En medio de una creciente rivalidad con Estados Unidos y sus aliados en la región del Indo-Pacífico, China comenzó a revelar detalles de su próximo caza furtivo de sexta generación: el J-36. Aunque todavía no fue presentado oficialmente, imágenes satelitales y filtraciones recientes apuntan a un prototipo avanzado, desarrollado por la compañía estatal Corporación de Industria de Aviación de China (AVIC) y el fabricante Chengdu Aircraft Corporation, el mismo detrás del actual J-20.

El J-36 es un avión trimotor, sin estabilizadores verticales, con alas en forma de diamante. Este diseño busca reducir al máximo su firma radar, clave para misiones de penetración profunda en espacio aéreo enemigo. Al igual que su competidor estadounidense más cercano, el B-21 Raider, o el conceptual NGAD (Next Generation Air Dominance), el J-36 prioriza el sigilo, la autonomía y la capacidad de operar en entornos fuertemente defendidos por sistemas antiaéreos avanzados.

Las novedades que trae el avión furtivo de China

Uno de los aspectos más llamativos del J-36 es que incorporaría capacidades de “supercrucero”, es decir, la posibilidad de volar a velocidades supersónicas sin necesidad de postcombustión, lo que reduce su firma térmica y mejora la eficiencia del combustible.

El J-36 incorporaría capacidades de “supercrucero”, lo que reduce su firma técnica y mejora la eficiencia del combustible.

Se especula también que integraría un radar de tipo AESA (Active Electronically Scanned Array), sensores ópticos distribuidos en 360 grados y la posibilidad de operar en red con drones de combate, al estilo del programa estadounidense “Loyal Wingman”.

El objetivo principal del J-36 sería establecer superioridad aérea en escenarios de alta intensidad, como el estrecho de Taiwán o el Mar de China Meridional. También apuntaría a misiones de ataque de precisión y guerra electrónica, todo con un enfoque en operar de forma coordinada dentro del modelo de guerra informatizada que promueve el Ejército Popular de Liberación (EPL).

Algunas fuentes militares afirman que podría usarse como una “lanzadera furtiva” para armamento hipersónico, lo que pondría bases estadounidenses o aliadas en riesgo sin advertencia previa.

Este nuevo avión podría utilizarse como lanzadera furtiva.

El liderazgo chino en la carrera armamentística

El desarrollo del J-36 se da en un contexto de modernización acelerada de las fuerzas armadas chinas. En los últimos años, Beijing invirtió masivamente en tecnología militar, buscando cerrar la brecha con EE. UU. en áreas como aviación, misiles y ciberdefensa.

El lanzamiento del B-21 Raider por parte de Northrop Grumman en 2022 y el anuncio del programa NGAD fueron vistos como una señal de alerta por el liderazgo chino, que ahora acelera su propio desarrollo de plataformas de sexta generación.

Pese a lo avanzado del diseño, el J-36 aún está lejos de ser desplegado. Se estima que su entrada en servicio no ocurrirá antes de 2030. No obstante, su existencia reafirma que China está comprometida en disputar la supremacía aérea global, no solo con números, sino con tecnología punta, inteligencia artificial embarcada y doctrina operacional avanzada.