La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad que transforma la forma en que operan las organizaciones en Argentina. A medida que crece la confianza en su potencial, también se dispara la demanda de perfiles técnicos capaces de implementar y aprovechar las nuevas herramientas de inteligencia artificial, pero estos profesionales son escasos.
Datos de mercado pronostican que la problemática irá en aumento: a nivel mundial, para 2027, casi la mitad de los empleos en IA podrían estar vacantes. Y en Argentina el panorama va hacia esa línea: “Si bien en nuestro país hay muchas personas que cuentan con conocimientos técnicos en inteligencia artificial, faltan especialistas, es decir, aquellos que entienden realmente cómo hacer que esta disciplina resuelva un problema de negocio concreto”, opina Ariel Albornoz, LATAM AI Solutions Expert en Aditi Consulting, que es una firma de servicios de ingeniería digital que atiende a empresas Fortune 500.
Para Albornoz, el problema es doble: “En inteligencia artificial todo avanza tan rápido que, muchas veces, no terminamos de entender una tecnología que ya quedó obsoleta. Eso genera una escasez constante de talento. Al mismo tiempo, la demanda de profesionales está creciendo y lo hará a un ritmo aún mayor en el futuro, porque todavía hay muchas empresas —sobre todo las más pequeñas— que ni siquiera han comenzado a imaginar cómo la IA podría ayudar a sus negocios. Cuando eso ocurra, la demanda se va a disparar mucho más”, vaticina.
Saber prompts ya no alcanza
Cristian Deferrari, Head of Infrastructure en la fintech Naranja X, cuenta que en esta organización desarrollan proyectos de alto nivel técnico, por eso buscan perfiles de IA, con experiencia en el diseño de arquitecturas multiagente, capaces de crear y coordinar flujos de trabajo donde varios agentes de inteligencia artificial generativa (GenAI) colaboran en tareas complejas, utilizando protocolos como MCP, como Model Context Protocol y Agent-to-Agent A2A, entre otros. “Es fundamental contar con personas que dominen frameworks de orquestación de agentes y cuenten con experiencia en entornos cloud-native. Más allá de saber interactuar con modelos mediante prompts, deben comprender cómo desplegar y evaluar modelos en producción. Valoramos especialmente a quienes transforman procesos tradicionales adaptándose creativamente a este nuevo paradigma multi-agente para maximizar la productividad y la experiencia de nuestros clientes”, cuenta.
Bajo esta premisa, el ejecutivo reconoce que no abundan los perfiles con experiencia profunda en GenAI, lo cual es esperable considerando que se trata de una tecnología emergente. “Sin embargo, también es cierto que muchas personas se han reconvertido rápidamente. Vemos ingenieros, científicos de datos y desarrolladores que venían de otras áreas técnicas y lograron ponerse al día con la inteligencia artificial”, admite. Y agrega: “El interés y la velocidad de aprendizaje en la comunidad tech argentina es muy alto, y eso ayuda a compensar la escasez inicial de especialistas. Aun así, los perfiles más avanzados siguen siendo difíciles de encontrar, y la competencia global, sobre todo desde empresas del exterior, es intensa”, resalta.
En el sector público también crece la necesidad de incorporar perfiles especializados en IA: “Se requiere perfeccionar el entendimiento de esta tecnología. Necesitamos más profesionales capacitados”, advierte el Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar, en la provincia de Buenos Aires.
El funcionario destaca que la falta de estos perfiles puede retrasar el potencial de eficiencia que la IA puede aportar en áreas clave del Estado, como atención ciudadana, ingresos públicos, seguridad y salud. “Por lo pronto, en Escobar estamos desarrollando modelos de IA para hacer triage sanitario automático, y también para áreas legales y de compliance”, cuenta, y agrega que sacar provecho de la IA no es solamente una cuestión de tecnología. “La inteligencia artificial es crucial para pasar de la burocracia a la digitalización, y de ahí a la IAcracia”. Sujarchuk define a este último concepto como “la gestión pública basada en datos y decisiones inteligentes”. Pero claro, para eso se necesita una mayor cantidad de profesionales que dominen esta tecnología.
Ideas para evitar el “cuello de botella”
Ante la falta de expertos en IA, la opción no debería ser evitar avanzar con la tecnología, sino buscar otras estrategias. Por ejemplo, Albornoz propone apelar a consultores independientes o a empresas que se dedican a brindar este tipo de servicios.
Mientras tanto, Sujarchuk, atendiendo a que está en el sector público, apuesta por la capacitación de los jóvenes. En tal sentido, el municipio que lidera lanzó el programa Ciudadanía 5.0, que forma a estudiantes de escuelas públicas y privadas en habilidades digitales, entre las cuales está IA. “No se trata solo de formar perfiles tecnológicos, sino de despertar vocaciones y preparar a los jóvenes para este nuevo paradigma”, explica. Además, hace un llamado al Estado para invertir en conectividad y acceso a dispositivos, y a los funcionarios públicos para que reconfiguren su mentalidad: “La IA no es simplemente una herramienta, es una nueva forma de inteligencia. Gobernar con IA es gobernar mejor, y necesitamos dirigentes que entiendan eso”, concluye.
Por su parte, Deferrari cuenta que en Naranja X optan por invertir en la formación interna, generando espacios de aprendizaje continuo y proyectos reales donde los equipos pueden experimentar. “Como parte de nuestra estrategia de upskilling, diseñamos planes de estudio que permiten a los perfiles técnicos y de negocio adquirir progresivamente los conocimientos necesarios para adoptar y escalar el uso de estas tecnologías. Esto nos permite democratizar el acceso a GenAI y construir capacidades sostenibles a largo plazo”.
Por otro lado, trabajan con partners estratégicos que los ayudan a escalar capacidades, tanto desde lo tecnológico como desde la consultoría. “Esta combinación de formación interna, habilitadores tecnológicos y colaboración externa nos ha permitido sostener un ritmo sólido de innovación, incluso en un contexto de alta demanda de talento”, concluye.
Frente al cuello de botella que representa la escasez de talento especializado, muchos programadores pueden reconvertirse en técnicos en inteligencia artificial. “Los especialistas en IA son hoy lo que fueron los programadores hace cuatro años”, señala Aditi. Sin embargo, todavía hay un gran desconocimiento sobre el potencial de esta tecnología. “Mucha gente no sabe en qué puede ayudar la inteligencia artificial. Por eso, yo lo abordo más desde un enfoque consultivo: buscar a alguien que te oriente, que te ayude a entender cómo empezar este camino y qué podés lograr adoptando una o varias herramientas del mercado”, agrega Albornoz. “Y cuando tengas claro qué camino seguir según la visión de tu negocio, recién ahí decidir con quién avanzar”, concluye Albornoz.
En el momento de las reflexiones, Deferrari se muestra optimista: “La falta de perfiles senior es un desafío, pero también una oportunidad para el país. Hay una base muy sólida de talento en ingeniería, matemática y tecnología en general, y muchas personas están haciendo una transición rápida hacia áreas vinculadas con IA o GenAI”.