Escuchar música mientras estudiás o trabajás no es solo una costumbre para cortar el silencio: según estudios científicos, puede ser una herramienta real para aumentar tu rendimiento. Y no hablamos de cualquier música, sino de sonidos específicos que estimulan la concentración.
Un informe publicado en la revista científica Applied Cognitive Psychology encontró que escuchar música instrumental o ambiental puede mejorar el rendimiento cognitivo en un 15%. El estudio se centró en tareas de memoria, resolución de problemas y enfoque sostenido.
Según los investigadores, el cerebro reacciona positivamente a sonidos repetitivos y sin letra, ya que reducen las distracciones y ayudan a mantener el foco. En cambio, la música con letra puede interferir con procesos como la lectura o la escritura.
Entre los géneros más efectivos están la música clásica suave, los sonidos binaurales y algunas formas de electrónica ambiental, como las playlists de “lofi hip hop”. También se destacó que los beneficios son mayores cuando se escucha a un volumen moderado, con auriculares que aíslen el ruido externo.

La ciencia comprobó el impacto de ciertos sonidos en la productividad
Además, un experimento realizado por la Universidad de Helsinki reveló que escuchar 20 minutos de música instrumental antes de una tarea exigente mejora no solo el rendimiento, sino también el estado de ánimo.