Tras el brutal femicidio de Analía Danila Ovando, la joven de 25 años hallada degollada en un bar de Santa Fe en el que trabajaba, la familia de la víctima reveló desgarradores detalles sobre el calvario que vivía con su expareja, detenido como principal sospechoso del hecho.
“Es un monstruo, mi hija lloraba todas las noches y decía que él la iba a matar”, aseguró Martín Ovando, padre de Analía, a poco más de 24 horas del descubrimiento del cadáver en la localidad de Villa Guillermina, al noroeste de la provincia.
El cuerpo de la joven, que era madre de una niña, fue encontrado en el interior del bar “El Moroco”, su lugar de trabajo. Según el análisis forense, tenía una herida de arma blanca que le había perforado el cuello.
El episodio provocó que la Justicia tomara inmediata intervención y comenzaran una investigación para dar con el responsable. A las pocas horas, y a partir de la recolección de varios testigos, las autoridades comenzaron tareas para localizar al exnovio de la víctima, a quien identificaron como el principal sospechoso.
Se trata de un joven de 21 años, sobre quien ya pesaba una orden detención por violencia de género. Fue capturado el mismo día del hallazgo.
En ese sentido, Martín Ovando detalló que su hija había estado un año en pareja con el ahora imputado -identificado como U.F.G- e incluso habían llegado a convivir durante un tiempo.
“Él era una mala persona, drogadicta. Lo echamos de la casa y desde ahí empezamos a pedir ayuda a la justicia. Queríamos que lo metan preso porque él no respetaba nada. La agredía a mi hija, se escapaba de la policía. Es de lo peor”, sostuvo el papá de Analía, en diálogo con Aire Digital.
El padre de la víctima, que trabaja como sonidista, calificó al detenido como un “monstruo” que acosaba a su hija. Y es que el joven ya había sido denunciado por violencia de género y contaba con una orden de detención vigente por violar una medida perimetral.
Esa orden no llegó a ejecutarse a tiempo, lo que permitió que el sospechoso permaneciera en libertad hasta el momento del asesinato.
“Le tenía terror. Le pusieron una medida de distancia, pero él la violaba. Saltaba tejidos y llegaba hasta la casa. Yo me quedaba toda la noche cuidando”, agregó, sobre el calvario que vivió Analía en el último tiempo.
De acuerdo con Ovando, el detenido solía acosar a Analía en su lugar de trabajo, tal como se sospecha que ocurrió este jueves: “Cuando ella salió del bar, la siguió y la obligó a volver. Ahí la mató”.
Incluso, según declaró al medio local, quince días antes del crimen, el joven había llegado a la casa de Analía con un cuchillo ensangrentado, tras haber herido presuntamente a su propio padre: “Lo llevaron preso un día y lo largaron”.
“Mi hija estaba atemorizada, se acostaba en la cama y lloraba porque él le dijo que la iba a matar. Le hizo lo peor. Una injusticia tremenda para mí, para mi mujer, para mi hija, nos destrozó. No vamos a parar hasta conseguir esa justicia”, concluyó.
La investigación, coordinada por el fiscal Juan Carlos Koguc, determinó que el crimen ocurrió durante la madrugada del jueves. El hallazgo del cuerpo activó de inmediato los protocolos de búsqueda y permitió organizar un operativo para localizar al agresor.
En el operativo participaron efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI), la Brigada de Femicidios, el Departamento Forense Científico, el Departamento Operativo, el médico policial, la Comisaría local y autoridades de la Unidad Regional IX, encabezadas por el jefe Diego Costanzo y el subjefe Cristian Sánchez.
Los testigos aportaron datos clave para la detención del sospechoso. Señalaron que fue visto por última vez alrededor de las 7:00 de la mañana del jueves, circulando en una moto Corven Triax 150cc blanca con rojo, con una campera oscura y portando una mochila.
La detención se produjo en la localidad de San Antonio de Obligado alrededor de las 14:00 horas de ese día, por orden del fiscal Koguc, quien lo acusó formalmente de ser el autor del crimen, que quedó alojado en una dependencia policial a disposición de la Justicia.