El telón cayó al final del domingo en el teatro Lola Membrives, marcando no solo la última función semanal de la obra Rocky, sino también el cierre de una jornada teñida de emociones para Nico Vázquez. Allí, sobre el escenario aún vibrante, el actor no logró contener las lágrimas frente a un público que había colmado la sala. ¿Quién podría imaginar el torbellino que atraviesa un artista mientras la luz lo muestra invencible?

Han sido un público increíble. Ha sido una semana extraordinaria y dura a la vez. A veces ustedes ni saben lo que pasa acá”, confesó el protagonista de la historia, con la voz quebrada, buscando cómplices en sus compañeros de elenco y en la multitud. El eco de un rumor flotaba en el aire, ese que había ocupado portales y conversaciones en los últimos días: la confirmación de su separación de Gimena Accardi tras dieciocho años juntos. Esa herida aún abierta, de la que prefería no hablar directamente, determinó el pulso íntimo de la noche.

Nico Vázquez y el recuerdo de su hermano en Rocky (Video: Infobae)

El actor reconoció que el escenario, lejos de ser un refugio donde esconder las cicatrices, se transforma en una cancha inesperada donde el dolor se convierte en motor. “Uno se siente mal, mejor, peor. Y lo vas transitando. Y a través del escenario te vas dando cuenta que podés superar cualquier cosa. Es increíble la potencia, la energía que nos dan. Lo hablábamos hoy con los compañeros. Es algo difícil de describir. Por eso siempre digo que tenemos uno de los trabajos más lindos del mundo”, se permitió declarar.

En medio de la ovación, asomaron los nombres que tejieron su vida y su carrera. “El mejor elenco que pude haber elegido. Muchos de ellos son amigos y hoy, estando en el Día del Amigo… Sé que puede sonar un día comercial, pero es un día que te hace acordar un poco más, ¿no? ¿Cuántos tenés? ¿Cuántos no tenés? Es increíble poder festejarlo en un escenario con tantos amigos, con tantas amigas”, expresó. Así, la jornada cobraba otro sentido en el teatro: no solo se celebran los lazos que se mantienen, también se evocan los que ya no están. ¿Cómo se sigue en pie cuando falta tanto?

Nico Vázquez viajó a FiladelfiaNico Vázquez viajó a Filadelfia junto con Dai Fernández para ponerse en la piel de Rocky y grabar la campaña promocional de la obra

Hubo lugar para la gratitud, esa en la que Nico expresa, con orgullo, la magnitud de la obra: “Hoy fue la octava función que hicimos en la semana. Hoy hicimos dos, una a las 17 y después esta… dos veces me cosieron el párpado”, destacó para robar una carcajada en medio de tanto sentimiento. “Y no logro esto yo solo. Ni con todos ellos. Hay 130 personas trabajando acá atrás. Mujeres y hombres que mueven todo este monstruo. Tantas familias que trabajan con nosotros”.

El esfuerzo, insistió, construyó la epopeya detrás de Rocky en su versión argentina: “Un año de preproducción. Un año sin salir a la cancha. Sin saber qué iba a suceder, si iban a aceptar el espectáculo, si lo íbamos a poder lograr. Mucho esfuerzo, tanto esfuerzo. Peleamos muchos años por estos derechos, porque les cuento que se hizo musical en todos lados”.

Nico Vázquez y el elencoNico Vázquez y el elenco que representa a Rocky en el teatro Lola Membrives (Crédito: Instagram @nicovazquezok)

Y una confesión que arrancó aplausos y murmullos en la platea: “Esta es la primera vez que ven una versión que es 100% argentina, que es mía y de Mariano Demaría. Así que esto es nuestro”. El protagonista no hablaba solo de propiedad artística: señalaba un acto de resistencia. Es la respuesta de quien, pese a todo, elige exponer sus grietas.

En los últimos minutos, la emoción se espesó en la sala cuando evocó la figura de su hermano Santiago, fallecido en 2016. “Me identifico con ese personaje”, dijo sobre Rocky, y pareció hablarle al ausente. “Me la presentó mi papá la historia, obviamente, y yo se la pasé a mi hermano y me identifica”.

Nico Vázquez junto con MerlynNico Vázquez junto con Merlyn Nouel en uno de los épicos momentos de Rocky

Entonces llegó ese final, el que nadie quería, pero todos sabían inevitable. Cuando el telón no tenía más opción que descender, el protagonista miró al cielo y, con un dedo señalando el destino más amargo, lanzó un grito emocionado que atravesó el corazón de todos: “¡Gracias, Santi!”. El suspiro de la multitud confirmó lo que ya era visible en los rostros: un final que emocionó a todos.

El telón se cerró, pero quedó flotando la última pregunta que atraviesa la realidad y la ficción: ¿de dónde saca fuerza quien lo ha perdido (casi) todo? En el escenario, donde todo es ficción, Nico Vázquez ofreció su verdad más desnuda: “Me siento muy honrado. Me siento muy orgulloso. Me siento muy agradecido”.