Tras casi 15 años de carrera criminal, Leandro Emmanuel Estigarribia se volvió una celebridad del hampa. El hombre de 38 años, oriundo del barrio San Martín de Guernica, se volvió viral esta semana por el asalto que protagonizó días atrás en un local de ropa interior masculina ubicado sobre la avenida Corrientes, en Almagro.

Allí, dijo: «Hola, con todo respeto, vengo a robar“.

En las últimas horas, la División Motorizada de la Comuna 6 de la Policía de la Ciudad lo arrestó en las inmediaciones del Parque Centenario por robarle el celular a un joven, según la acusación en su contra.

El propio celular lo delató: la víctima había activado su aplicación de GPS, lo que llevó a la fuerza porteña a Estigarribia. Al arrestarlo, lo reconocieron por el asalto cometido en Almagro.

El delincuente posa para el fichaje de la Policía de la Ciudad

Irónicamente, Estigarribia tuvo una larga lista de empleos en blanco en su vida. Con una carrera como portero, trabajó para cuatro consorcios y una empresa de catering. También, tuvo como empleador al Servicio Penitenciario Federal, cuando estuvo preso, mientras realizaba tareas menores por el sueldo tumbero.

Su lista de antecedentes en el hampa es larga: la Policía de la Ciudad contó 11 arrestos desde 2014. Registros hallados por Infobae detallan una primera condena que data de 2010 por varios hechos, con una pena de tres años de cárcel dictada por un tribunal de Lomas de Zamora.

Su derrotero de 15 años por las cárceles

Su debut en el robo porteño fue cómico, al menos, triste. Ocurrió en Plaza Constitución el 14 de octubre hace 15 años, a las 15. Simuló tener un arma bajo la campera. Allí, le dijo a su víctima, un hombre que estaba sentado junto a su novia: «Si no querés perder la vida, dame los celulares“.

No sabía Estigarribia que su víctima era un agente de infantería de la Policía Federal. Terminó detenido al instante. Por este robo fallido, el Tribunal N°23 le dio cuatro meses de prisión el 5 de marzo del año siguiente, pena que se dio por cumplida por su encierro bajo prisión preventiva.

“Se valoran las condiciones personales del aquí juzgado, su edad, que ha abandonado sus estudios secundarios y que hace aproximadamente una década que trabaja en el rubro gastronómico”, asegura el fallo del caso.

Estigarribia volvería a ser condenado en mayo de 2021, cuando el Tribunal N°21 le dio un año y seis meses por el delito de robo en poblado y en banda. Uno de sus dos cómplices fue su hermano Damián, dos años mayor que él.

El hecho, ocurrido ese mismo año, fue idéntico al del local de Almagro. Leandro y su banda entraron a robar una dietética de Barrio Norte, ubicada a pocos metros de Santa Fe y Pueyrredón. No se llevaron mucho: apenas mil pesos, el celular de la cajera y una caja de donas que las empleadas del lugar planeaban merendar.

Así, los tres escaparon en taxi. Pidieron ir hasta Plaza de Mayo. El chofer declaró. Leandro habló por teléfono en el camino; llamó a quien sería su novia, su amante, o algo así, una mujer a la que le decía “cosas cariñosas”, según el expediente. Poco después, descubrieron que la Policía de la Ciudad los seguía. “Acelerá porque te meto un tiro”, le dijo uno de los hampones al taxista.

Desde ya, ninguno de los tres tenía un arma.

El tercer cómplice, según el expediente, dijo que terminó en el robo a la dietética sin quererlo. “Leandro me dijo que tenía hijas veganas, y que les iba a comprar unas cosas”, declaró ante la Justicia.

Estigarribia aseguró lo mismo. Reconoció el robo, así como el veganismo de sus hijas. “Sí entré, sí robé. Pueden pedir las cámaras del local, yo entré solo, ellos no tienen nada que ver”, aseguró sobre sus compañeros de causa.

La Justicia no le creyó. Damián y su cómplice, ambos con antecedentes por robo, terminaron condenados también.