A través de la empresa Trenes Argentinos Operaciones, el Gobierno resolvió no prorrogar el contrato de concesión con la empresa responsable de la terminal porteña de la línea Sarmiento, Nueva Estación Once S.A. La compañía está comandada por el empresario Néstor Otero, y esta determinación de la administración libertaria podría configurar un principio de avance para que, en meses posteriores, se replique contra otra de sus concesiones: la terminal de ómnibus de Retiro.
La concesión que Otero tenía en la terminal porteña de Once incluía una superficie total comercial en uso de casi 21.000 metros cuadrados, que cuenta con 82 locales en planta baja, 39 en el entrepiso y dos estacionamientos comerciales con más de 11 mil metros cuadrados.
Esta concesión había sido otorgada, originalmente, en 2005 y por un lapso de 20 años. Sin embargo, durante el 2015 se extendió el contrato hasta el 2033. En el Gobierno manifestaron que se trató a través de “una adenda otorgada de forma irregular, esencialmente por los precios que se manejaban”.
La concesión no exhibía precios millonarios, sino que todo lo contrario: los cánones eran muy bajos: llegando a cifras que van desde los $ 197.000 a los de $ 226.000 mensuales para el periodo extendido.
En tanto, aclaran que las posibilidades del negocio seguramente ofrecían ganancias extraordinarias o millonarias, por lo que la nueva concesión adecuará los cánones a “precios razonables” en función del negocio potencial.
La concesión original vencía mañana 10 de julio, y la cúpula de Trenes Argentinos Operaciones tomó la determinación de no prorrogarla.
Ante la consulta de Infobae, desde el Gobierno no dieron mayores precisiones sobre qué sucederá con los locales que formaban parte de la concesión ni sobre cuáles serán los tiempos para abrir la nueva licitación, que no vendría solo con actualizaciones en las tarifas hacia la empresa ganadora. “Pretendemos modernizar los espacios, integrarlos al entorno urbano y garantizar un uso más eficiente para el servicio del pasajero y la comunidad, dejando atrás viejas prácticas que perjudicaban al Estado”, afirman.
Se trata de una primera medida que puede presagiar otra posterior, la determinación para avanzar contra la concesión que Otero, también llamado “el Zar de Retiro”, tiene sobre esa terminal de ómnibus. “Lo de Retiro está a la vuelta de la esquina. Trenes Argentinos tiene sus oficinas en esa zona y sabemos el estado en la que está. No hay fecha definida”, confirma una fuente oficial. “La idea inicial era tener una buena concesión, que sea redituable; y sobre todo, que no sea algo burdo lo que se pague. Se va hacia el fin de eso”, indicó otro funcionario del Gobierno.
Semanas atrás, este medio adelantó que en algunos despachos oficiales empezó a trascender que Javier Milei podría firmar un decreto que declararía de interés público al predio e impulsaría una licitación para renovar la zona y darle más competitividad.
Todavía no estarían empalmadas las fechas para realizar cambios en la terminal de Retiro. Aun así, la actual administración de la Secretaría de Transporte de la Nación, Luis Pierrini, está en línea con esta política determinada durante la gestión de su antecesor, Franco Mogetta.
En octubre del año pasado, la gestión de Mogetta incrementó el canon mensual que debe abonar la concesionaria TEBA S.A., controlada por Néstor Otero. Mediante la Resolución 37/2024 de la Secretaría de Transporte, el monto pasó de $3.654.876 a $34.258.624, lo que representa un aumento del 837% respecto a la cifra que permanecía sin cambios desde 2020, durante la presidencia de Alberto Fernández. Además, se estableció una fórmula de actualización cuatrimestral para revisar periódicamente el canon, más allá de los costos.
La terminal de Retiro, con sus locales comerciales, estacionamientos y terrenos, constituye una fuente de ingresos significativa que Otero explota desde 1993, con la anuencia de sucesivas administraciones y sin actualizaciones relevantes en el canon de “alquiler”. La sociedad concesionaria TEBA S.A. ha mantenido el control de la terminal durante más de tres décadas, generando ingresos millonarios cada mes. Otero, conocido como “el zar de Retiro”, ha sido investigado en varias causas por la Justicia Federal por lavado de dinero y coimas, y en algunos casos fue procesado y condenado.
En ese entonces se conoció cómo Otero acudió a la Casa Rosada para expresar su descontento por esa medida. Fue una audiencia solicitada al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta. Durante la reunión, prometieron analizar el reclamo y le plantearon la posibilidad de transferir la terminal a la Ciudad de Buenos Aires.
En ese entonces hubo conversaciones preliminares entre funcionarios nacionales y las áreas de Transporte que dependen del Ministerio de Infraestructura, a cargo de Pablo Bereciartua. Estas no prosperaron. “No sabemos si querían traspasarla. Nunca mostraron esa voluntad. La verdad que sería un avance en la autonomía de la Ciudad, pero no hace mucho no hay conversaciones en ese sentido”, afirman en esa cartera.
Un primer paso en esas tratativas había sido la cesión de 31 líneas de colectivos que solo circulan dentro del territorio porteño.
En ese anuncio celebrado el año pasado en Casa Rosada, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, recordó que faltaban otros elementos clave que pudieran contribuir a la “autonomía plena de la Ciudad” como Inspección General de Justicia, el Puerto, la Justicia Nacional y la misma Terminal de Retiro.
La relación entre la administración de Milei y la Ciudad se encuentra en su peor momento. Fue determinante la disputa electoral que tuvieron ambos bandos en las elecciones porteñas, así como las que se disputarán en octubre: el Gobierno quiere volver a competir contra el PRO y ganar nuevamente en la Ciudad; a la vez que tensaron con los jorgemacristas en las negociaciones por la alianza electoral por la provincia de Buenos Aires.