Vidallé con la Copa Libertadores

Argentinos Juniors y Boca se verán las caras esta tarde en la primera fecha del Torneo Clausura 2025. El escenario será el Diego Armando Maradona, estadio que lleva el nombre del astro argentino que vistió ambas camisetas. Los recuerdos sobre el Diez siempre están latentes en los ex compañeros que compartieron alguna vez vestuario con él y lo pudieron disfrutar de cerca. “No puedo pedir más. A nivel futbolístico, es lo más grande que vi en mi vida. Es lo más grande que vi junto con Pelé”, sentencia Enrique Bernardo Vidallé, quien compartió plantel con Pelusa en la Copa América de 1979, bajo la dirección técnica de César Luis Menotti.

Vidallé y Maradona tiene varias cosas en común, además de vestir la camiseta Albiceleste. Ambos jugaron en el Xeneize y el Bicho, aunque en diferentes épocas. El portero, oriundo de Canals, provincia de Córdoba, nació futbolísticamente en Boca, club en el que llegó a debutar en Primera en 1972, mientras Diego era un chico que se lucía en los Cebollitas. “Estuve del 69 hasta el 76 cuando vino Juan Carlos Lorenzo y me tuve que ir, porque lo trajo al Loco Gatti y no había lugar para los dos. Era él o yo. Yo o él. Uno de los dos se tuvo que ir, y me fui yo”, resalta el ex futbolista, de 73 años, que disputó 37 partidos con la Azul y Oro.

Tras su paso por Boca, Vidallé se marchó a Palestino de Chile, donde se consagró campeón del campeonato nacional de 1977 y fue elegido el mejor arquero de la temporada. “No pude integrar la selección chilena que disputó las eliminatorias para el Mundial 78 por Augusto Pinochet. No quiso que un argentino integre la selección”, reveló el cordobés en cuánto a la negativa del ex dictador trasandino.

Vidallé surgió en Boca, pero la llegada del Loco Gatti lo obligó a emigrar

En 1977, el cordobés volvió y su destino fue La Plata, con una particularidad: jugó en Gimnasia y Esgrima y más tarde en Estudiantes. “Me insultaban los hinchas de los dos, especialmente los de Estudiantes sabiendo que venía de Gimnasia. Algún aplauso había, porque me salía atajadas brutales”, admitió.

Tras su paso por la Ciudad de las Diagonales, llegó a Huracán en 1982 y luego llegó el momento de gloria en Argentinos Juniors, donde se consagró campeón por primera vez en la historia en 1984 y repitieron en 1985. Además, con el Bicho levantó la Copa Libertadores 85 y la Interamericana 86, aunque perdió la final de la Intercontinental frente a la Juventus en Tokio, Japón, en el mismo año que Maradona se coronó campeón del Mundo con la selección argentina.

“Para la mayoría, significó la mejor final de la historia contra la Juventus. No creo que un equipo ‘chico’ como Argentinos Juniors vuelva a repetirla. Ojalá me equivoque. Estoy convencido de que merecimos ganar, pero el fútbol es así”, afirma en diálogo con Infobae.

– ¿Qué es de su vida, Enrique?

– Estoy trabajando en Argentinos Juniors, junto a Adrián Domenech y el Bichi Borghi en la Comisión de Fútbol, con la idea de elegir refuerzos y tener trato directo con Nicolás Díez, que es el entrenador. También, trabajamos en general, en todo el fútbol, con el director, que es Raúl Sanzotti. De a poquito vamos insertándonos porque no es fácil. Argentinos tampoco necesita tanto, necesita, pero no tanto. Argentinos saca jugadores, no trae. Pero bueno, siempre hace falta. Así que en este mercado hay cinco contrataciones. Se terminó de cerrar a Matías Jiménez, el 9 de Independiente. Cinco contrataciones en diferentes puestos. O sea, que lo que había pedido Nico creo que está. Hace un par de días, tuvieron el último amistoso contra Gimnasia y Esgrima, anduvieron muy bien. Argentinos está jugando bien, como jugó el último semestre.

– ¿Pudieron mantener a Alan Lescano?

– Sí, hasta ahora sí. Esto nunca se sabe. Hasta ahora sí. Y sí, en los casos cuando a veces hay que negociar, se negocia. Pero bueno, hoy por hoy está.

– ¿Qué le faltó a Argentinos Juniors para llegar a la final del pasado Torneo Apertura?

