En un contexto en el que la industria cultural se encuentra marcada por la velocidad de consumo, surgen iniciativas que buscan reconectar con la raíz. La experiencia musical en vivo, en su forma más cruda y emocional, continúa siendo un refugio.

Asimismo, cobran una importancia especial las historias que hay detrás de las canciones, las trayectorias personales, las tensiones entre la escena y la industria, entre el deseo artístico y las condiciones materiales de producción. Un buen registro no solo transmite lo que suena, sino lo que se dice, lo que se calla, lo que se construye desde lo colectivo.

Dentro de ese universo se destaca “Un Día en el Paraíso”, un ciclo que combina sesiones musicales con entrevistas íntimas que invitan a conocer a los artistas y su música desde un prisma diferente. Para conocer más detalles sobre este proyecto, Grupo Mediatres dialogó con uno de sus integrantes, Conrado Silvela.

Conrado Silvela está a cargo de la masterización analógica en Casa Rara y comparte el proyecto de Un Día en el Paraíso junto a un equipo de profesionales. Hadta el momento, el ciclo cuenta con cinco capítulos y su presentación oficial fue con la edición de la banda Las Manos de Filippi, celebrando los 30 años del histórico tema Sr. Cobranza.

Un lugar donde la música florece

Para comenzar, ¿cómo nació la idea de crear “Un Día en el Paraíso” y qué razones motivaron este proyecto?

C.S: La idea de crear Un Día en el Paraíso fue la de poder brindar, tanto a artistas, productores y sellos discográficos, un entorno en el cual poder resaltar el valor de la música en vivo, enfocándose en la calidad técnica y estética, y principalmente contar, invitar al espectador u oyente a cada universo propio de todos los músicos que participan en el ciclo.

El ciclo combina entrevistas íntimas con música en vivo. ¿Cómo trabajan el equilibrio entre ambos aspectos para que cada capítulo tenga identidad propia?

C.S: No tratamos la entrevista y la música como secciones independientes, sino como partes de una misma experiencia. Esa unión —la voz del artista, su historia, su universo y su música— es lo que le da a cada episodio identidad propia. En cuanto a las entrevistas, están a cargo de Carucha Podestá, llevando cada encuentro a una narrativa íntima, explorando historias e influencias de cada agrupación.

La calidad visual y sonora es uno de los sellos del proyecto. ¿Qué decisiones técnicas y estéticas tomaron para alcanzar ese nivel de producción y cómo fue el trabajo colaborativo entre los equipos?

C.S: A nivel técnico musical, tenemos tres grandes procesos: grabación, mezcla y mastering analógico. Con cada banda musical que participa en el proyecto, Martín Gandulfo, de Estudio Paraíso, se encarga de realizar la mejor selección en cuanto a equipamiento para grabar esa sesión lo mejor posible, acorde a cada género musical que se nos presenta. Luego de grabado el tema, se hace la mezcla en una consola API THE BOX®. De ahí pasamos al mastering analógico, a cargo mío en Estudio de Mastering Analógico Casa Rara. En cuanto a la producción visual, está a cargo de Rodrigo Aciar, de Moby Audiovisuales. Nuevamente, según la cantidad de integrantes y dinámica propia de los grupos, se seleccionan distintos recursos para lograr una calidad óptima en cuanto a imagen. Terminados estos procesos, se realizan reuniones con los tres equipos para cuidar hasta el más mínimo detalle, ya sea visual o sonoro.

El ciclo se presenta como una “puerta abierta al corazón de la música”. En ese sentido, ¿qué tipo de vínculo buscan generar con el público que se acerca a ver cada entrega?

C.S: En esencia, el ciclo busca construir un vínculo cercano, humano y honesto, mediante una conexión íntima donde el público no es un espectador pasivo: es invitado a entrar a un espacio privado donde el artista se muestra tal cual es. De alguna manera, se rompe la barrera entre “el show” y “la persona”: la entrevista y la interpretación en vivo se complementan para revelar la historia detrás de la música.

Por último, ¿qué planes tienen a futuro para “Un Día en el Paraíso”?

C.S: Los planes a futuro para Un Día en el Paraíso son seguir grabando nuevas sesiones con más artistas, tanto de bandas emergentes como artistas consolidados. Nos apasiona lo que hacemos, y la idea es ofrecer todo nuestro conocimiento y experiencia a la mayor cantidad de músicos.