Con 23 votos afirmativos y apenas uno en contra, la Legislatura de Neuquén dio luz verde este miércoles a la ley que establece restricciones al uso de teléfonos celulares en establecimientos escolares de todos los niveles educativos, tanto públicos como privados.
La medida, que entrará en vigencia una vez reglamentada por el Ministerio de Educación provincial, contempla distintos criterios de aplicación según el nivel escolar y exceptúa a casos específicos.
La normativa —que fue impulsada por varios bloques y recibió apoyo transversal— fija una prohibición total en los jardines de infantes. En el caso de la educación primaria, el uso de celulares sólo estará permitido en proyectos pedagógicos puntuales y con la autorización expresa de las familias. En cambio, en el nivel medio, el uso de los dispositivos deberá estar debidamente justificado por fines educativos, pero no será necesario el permiso de los padres o madres.
Además, se contemplan excepciones para situaciones de emergencia que requieran comunicación inmediata, así como para estudiantes con discapacidad que utilicen el celular como herramienta de apoyo.
El Ministerio de Educación será el encargado de fijar los lineamientos para su implementación concreta. Entre otros aspectos, deberá determinar si alcanza con que los estudiantes mantengan los teléfonos guardados en sus mochilas, o si se establecerá un sitio común donde dejarlos durante la jornada escolar. La ley se aplicará por igual en escuelas de gestión estatal y privada.
Uno de los legisladores que promovió la iniciativa, Carlos Coggiola (Neuquén Federal), señaló durante el debate que la ley “tiene mucho consenso social” y apuntó que ayudará a evitar no solo distracciones, sino también problemas vinculados a la salud como “miopías tempranas, trastornos de ansiedad y problemas auditivos”. Para Coggiola, la norma también representa un respaldo institucional para los equipos directivos y docentes: “Es necesaria una ley que respalde a la autoridad educativa”, remarcó.
Desde Juntos por el Cambio-NQN-UCR, César Gass apoyó el proyecto y sostuvo que existen estudios que evidencian cómo el uso de celulares en el ámbito escolar “disminuye el rendimiento y la concentración”. Su propuesta fue integrada a la versión final sancionada, luego de un trabajo de unificación de textos liderado por la diputada Gisselle Stillger, del bloque Arriba.
Stillger defendió la sanción y subrayó que con esta decisión la provincia se suma “a algo que ya es tendencia”. Argumentó que la medida no surge de una improvisación, sino que “está basada en evidencia científica y en recomendaciones médicas”. En su intervención, calificó a la ley como una herramienta “orientada al bien común y al interés superior del niño”, que apunta a “fortalecer los procesos educativos” y que no implica grandes erogaciones presupuestarias.
El único voto en contra provino del diputado Andrés Blanco (PTS-FIT), quien ya había manifestado su oposición en el tratamiento en comisiones. En su postura, advirtió que la aplicación de esta ley podría tensar la relación entre docentes y estudiantes.
Por su parte, Gerardo Gutiérrez (MPN) destacó que la medida introduce un debate de fondo sobre la salud mental de niños y adolescentes, y describió a la ley como “un gran disparador, un gran primer paso”.
El cierre de la discusión estuvo a cargo de la presidenta de la comisión de Educación, Mercedes Tulian (PRO), quien defendió la necesidad de la norma con una frase que cosechó aprobación en el recinto: “Ningún padre manda a su hijo a la escuela para que esté con el celular”.
Con esta votación, Neuquén se suma al grupo de jurisdicciones que ya regulan el uso de dispositivos móviles en el ámbito educativo. A la espera de la reglamentación definitiva por parte del Ejecutivo, los distintos niveles escolares deberán prepararse para adaptar sus prácticas cotidianas a una nueva etapa en la vida escolar.