Horas antes de subir al escenario de la Plaza de la Música, Abel Pintos se sentó con el periodista Alejandro Bustos para una charla íntima que recorrió su carrera, sus emociones y su visión de la música.
En el marco de la celebración de sus 30 años de trayectoria, el cantautor bahiense presentó su nuevo EP, un trabajo de siete canciones que marca su regreso como intérprete tras años de componer, y compartió reflexiones sobre su vida, su familia y sus proyectos, que van desde la música hasta el campo.
“Es un disco otra vez como intérprete después de muchos años”, explicó Abel, visiblemente emocionado. Desde que en 2004 comenzó a escribir sus propias canciones, encontró en la composición una puerta creativa que no abandonó.
Sin embargo, la espera por un nuevo álbum autoral —en el que lleva trabajando dos años— lo llevó a grabar este EP, un proyecto que reúne canciones de otros autores que han marcado su vida. “Quise contarle al público cuáles son las canciones que me acompañaron en distintos momentos, como ellos me cuentan cómo mis canciones los acompañan a ellos”, dijo.
El EP, que incluye colaboraciones con artistas mexicanos y españoles, refleja la conexión que Abel ha forjado en sus viajes. “En los últimos 15 años viajé mucho a México y España, más a escribir canciones que a dar conciertos. Hice grandes amigos y encontramos una musicalidad particular”, relató, destacando temas como 11.000 o Aquí te espero, nacidos de esas colaboraciones.
Con 40 canciones en proceso para su próximo álbum, Abel se mostró ilusionado: “La selección va a ser difícil, pero hoy la música nos permite ir editando de a poco”.
Más allá de la música, Abel habló de su interés por estudiar psicología, una disciplina que conecta con su forma de entender la comunicación. “Hay momentos para la metáfora y momentos para hablar claro. En la música pasa igual: hay profundidad tanto en las imágenes poéticas como en lo cotidiano”, reflexionó.
Esta dualidad también se refleja en su vida personal, donde combina su rol de padre, artista y aprendiz en el mundo agrícola. Sobre sus proyectos en el campo, como Plan Divino en Mercedes y Mendoza, aseguró: “Somos aprendices. Venimos de la música, de la producción, y encontramos en el campo un espacio de aprendizaje que queremos compartir”.
Con su característica humildad, Abel también abordó el impacto de su música. “No busco explicar por qué las canciones calan tan hondo. Parte de la magia de la música es que hay cosas que no se pueden explicar. Creo en la música como creo en Dios, porque no todo se puede entender”, afirmó.
Esa conexión con lo inefable es la que lo llevará esta noche a la Plaza de la Música, donde promete un encuentro emotivo con su público cordobés.Sobre su agenda, confirmó que estará en los festivales del próximo verano, un espacio que considera esencial para los músicos populares. “Nacemos y nos criamos en los festivales. Son un lugar de encuentro con la cultura y el público”, aseguró, despejando dudas sobre su presencia en la temporada festivalera.
En un tono más personal, Abel habló de su relación con la ansiedad, un tema recurrente en la vida moderna. “Soy ansioso, pero no lo veo como un defecto. Trabajo para que no me controle y me deje disfrutar las cosas a su tiempo”, confesó.
Como padre, también se refirió al uso de dispositivos en su familia: “Lo llevamos con naturalidad, pero estamos atentos, sobre todo con los más pequeños. Hay que enseñarles a administrar, aunque sea desde chicos”.
Con una carrera que comenzó cuando era apenas un niño y un presente que lo encuentra explorando nuevas facetas, Abel Pintos llega a Córdoba con la misma pasión que lo ha definido durante tres décadas.
Entrevista de Alejandro Bustos.