Úbeda, Loeschbor, Maciel y Estévez celebran un gol de Racing en el Apertura 2001

Francisco Maciel fue uno de los pilares defensivos del histórico equipo de Mostaza Merlo que terminó con la sequía de los 35 años sin títulos locales en Racing. Panchito era el especialista en hacer los relevos para mantener el equilibrio en las transiciones ofensivas y brindaba solidez como stopper junto a Claudio Úbeda, en aquella línea defensiva que completaba Gabriel Loeschbor como líbero, junto a Gerardo Bedoya (o Chiche Arano) y Pelotín Vitali por las bandas. “Hacia una función similar a la que hoy hace Santi Sosa”, ejemplificó Hugo Lamadrid en diálogo con Infobae.

Pasaron más de dos décadas de aquella hazaña y durante ese tiempo, Argentina atravesó diez presidencias, la cotización del dólar pasó de un peso a casi 1.300 (para esas alturas bonos como el Patacón, Lecop o BoFe eran moneda corriente en una economía que atravesaba una de sus peores crisis de la historia) y la Selección sumaba una racha negativa de 8 años sin conquistas, tras la Copa América de 1993. “Es una locura cómo pasó el tiempo. A veces, me encuentro con hinchas de Racing y me agradecen como si hubiera pasado ayer. El otro día me encontré a una persona en un bar y se puso a llorar. Eso te emociona y te conmueve, porque significa que ese campeonato fue algo muy importante”, reveló el ex futbolista en una conversación con este medio.

El calor agobiante de diciembre no contribuía en las constantes protestas sociales que se llevaban adelante en los distintos puntos del país, a causa del aumento de la pobreza y la delincuencia. Los gases lacrimógenos formaban parte del ambiente habitual en las inmediaciones de la Plaza de Mayo y la represión policial vaticinaba las muertes que se iban a producir en los meses siguientes. “Era increíble que en ese contexto, con el país prendiéndose fuego, la gente se agarrotaba y hacía diez cuadras de cola para sacar una entrada. Nosotros entrenábamos dentro del Cilindro y parecía que estábamos jugando un partido por cómo se escuchaba. Era raro, porque practicábamos un miércoles o un jueves con la cancha vacía, pero sentíamos las canciones de los hinchas que nos contagiaban desde afuera”, recordó Maciel.

Desde la primera fecha del Apertura, con victoria ante Argentinos en Avellaneda, se percibió la sensación de que el 2001 sería el año prometido. “Cuando empezó el campeonato, se intentó imponer esa presión, pero yo nunca la sentí. Yo me sentía en Disney, porque venía de Yupanqui, Deportivo Español y Almagro; y cuando llegamos a las últimas fechas, con chances de ganar el título, ahí empecé a creer que se nos iba a dar. La presión la sentí una vez que terminó el campeonato. En ese momento quise desaparecer y no escuchar a nadie más”, continuó Panchito.

Germán Lux, Panchito Maciel, Rafael Maceratesi, Diego Milito y Pelotín Vitali celebran el título en el José Amalfitani. Foto: NA

Aquellas expectativas son similares a las que se generaron actualmente en la Copa Libertadores. El presente del club es favorable, el equipo es competitivo y el sorteo amigable en el mata mata son algunos argumentos que alimentan la ilusión en los fanáticos. “Uno tiene la percepción de que está muy cerca de llegar a la final. Ojalá que se pueda dar, pero es muy difícil”, confesó el ex defensor. Y agregó: “Cada vez que comienza una temporada hay mucho entusiasmo, con altas y bajas en el plantel, esperemos que se comience de la mejore manera”.

Para Maciel “la obsesión fue creciendo” con el paso del tiempo. “Primero se ganó la Sudamericana y ahora vamos por la Libertadores. No es fácil, pero la gente de Racing se ilusiona muy rápido. Más allá de que sean partidos mano a mano, uno siente que está cerca. Hay que mantener la tranquilidad, a pesar de la ansiedad de los hinchas. Ya lo dijo Mostaza, hay que ir Paso a Paso”.

El triunfo ante San Martín de San Juan en la Copa Argentina y la derrota con Barracas Central en el Clausura marcaron el inicio del semestre del combinado a cargo de Gustavo Costas. Y una de las ausencias más notorias fue la de Maximiliano Salas, el delantero que aplicó la cláusula de salida para sumarse al River de Gallardo. “Si uno se pone del lado del jugador, hay que entender que se mató por esta camiseta. Dejó todo y fue campeón. En cada partido se veía la entrega que tenía. Creo que le llegó una oportunidad, que para él era mejor, y como profesional es respetable. Mucha gente me dice que estuvo mal, pero hay que estar en su lugar. La carrera de un futbolista es muy corta: puede sufrir lesiones o tener diez partidos que no le vaya bien y todo puede cambiar ¡Pobre Salas! Hoy está en el blanco de todos, pero priorizó su futuro y no está tan mal”, reflexionó el ex futbolista, con una clara intención de ponerle paños fríos a la relación que se quebró entre el atacante y los hinchas.

En ese sentido, Pancho Maciel subrayó que “el público está quemado”. “Seguramente lo van a chiflar cuando vuelva al Cilindro, pero hay que tratar de quedarse con lo bueno que hizo para el club. Además, la operación dejó un muy buen dinero para la institución. Fue un jugador muy interesante en la historia de Racing”, completó.

Una bandera que podría reeditarse en la actualidad (Foto: NA)

Como integrante del plantel histórico que logró el ansiado título en el José Amalfitani ante Vélez, su llegada al presidente de la Academia era más fluida cuando Milito todavía no había asumido el cargo. “Ahora hace rato que no hablo con Diego, hablaba más antes. Sé que está metido a full con este proyecto, pero tiene la vara bastante alta, porque Racing venía ganando seguido, algo que no parecía normal. Ojalá que lo pueda llevar al club más arriba todavía”, destacó.

Por su experiencia y su amor albiceleste también tuvo tiempo para analizar el mercado de pases, con los arribos de Duvan Vergara, Alan Forneris, Elías Torres y Tomás Conechny. “Hay que darles la oportunidad. Hoy en el fútbol se ve y se sabe todo. En nuestra época se sabía mucho menos. Antes dependía de los técnicos que fueran a ver los partidos, y ahora tenés todos los datos a disposición para conocer a todos los jugadores del Ascenso. Hay herramientas que te pueden dar la posibilidad de traer a un Salas o un Maravilla, que para Racing fueron muy baratos. El que tiene el ojo para poder hacer eso, puede hacer la diferencia, como la está haciendo Gustavo (Costas)”. La ilusión está en marcha. Como ocurrió con la Copa Sudamericana, el sueño continental vuelve a ser la obsesión de Avellaneda. Y su primera escala será en Montevideo.