canciones de Dorian están habitadas por beats melancólicos, sintetizadores épicos y estribillos que podrían corearse en cualquier parte, pero también por libros. Libros leídos con devoción, subrayados con furia, citados sin pudor. Especialmente los que nacieron del otro lado del Atlántico. Desde hace tiempo, la literatura argentina habita el universo de la banda, y no como una simple referencia estética, sino como una fuente de inspiración vital.

“Lo que más une a la música de Dorian con la literatura de Cortázar es el afán por rebelarse contra el aburrimiento y la rutina”, dice la voz y letrista del grupo. Esa búsqueda aparece en canciones como “Cualquier otra parte”, “El temblor”, “Los amigos que perdí” o “El sur”. La mención a Cortázar no es casual ni pasajera: “Belly y yo amamos a Cortázar. Yo en particular creo que lo he leído todo”, admite Marc.

Dorian
Dorian. Foto: Gentileza de prensa.

Pero Cortázar es apenas la punta del iceberg. Piglia, Saer, Lugones, Borges, César Aira, Pedro Mairal: la lista de autores argentinos que dejaron marca en la banda es tan extensa como el catálogo emocional de sus discos. “La calidad de la prosa sería lo primero que destacaría. Todos son espectaculares, y leerlos es un gozo en sí mismo, pero es que, además, el contenido siempre te lleva más allá de lo evidente. La literatura argentina casi siempre tiene la ambición de ‘abrir mundo’, de buscar tres pies al gato —explica Marc—. Saer es un genio súper original, Piglia un maestro, Leopoldo Lugones el dominio total del lenguaje, Cortázar la rebeldía y el ingenio, Borges el pensamiento abstracto llevado a la tierra. También nos gustan escritores vivos, como Pedro Mairal o César Aira, que es un planeta en sí mismo”. Entre toda esa literatura, un cuento marcó un punto de inflexión para el artista: “El perseguidor” de Cortázar. “Es una obra que habla sobre crear arte libremente, sin atender a las normas, modas y reglas del mercado —cuenta Marc—. Johnny Carter, alter ego de Charlie Parker, es un saxofonista loco pero tremendamente talentoso que crea sus obras desde la más radical intuición y absoluta libertad. Bruno, su amigo y biógrafo, trata de poner orden teórico a lo que Johnny hace, pero eso al otro le trae sin cuidado porque vive en otro planeta. La pareja de personajes es brillante”. Ese espíritu de libertad se filtró también en el proceso de creación musical de la banda: “Creo que, dentro de nuestras capacidades, Dorian siempre hemos tratado de crear libremente, sin ataduras ni prejuicios. Nuestra canción más reproducida, ‘La tormenta de arena’, es un sencillo que dura 7 minutos. Cuando se lo presentamos a la disquera decían que estábamos locos y que nadie iba a escuchar eso. Hoy en día lleva centenares de millones de plays”.

Otro hito en la admiración de Dorian por la cultura argentina es la canción que le dedicaron a Soda Stereo. Desde España, la banda encontró en el trío argentino un faro que sigue alumbrando a generaciones enteras. “Fue la primera banda de rock en español que conquistó el continente. ¿Por qué? Porque sonaban y tocaban igual de bien que las mejores del mundo”, señala Marc, con la certeza de quien reconoce en Soda no solo una influencia musical sino una brújula cultural.

Más allá del sonido, lo que los marcó fue una cualidad más difícil de capturar: la permanencia. “Su sonido, limpio y cristalino, los ha mantenido, en mi opinión, al margen de las modas pasajeras. Es como si fuesen atemporales”, explica. Justamente esa noción de inmortalidad sonora fue la chispa que dio origen a su tema “Soda Stereo”, un track que rinde homenaje a esa experiencia juvenil universal en la que una canción puede cambiarlo todo.

“Habla sobre ese momento de la vida de muchos adolescentes en que una banda te puede llegar a salvar la vida. Escuchar a Soda Stereo es el ritual que tienen los protagonistas de la canción antes de salir a comerse la noche por la ciudad”, dice. Para Marc, la canción no es solo una declaración de admiración, sino también “un canto a la libertad y la energía de la juventud”.

Esa sensibilidad para traducir emociones en canciones también se refleja en Futuros imposibles, su más reciente disco publicado en 2024 con un título que late con preguntas existenciales. ¿Qué hacemos con aquello que no fue? ¿Cómo se camina entre lo que se soñó y lo que se perdió? “El álbum habla sobre historias que fueron interrumpidas por rupturas sentimentales o por el fallecimiento de una persona —explica Marc—. Todas ellas tienen una cosa en común: el futuro que proyectaban se vio interrumpido, convirtiéndose en imposible”.

Pero lejos de hundirse en la melancolía, el disco propone una salida luminosa: “Por cada futuro imposible que la vida nos pone por delante, se abren otros nuevos futuros que no estaban escritos y que ahora pueden hacerse realidad, lo cual es una invitación a no quedarse atrapado en el duelo, en el dolor o en el rencor —afirma el cantante—. Hay que mirar adelante y ver qué cosas nuevas nos está ofreciendo potencialmente la vida. Vivir en el pasado es una trampa”.

Ese mismo vínculo entre lo personal y lo social atraviesa también los títulos de sus discos. Si Futuros imposibles pone el foco en la resiliencia individual, El futuro no es de nadie, su segundo álbum, sacudía una crítica al contexto político y económico que marcaba a la juventud española. “Hacía referencia a que en España la juventud tenía un futuro muy incierto. Problemas de 2007, como el precio astronómico de la vivienda o los salarios bajos, siguen lastrando el ánimo de la gente joven hoy en día, cosa que está abonando el terreno para regreso del fascismo y la ultra derecha”, denuncia el artista español.

Futuros imposibles, sin embargo, es un título que hace referencia a la lucha individual por superar positivamente el duelo, mirando al futuro con ganas de dejarse sorprender por la vida —concluye Marc—. En cierto modo, la idea que conecta ambos títulos es la de que la sociedad y la clase política no te va a regalar un futuro a nivel colectivo, sino que eres tú quien debe hacer tu camino teniendo una mente abierta al cambio y a lo nuevo”.