– Quizás le faltó suerte. Un poco cerrar los partidos con goles. Y bueno, un poco de experiencia también, que a veces hace falta, que es importante dentro de un equipo ¿no? Jugó bien, mereció siempre el resultado que obtuvo, siempre lo mereció, y eso ya es importante. Fue un buen arranque de año, con técnico nuevo y algunos jugadores nuevos. Está bien, creo que el balance está muy bien. Obviamente, que uno quiere coronar, salir campeón, pero bueno, no es tan fácil. Y se necesita un poquito de suerte, quizás no la tuvimos.

En la Selección jugó con Maradona y Passarella

– Igual sigue siendo el semillero del fútbol argentino, ¿no?

– Sí, sí, está bien Argentinos. Está bien en divisiones inferiores. Está muy bien manejado. Creció mucho el club. Yo hacía muchos años que no volvía. Es impresionante el predio CEFA en el Bajo Flores. Es extraordinario. La concentración de jugadores, la cancha, todo. Está muy bueno. Creció mucho Argentinos. Se puede decir que es uno de los clubes que ya está casi por ser grande.

– ¿Qué le faltaría para ser un equipo grande?

– Le falta ganar un par de campeonatos nomás. Pero tiene una copa importante, en la década del 80. Fueron los últimos logros de Argentinos. Ya te digo, no es fácil. Equipos como el nuestro de 1985 es muy difícil de conformar, de armarlo. Son equipos que salen de vez en cuando. Es la realidad, no lo digo por mí, sino por el equipo en sí. Los jugadores que tenía, uno mejor que el otro. No es tan fácil de armarlo, ¿no? Pero bueno, estamos en la búsqueda de eso, y vamos a ver qué pasa.

– Argentinos debuta contra Boca en el Torneo Clausura. ¿Qué análisis hace en la previa?

Boca no viene bien, no tuvo un buen Mundial de Clubes, pero tiene un técnico nuevo. Argentinos está bien. Y bueno, Boca tiene a Miguel Russo que es un viejo zorro, un zorro viejo. Sabe lo que tiene que hacer. Boca es Boca, indudablemente, y hay que respetarlo siempre. Así que bueno, veremos, veremos. Argentinos obviamente va a salir a ganar como sale en todos los partidos.

Integró un Argentinos Juniors que quedó en la historia

– ¿Cuándo dicen hay que respetarlo siempre a Boca, lo dice por su corazoncito o como ex arquero xeneize?

– Yo soy de Boca. Mi mamá es Boca. Argentinos es mi señora, pero mi mamá es Boca. Es así. Hay que respetarlo. Obviamente, lo mismo con River. Son clubes grandes, no hay clubes como esos en este país. Siempre hay que respetarlo. Tiene buenos jugadores, tiene un gran plantel y muchos jugadores. Ellos tienen para elegir uno u otro. Generalmente, de los grandes son los campeonatos. Yo soy de Boca, que pisa fuerte en todos lados, más allá de que no ande bien o esté complicado. En fin, todas esas cosas que se dicen, no sé si serán ciertas o no, pero que es tan complicado, es tan complicado. Uno ve que no le está yendo bien, pero no deja de ser Boca.

– ¿Cómo fue su paso por Boca?

– De chiquito, desde los 16 años estuve en Boca. Hice todas las Inferiores y después debuté en Primera en 1972. Después, fui a jugar a Chile y volví otra vez a la Argentina. Pero yo nací en Boca, donde estuve muchos años. Del 69 hasta el 76 hasta que vino Juan Carlos Lorenzo y me fui.

– ¿Por qué se fue?

Porque lo trajo al Loco Gatti y no había lugar para los dos. Era él o yo, o yo o él. Uno de los dos se tuvo que ir, y fui yo. Entonces, me quise ir y pedí que me vendiera. No es que me dejaron ir, sino que le dije “por favor, me dejan ir”. Hablé con Armando y le dije, me quiero ir de acá. Fue cuando a Hugo lo iban a vender a Talleres. Al final, no se fue y se quedó, y me fui.

– ¿Entendió en su momento que era usted o Gatti?

No, nunca lo entendí. Siempre querés jugar. Uno quiere jugar. Yo había jugado en las selecciones juveniles de Argentina, pero bueno. Después, Armando me quiere volver a traer y me dice, “bueno, uno de los dos”, porque estando los dos no podíamos estar los dos juntos. A Gatti le fue bien.

– ¿Era un Boca tranquilo en esa época o un vestuario complicado?

