Daiana C., alias

Semanas atrás, Infobae dio a conocer la historia de Daiana C., alias “La Pepona”, detenida por la Policía Federal. La habían capturado en el Barrio Ramón Carrillo de Villa Soldati, acusada de un feroz secuestro extorsivo cometido en la zona en junio de 2024, donde la víctima fue captada por una falsa venta de una moto en Facebook Marketplace para luego ser arrastrada a golpes por los pasillos del asentamiento.

“La Pepona” estaba embarazada de ocho meses al momento del hecho. En su relato, su víctima recordó claramente su panza. Ya había sido madre: su primer hijo tenía tres años. La ruta de la plata fue su ruina. Los investigadores, con una causa a cargo de la Justicia federal, con el fiscal Eduardo Taiano, llegaron hasta ella porque, literalmente, cobró el rescate con una billetera virtual a su nombre.

Pero Daiana era solo una pieza en la historia. Faltaba el resto de su banda: muchos ya habían sido detenidos para aquel entonces por la Policía de la Ciudad, señalados por una ola de hechos ocurridos entre 2023 y 2024.

El secuestro de 2024 no fue el único. Habría sido el segundo para Daiana: la Justicia la investigaba por otro episodio idéntico cometido en 2023, cuando la joven madre aceptó su culpa en un juicio abreviado por el delito de encubrimiento. En paralelo, se investigaba a la banda por una serie de robos a mano armada. Todos los acusados, Daiana incluida, confluían en el secuestro de 2023, el delito más grave de todos.

El 28 de mayo último, casi un mes después de la captura de “La Pepona”, cinco hampones vinculados a Daiana fueron condenados por el Tribunal de Menores N°1, con penas particularmente duras. Eran casi todos mayores al momento de los hechos, pero uno de ellos, apodado “Cheché”, tenía 17 años.

Así, “Cheché”, nacido en 2006, recibió ocho años de cárcel por dos hechos de robo a mano armada y por el secuestro cometido en 2023. Lautaro García y Matías Uriel Ayala, tres años en suspenso por una parte menor en otro robo a punta de pistola. Leonardo Ariel Morales recibió once años y seis meses, pena idéntica para ambos, por robar en banda y por secuestrador. Gustavo Valdiviezo recibió un poco más: doce años y seis meses, cuando el Tribunal N°1 sumó dos penas previas en su contra por causas que databan de 2017 y 2018. Sabrina Cristaldo Pereyra, la última en la lista, recibió dos años en suspenso por otro robo a mano armada, también en un rol menor.

En el fallo firmado por el Tribunal N°1, Daiana es mencionada 17 veces.

El barrio Ramón Carillo, donde ocurrieron los ataques.

Hasta los parlantes

Los asaltos de la banda siguen. Básicamente, el mismo guion. El 29 de septiembre de 2023, un hombre fue citado por Marketplace para señar la compra de un Peugeot. “Tengo a mi papá enfermo y no puedo ir hasta allá, vení hasta mi casa, casi llegando a la esquina”, le dijo un delincuente. Lo rodearon al llegar a Lacarra y el pasaje B del asentamiento. Le robaron el iPhone y la plata que llevaba.

Febrero de 2024, misma historia. “Cheché”, Uriel y Lautaro pidieron un auto de aplicación desde la villa, con destino a Flores. El auto llegó. Encañonaron al chofer y le robaron el teléfono.

Desde ya, el secuestro fue lo más grave de todo. Ocurrió el 16 de septiembre de 2023, con dos víctimas, capturadas en la esquina de Lacarra y el pasaje “E” del Ramón Carrillo. La cita, otra vez, fue por Marketplace. La banda ofrecía una moto Honda Titan a 450 mil pesos de aquel entonces, un buen trato. Un interesado y su amigo se acercaron al asentamiento, en un Volkswagen Bora. El hombre al volante entró en pánico al ver a la banda. Dio marcha atrás por el pasaje “E”, chocó contra un Citröen C4. Uno de los hampones le dijo: “¿Qué hacés? ¿Te querés ir?»

Así, comenzaron a robarles: tarjetas, billetera, teléfonos. Leonardo Morales intentó, incluso, robarse los parlantes del auto. Al fracasar en su intento, se llevó una caja de herramientas. “Cheché”, mientras tanto, le exigía a una de las víctimas que desbloquee su celular para vaciarle las cuentas. Lo obligó a llamar a su hermana. La amenaza fue clara:

-Si no pagás, le corto los dedos.

Así, “Cheché”, consumidor de tusi y marihuana condimentada con cocaína, según él mismo, que abandonó la escuela en sexto grado, se graduó en el hampa: según la condena, pasó de ratero a secuestrador.

Las víctimas estuvieron cautivas unas pocas horas. El rescate fue de 220 mil pesos. El pago se hizo, insólitamente, por billeteras digitales. La banda distribuyó el dinero a varias cuentas, entre ellas, una de Daiana C. Al año siguiente, “La Pepona” tendría un presunto rol en el segundo secuestro, uno mucho más agresivo.

El Tribunal N°1, integrado por los jueces Jorge Apolo, María Rosa Cassara y David Perelmuter, ordenó profundizar la investigación. El teléfono de Morales era el problema: la pericia al aparato reveló una trama de posibles nuevos delitos, historias de venta de armas y ataques de viudas negras.