“Hicimos historia”, se enorgulleció Alejandra Arias tras lograr que la justicia de La Rioja condenara a 35 años de prisión al exfuncionario Alfredo Chade por el abuso sexual agravado de su hija menor de edad, entre 2016 y 2019.
La mujer, que venía librando una batalla judicial desde hace seis años, aseguró sentirse “feliz y en paz” tras conocer la sentencia del tribunal integrado por el juez Alberto Miguel Granado como presidente, y las juezas Claudia Zárate y Antonia Elisa Toledo como vocales.
Los magistrados determinaron que Chade es penalmente responsable de cuatro delitos sexuales: abuso sexual con acceso carnal agravado (con el agravante de haber sido el encargado de la guarda de la menor), promoción de la corrupción de menores agravada (con el agravante de haber usado amenazas y engaños para ultrajarla), producción de imágenes pornográficas de menores de edad y concurso real de los delitos (porque no se trató de un hecho aislado).
La sentencia, considerada inédita por su severidad, representa un hito en la justicia penal de La Rioja vinculada a delitos sexuales contra menores.
“No sabía si iban a darle los 35 años. Yo lo único que quería era que llegara el día, se leyera la sentencia y terminara preso”, afirmó Alejandra, conmovida y aliviada, luego de años de estrés e insomnio. También destacó que “la sentencia marcó un precedente y demostró que la justicia pudo escuchar a las víctimas y sus familias”.
Alejandra Arias se enteró de los abusos sexuales que sufría su hija, en enero de 2019, cuando juntas veían la película “Tierra Fría”, donde la protagonista también era víctima de situaciones similares. Por ese entonces, la menor tenía apenas 10 años y desde hacía 3 estaba siendo ultrajada por una persona de confianza de la familia: Alfredo Chade, jefe de su mamá, a quien la nena llamaba “lelo” por el cariño que le tenía.
Esa revelación fue el inicio de una denuncia judicial, que terminó de tomar impulso cuando Alejandra recibió de manera anónima, en su casa, más de 60 fotos y 30 videos de esas violaciones.
En una de las filmaciones, Chade aparecía en modo selfie y movía la cámara para que toda la escena del abuso entrara bien en el plano. La mayoría de los videos eran cortos, y solo algunos llegaban al minuto. Lo que quedaba claro es que había usado su casa de Chilecito, en La Rioja; el Museo Molino San Francisco, donde él era su director; y su casa de fin de semana, en Santa Florentina, para cometer esos actos aberrantes.
Gracias a esas pruebas, el fiscal Daniel Eduardo Zalazar acreditó que Chade fue el autor de los hechos y el Tribunal de Chilecito emitió un fallo ejemplar.
La lectura de la sentencia se realizó de manera remota. “Chade no estuvo presente por un tema sanitario: hay muchos casos de gripe y neumonía, y están siendo más precavidos. Incluso, acá todos volvieron al uso del barbijo”, explicó Alejandra.
La adolescente, por su parte, tampoco asistió a la lectura: “Los jueces armaron una audiencia privada por Zoom, donde le explicaron lo que habían resuelto”.
Según contó la mujer, fue la asesora de menores quien pidió que se elaborara una comunicación específica para la adolescente, que hoy tiene 16 años, en un lenguaje comprensible. “Es la primera vez que pasa algo así. Le bajaron la sentencia a tierra, en otros términos, no tan jurídicos”, detalló Arias.
Sobre la reacción de su hija al enterarse del fallo, la madre relató: “No lo podía creer. Lloraba, lloraba, lloraba. No podía hablar”. Para Alejandra, el fallo marca el cierre de una etapa: “A partir de hoy empieza otra vida, diferente. Estamos tranquilos y felices porque lo logramos”, remarcó.
Durante el juicio, Chade se abstuvo de declarar luego de que el Tribunal rechazara un pedido de nulidad presentado por su defensa, que cuestionaba la veracidad de los videos presentados como prueba.
Cabe destacar que, en etapas previas del proceso, Chade había declarado que la denuncia en su contra era motivada por despecho, alegando que mantenía una relación sentimental con la madre de la víctima y que, al negarse a formalizarla, ella decidió perjudicarlo. Sin embargo, Alejandra negó rotundamente estas afirmaciones, indicando que su vínculo con Chade era estrictamente laboral.
“Para defenderlo a Chade mintieron buscando solo un rédito político para aprovechar un descontento social, haciendo creer que era una lucha entre feministas y antifeministas. Y aún así, ellas avanzaron pese a cada golpe que recibieron. Son para mí un ejemplo de fortaleza, de templanza y resiliencia”, remarcó el abogado defensor David Calipo.
Las trabas, las chicanas judiciales y las maniobras dilatorias también fueron una constante del proceso. Se llegó al punto de que se quemó el archivo que contenía el informe de la Cámara Gesell de la niña de 10 años -donde había relatado con detalles todos los abusos por parte de Chade- y la defensa intentó impedir que se repitiera con el pretexto de protegerla, cuando en realidad buscaban garantizar impunidad.
“Parecía una persona intachable, pero es un monstruo”, recordó Alejandra, quien trabaja para Chade en el museo y contó que el hombre conocía a su hija desde recién nacida.
Tras la condena del Tribunal de Chilecito, Chade será trasladado al Servicio Penitenciario Provincial e inscripto en un programa de tratamiento para ofensores sexuales. Además, durante el tiempo que permanezca en prisión no podrá disponer de sus bienes.