– No, Boca es el club más grande que hay en la Argentina, entonces siempre tiene altos y bajos. Tiene complicaciones, a nivel dirigencial. Estábamos muy bien manejados por Armando, uno de los mejores dirigentes que he conocido. En esa época, nosotros llegábamos y ganábamos todos los cuadrangulares. En fin, llegábamos a la final y la perdíamos. No pudimos meter un campeonato. En Primera, estoy hablando. Pero teníamos un equipazo, jugaba muy lindo Boca, como el de Argentinos de hoy, pero no podíamos meter un campeonato. Son cosas que tiene el fútbol, qué va a ser. O sea, lo que trasciende hoy de Boca, nosotros no lo vivimos. Pero no porque éramos mejores o no, sino que muchas cosas se cocinaban adentro. Teníamos más códigos, en todo sentido. Hoy también cambió mucho el periodismo, la televisión, todo, ¿no? Se meten por todos lados.

Vidallé jugó en los dos equipos de La Plata

– ¿Se perdieron los códigos hoy en el fútbol?

Yo creo que un poco sí. ¿Y a qué se debe? Bueno, cambiaron las épocas. Cambió todo. Yo creo que el fútbol de hoy se comercializó mucho. Hoy se vive bien, se gana bien. Obviamente que los jugadores se lo merecen. Porque si un jugador no le rinde al club en un 50% de lo que gana, no se le paga. Esa es la realidad. Al club le entra siempre más, sino, no te lo paga. Nadie regala nada. Por eso, si hoy gana el jugador lo que gana, es porque realmente lo genera y lo vale. Y está bien. Es un negocio muy grande, muy grande para todos. Con todos los círculos que mueve el fútbol, me parece bárbaro. A mí me gusta, qué sé yo, soy del fútbol.

– Después se fue a Palestino de Chile, ¿no?

– Sí, fui un año y medio, casi dos, y salimos campeones. Fui a jugar la Copa Libertadores con Palestino. Nos tocó en esa época. Era mano a mano con los estilos uruguayos. Después, el campeonato lo ganamos con Palestino. También, teníamos un muy buen equipo, con Elías Figueroa, Oscar Fabbiani y Miguel Ángel Pecoraro. En fin, teníamos un buen equipo y salimos campeones. Después, me trajo Gimnasia y Esgrima La Plata.

– ¿Es cierto que tuvo chances de integrar la selección de Chile?

– Sí, estuve entrenando y también iba a ir a Colo Colo. Estaba todo dado. Yo había aceptado. Me hicieron firmar desde la Asociación del Fútbol Chileno un documento, una carta que le escribieron a Augusto Pinochet, que era el presidente. Pero no me aceptó, Pinochet. Entonces, no pude integrar la selección chilena que jugaba el Mundial 78 por Augusto Pinochet. No quiso que un argentino integre la selección. En esas cosas no hay que renegar. Por un lado, puede tener razón. Por el otro, no. La cuestión es que no pude jugar. Pero si había aceptado, había firmado y todo, pero Pinochet no cedió. Faltaba la firma del Mandamás.

– Luego fue dirigido por Menotti en el Selección

– Sí, fuimos a Berlín para enfrentar a Alemania. Con Yugoslavia también jugamos. Era un señor Menotti. Uno de los mejores técnicos que conocí. A mí me gustaba el fútbol que tenía. Cómo manejaba las cosas, en fin. Era una excelente persona. No porque no esté, porque siempre lo dije. A mí no me llevó más a la selección. No es que se haya manejado mal. No le habrá gustado cómo jugué la última parte. Qué sé yo, nunca se sabe. Pero bueno, siguió con la gente que tenía, con los mismos que habían ganado el Mundial 78. Cada uno tiene sus gustos y su manera de hacer las cosas.

En aquel recordado Argentinos Juniors de mitad de los años 80

– ¿Jugó con Diego Maradona en aquella Copa América de 1979?

– Sí, jugó con nosotros. No puedo pedir más. A nivel futbolístico, es lo más grande que vi en mi vida. Es lo más grande que vi junto con Pelé. Ahora, apareció el monstruo de Newells, de Rosario, Lionel Messi. Otro genio.

– ¿Puede diferenciar entre Pelé y Maradona?

– No, los dos estaban parejos Pelé y Diego. Un escaloncito por debajo está Messi, ahí nomás. De ponerle un diez a los dos y un nueve a Messi, que es un monstruo. Lo que pasa es que hoy el fútbol es otro, pero hay que mantenerse como se mantiene Messi. Hay que estar en al máximo nivel tanto tiempo. Aparte, ganó todo. En un año, se juegan cinco copas, más de las que se jugaban antes. Claro, más partidos todavía. Muchos partidos y todo. Él sigue, está en vigencia, está bien. Sí. Y está como para jugar un mundial más. Yo creo que por ahí llega a jugarlo. Así que bueno, ojalá lo tengamos, ¿no?

– Después, pasó por Gimnasia y Esgrima y por Estudiantes, los dos equipos más importantes de La Plata. ¿Cómo lo trataron ahí?

