La última vez que yo escuché a Nahuel fue pidiéndome ayuda. Y eso es lo que me tortura a mí todos los días”, relató, con la voz quebrada, María Alexandra Gómez, la pareja de Nahuel Gallo, el gendarme argentino secuestrado en Venezuela desde el 8 de diciembre por el régimen de Nicolás Maduro.

La historia de Nahuel Gallo y su familia está envuelta en un manto de opacidad desde el momento de su detención, pese a los intentos del Gobierno nacional de conseguir su liberación. Según narra su pareja, la única información concreta que recibió proviene de fuentes extraoficiales, personas que compartieron espacio con el gendarme en el centro de detención conocido como “El Rodeo”. La última imagen que se tiene de él fue difundida por el régimen chavista. Así, se lo puede observar caminando junto a otras dos personas.

“Me lo dijo una persona que salió del rodeo, que fue liberada del rodeo. Me dijo ‘Sí, lo conocí. Lo conocí hace cuatro meses. Estuvimos juntos en el mismo pasillo. Me lo encontraba en el patio’”, comentó Gómez en una nota con Telenoche, subrayando la ausencia total de comunicación oficial por parte de las autoridades venezolanas.

El régimen de Maduro difundió imágenes de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en Venezuela

La búsqueda de Nahuel llevó a su pareja a realizar múltiples visitas a la cárcel donde, según le informaron, podría encontrarse. Sin embargo, cada visita se convierte en un ritual de frustración y tensión.

“Uniformados, vestidos de negro y todos encapuchados, con máscaras y unos lentes. Y con armas largas”, describió María Alexandra Gómez sobre los agentes de la cárcel.

“Me pedían mi identificación y yo les mostraba que era la pareja de Nahuel Agustín Gallo, el ciudadano argentino fue detenido el 8 de diciembre. Les decía que yo sabía que él estaba ahí. Me preguntaban, ‘pero cómo sabes, por qué preguntas’. Después, me hacía esperar un momento para buscar información. Me plantaban una hora y más tarde salían para decirme que no está. Y así fue hace tres meses”, detalló la mujer.

La vida cotidiana de la familia quedó profundamente alterada por la ausencia de Nahuel. Su pareja intenta mantener viva la memoria del padre en su hijo pequeño, Víctor. “Yo lo que más puedo hacer es siempre mostrarle fotos de Nahuel, mostrarle videos para que escuche su voz. Y obviamente extraña a su papá, cada vez que ve una foto dice ‘papá’. Lo reconoce”, explicó.

Su pareja intenta mantener viva la memoria del padre en su hijo pequeño, Víctor

La mujer carga con algo de culpa por los acontecimientos que llevaron a la detención, puesto que narró: “Hace un poco más de un año comencé a extrañar Venezuela, y Nahuel viene y me dice ‘vamos a hacer algo, vamos a hacer que vayas, yo voy a hacer que vayas’. Pisar Venezuela, para mí, después de seis años fue, fue lo máximo y Nahuel estaba muy feliz por ir con nosotros. Yo me sentí como que responsable de lo que le pasó”, confesó.

El gendarme Gallo (cabo primero, 33 años) intentó entrar a Venezuela el 8 de diciembre de 2024 desde uno de los puentes internacionales que unen al país caribeño con Colombia: había salido desde Mendoza, donde tenía sus tareas asignadas, y pretendía llegar a Caracas, donde lo esperaba a su pareja para pasar las fiestas. Desde ese día, permanece secuestrado por orden de las autoridades de la dictadura de Nicolás Maduro, acusado, sin pruebas en su contra, de tener un “plan criminal bajo el ropaje de una visita sentimental”. Incluso, Maduro lo acusó falsamente de tener intensiones de atentar contra el vicepresidente de Venezuela.

El régimen de Maduro difundió imágenes de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en Venezuela

El momento de la detención de Nahuel quedó grabado con precisión en la memoria de su pareja. “A las 10:57, nunca se me olvida, recibo esa llamada de Nahuel diciendo que lo ayudara. Y se me vino la vida encima, se me vino el mundo encima, se me vino lo peor. ‘¿Pero quién te está llevando?’ Y hasta ahí, no escuché nada más. Me colgó”.

“Me llama el número del remisero. Yo devuelvo la llamada y el remisero lo que me dice es ‘señora, pierda cuidado, pero a su marido se lo está llevando una camioneta negra con el rotulado del DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar). No sé qué hacer. No sé cómo ayudarla, pero me mandaron a irme’. Esa fue la última vez que yo escuché a Nahuel y fue pidiendo mi ayuda. Y yo digo que eso es lo que me tortura a mí todos los días”, recordó. antes de quebrarse.

La pareja de Nahuel describió cómo la ausencia se convirtió en una presencia constante, en una herida que no cicatrizó: “No he dejado de buscarlo, ni un segundo. No lo he dejado de querer. Todos los días le hablo a su hijo de él. Todos los días sueño con él. Que me llama, que lo liberaron. Ese es el sueño más nítido que tengo”, concluyó.

María Alexandra Gómez junto a Nahuel Gallo, el gendarme secuestrado en Venezuela

Hace poco más de una semana, Argentina presentó nuevamente su reclamo ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) por la situación de Nahuel Gallo. El reclamo estuvo a cargo de Carlos Bernardo Cherniak, representante permanente de la Argentina, quien demandó la “inmediata liberación del ciudadano argentino Nahuel Gallo y de todas las demás personas ilegalmente detenidas”, según su declaración registrada en el acta oficial del organismo.

El diplomático insistió ante el plenario que Argentina considera arbitraria la detención y subrayó: “Demandamos el pleno respeto a sus derechos humanos, de conformidad con el derecho internacional y los tratados bilaterales existentes entre ambos países”.

Luego de exigir la liberación del gendarme argentino, Cherniak aprovechó la oportunidad para denunciar nuevamente las “violaciones a los derechos humanos y el abuso de poder” por parte de Nicolás Maduro y recordó el fraude electoral perpetrado el año pasado.

También mencionó “el asedio que sufrió la Residencia de la Embajada de la República Argentina en Caracas y el hostigamiento a los ciudadanos venezolanos que permanecieron allí asilados”.