– La rivalidad es grande. Fue de las pocas veces que alguien pasó de Gimnasia a Estudiantes. Y bueno, había gente de Estudiantes que no me quería, porque venía de Gimnasia. Y yo de Gimnasia estaba enojado porque me había ido a Estudiantes.

– ¿La pasó mal en algún momento? ¿Hubo alguna represalia?

 – No, nunca. De ninguno de los dos lados. Siempre algunas pavadas normales. Más por el lado de Estudiantes, con cosas que te decían por ahí en la tribuna. Me insultaban, pero eso algo normal, como cuando te vas de Colón a Unión. Pero bueno, muy contento no estaban los de Estudiantes que venía de Gimnasia.

– Después, pasó a Huracán y recaló en Argentinos. ¿En la Paternal fue la mejor etapa de su carrera?

– Sí, a nivel futbolístico a lo mejor el rendimiento fue el mismo. Lo que pasa es que se lograron cosas. Yo estuve en buenos equipos. Tuve la suerte de jugar con buenos compañeros y jugadores. En Gimnasia teníamos un equipazo con Juan Carlos Touriño, Carlos Della Savia, el cordobés Alberto Beltrán, Juan Miguel Tutino. En Estudiantes, también un equipazo con la Bruja Verón, jugábamos lindo. Después en Boca ni hablemos con Carlos García Cambón, Osvaldo Potente, el Chino Benítez, Miguel Nicolau. Yo debuté con el Chapa Suñe, Roberto Rogel, Julio Meléndez y Silvio Marzolini. Bueno, en Huracán lo mismo. Tuvimos un buen equipo y peleábamos algo, pero no llegábamos a concretar nada. En Huracán, estuve en la época de Carlos Babington. Y después vine a Argentinos con Jorge Holguín, el Chivo Pavoni, el Puma Morete, Emilio Commisso, Adrián Doménech. Venía uno mejor que el otro, la verdad. El Bichi Borghi que apareció, Pedro Pasculli. Aparte jugamos el fútbol del Flaco Menotti pero con Roberto Saporitti como DT.

– Luego, ¿jugaron la final contra Juventus en Tokio, pero con el Piojo Yudica como entrenador?

– Claro, lo que pasa es que se amalgamaron las cosas. Nosotros tuvimos un genio en el club como fue el profesor Álvarez. Vino con el Sapo, con Saporiti. Yo lo había tenido, ya lo conocía de Boca. El profe era un genio para unir grupos y esas cosas. Estaba el Chivo Pavoni también. Y bueno, había gente grande y te escuchaban. Cuando jugábamos, te escuchaban. Porque la verdad, en el fútbol la verdad no la tiene nadie. Lo importante es hablar para el bien del grupo, no para el bien de cada uno. Y bueno, el Piojo lo mismo, un señor. Hemos tenido nuestros altercados. Yo he tenido los míos. Me sacó el Piojo en un momento, pero bien, nunca habló. Por eso te digo que los códigos antes existían y te respetaban, pero tuvimos dos técnicos en esa época. Aparte de un gran equipo, dos técnicos excepcionales. Porque esa es la realidad. Y los dirigentes manejaban bien las cosas, ya que también la parte dirigencial es fundamental.

– ¿Por qué se retiró? ¿A qué edad?

– Me retiré a los 35. Podría haber seguido. Me puse a trabajar como buscador de talentos. Veía jugadores en el interior. Los traía a Buenos Aires. Para un club y para el otro. Porque también trabajé con un empresario muy grande en Europa, Vinicio Fioranelli. Él me llevaba para elegir jugadores. Yo acompañé a mi hijo cuando se fue a jugar a Europa. Entonces, estuve un par de años viviendo en Italia, y un año en Suiza. Yo acompañaba a este hombre a ver jugadores de distintos países. Y ahí contrataba, representaba y manejaba muchos de la Juventus, el Inter de Italia, el Milán. Después, cuando vine acá un poco hice lo mismo. También me dediqué al campo. En realidad, yo dejé el fútbol para terminar el tema del campo.

– ¿Qué hizo?

– Trabajaba en un frigorífico. Hace unos años compré un campo en Chivilcoy, al comienzo teníamos ganadería. Luego, sembramos soja, maíz y trigo, principalmente. Nada que ver una cosa con la otra. Pero bueno, es trabajo, ¿no? Sí, hay que seguir trabajando. Cambiaron las épocas. En mi época, jugabas con 20 años y tenías que seguir trabajando. Hoy ya no, y está bien. Me parece bárbaro que los jugadores no inventen una vida. Uno se dedica al fútbol y después encima tiene que seguir laburando.