“La estructura libertaria en la provincia de Buenos Aires se construyó en buena medida entre marginales y delincuentes. Nosotros no somos la última Coca en el desierto, pero eso seguro que no somos”. Con esa curiosa definición de uno de los integrantes de la agrupación que homenajea al fallecido expresidente por dentro de La Libertad Avanza, y que pretende colar candidatos en las listas en las elecciones provinciales, La Carlos Menem tendrá este martes su acto aniversario por la reelección del riojano en Avellaneda, el corazón de la populosa y estratégica tercera sección electoral bonaerense.
Los organizadores esperan unos mil asistentes en lo que será el primer acto “grande” en el conurbano para una agrupación que se jacta de tener presencia en una veintena de municipios entre la primera y la tercera sección electoral, y que mantiene cierta tensión con Las Fuerzas del Cielo, referenciados en Santiago Caputo y compañía, y una relación cordial con “los territoriales”, a cargo de Sebastián Pareja, el armador de Karina Milei en territorio provincial.
“No somos ‘la orga’ de Sebastián, pero sin su aval no estaríamos acá”, aseguran desde La Carlos Menem, que tuvo su bautismo de fuego el año pasado en el Hotel Presidente, aquel búnker elegido por el riojano en la avenida 9 de Julio en las elecciones del 2003. El armador bonaerense fue invitado, pero hasta este fin de semana no había confirmado su presencia. Sí se comprometieron senadores y diputados, y referentes territoriales. Ninguno de Las Fuerzas del Cielo: “No tenemos relación con ellos”. Con Agustín Romo, el referente que este viernes lideró un encuentro en Bahía Blanca, el nexo es nulo. Dicen que solo existe un buen vínculo con Juan Pablo Carreira, conocido como “Juan Doe”, un militante rentado en Casa Rosada a las órdenes de Caputo. Entre los principales referentes de la cúpula menemista se destacan Enzo Di Fabio, un mendocino que empezó a militar en San Rafael, en los pagos del radical Ernesto Sanz, que montó una consultora, fue asesor en Diputados y ganó notoriedad durante el debate por el aborto -fervoroso celeste-, y Fidel Kohan, nieto del ex funcionario menemista. Un auténtico revival noventista, además de la espectacular relación con “Zulemita”, con Adrián Menem, activo operador, y el nexo con “El Jefe” a través de Carlos Ruckauf, reconvertido en asesor libertario, de diálogo fluido con la secretaria General.
Los integrantes de La Carlos Menem quieren jugar y tener candidatos en las listas seccionales de septiembre: “Nosotros no puteamos a nadie, pero en el territorio no se llega solo con ‘La Misa del Gordo Dan’”. Un condimento picante extra a la disputa entre los celestiales y los terrenales.
¿Unidad hasta que duela? La resolución de la Corte Suprema que rechazó la queja y ratificó la condena e inhabilitación de Cristina Kirchner abrió un escenario muy incierto para el kirchnerismo, aunque la decisión judicial propició al menos por estos días una suerte de tregua interna entre todos los sectores del peronismo provincial, solidarios -al menos por ahora- frente a la casi segura prisión domiciliaria que deberá enfrentar la ex presidenta en su departamento de San Cristóbal.
En ese escenario inquietante los intendentes del Gran Buenos Aires fatigaron en estos días, más de la cuenta, sus chats de WhatsApp, desorientados ante el nuevo panorama provincial. Este sábado, muchísimos de ellos y de todo el país -más de 250- se dieron cita en el PJ, de manera presencial pero también virtual, como parte de la seguidilla de reuniones post condena a CFK, en la previa de la marcha, probablemente multitudinaria, que se prepara para el próximo miércoles. Sin embargo, ninguno de los más referenciados con Axel Kicillof fueron de la partida. Solo Fernando Espinoza, que práctica el equilibrismo. “Que copien lo que hicimos en la semana. Si el miércoles tenemos que estar, vamos a estar”, dijeron este sábado cerca de Jorge Ferraresi y de Mario Secco, que marcharon desde el sur del conurbano hasta la casa de la ex presidenta, en San José y Humberto Primo. No recibieron, aseguraron, invitación formal.
En ese contexto, surgió en estas horas una corriente interna dentro del gobierno bonaerense que empezó a promover la posibilidad, muy hipotética por ahora, de postular a Kicillof como cabeza de lista en la tercera sección, de moda desde que la ex presidenta anunció su ahora fallida candidatura. “Axel adelante y todos los intendentes por detrás”, sugirió una fuente provincial que promueve la unidad pero no a cualquier costo. En respuesta, tal vez, a las versiones, también hipotéticas, de una eventual postulación de Máximo Kirchner. En medio de esos trascendidos surgió además una incipiente pero insistente presión, por parte de La Cámpora, para que el gobernador vuelva a rever su decisión de desdoblamiento de los comicios provinciales. A Kicillof le hablan con la política, y él devuelve con la logística: persiste el gobernador con su argumento logístico y la imposibilidad de organizar una elección concurrente en el distrito más poblado y con mayor incidencia en el padrón de la Argentina. Lo volvió a hablar, dicen, en una de las últimas reuniones a solas que mantuvo con Cristina Kirchner.
Los jefes comunales del conurbano esperan indicaciones para desentrañar los pasos a seguir. Creen que, hasta fines de la semana próxima, habrá un stand-by en las negociaciones. La definición de la Corte cambió, por el momento, la dinámica de las decisiones. No por la incidencia electoral, sino por el rol de la ex presidenta, por la gravedad de las novedades judiciales y porque será cuestión de ver quién o quiénes seguirán con ánimos de desafiar a la conducción cristinista.
Hasta no hace mucho, la intermediación entre buena parte de los jefes comunales y el gobernador corría por cuenta de Martín Insaurralde, el ex intendente de Lomas de Zamora que cayó en desgracia cuando lo fotografiaron en un yate exclusivo en la costa del sol española, en plena campaña electoral, en el 2023. Desde entonces, el funcionario bonaerense, cercanísimo al jefe de La Cámpora, se refugió de la vida pública, pero no perdió demasiada influencia. Sigue muy activo, de diálogo muy fluido con intendentes y legisladores, con incidencia decisiva en Juan Pablo de Jesús, un diputado provincial vinculado con el kirchnerismo. Insaurralde oficiaba antes como nexo con el gobernador. Ese rol quedó algo acéfalo, pero el ex jefe de Gabinete se ocupó en mantener, en reserva, cierta centralidad. Dejó las oficinas de la calle Arroyo y pasó a atender desde hace algún tiempo casualmente frente al Palacio de Tribunales, dónde se decidió la ratificación de la condena a CFK, en un edificio bien concurrido, a metros del Teatro Colón. Por allí desfilan importantes dirigentes.
¿Famiglia unida? Daniel Angelici está de vuelta y por su oficina porteña -los más selectos tienen acceso a su comodísima casaquinta en el norte bonaerense en la que sobresalen una exquisita cancha de fútbol y actividades lúdicas- también circulan con frecuencia dirigentes variopintos, del PRO, del radicalismo y de otras yerbas. Recién regresado de un viaje por el exterior -justo cuando parte del círculo rojo se embarcó rumbo al Mundial de Clubes de los Estados Unidos-, el nombre de “El Tano” es cada vez más recurrente en el mundillo de la política porteña por la necesidad de Jorge Macri de garantizarse la gobernabilidad parlamentaria en la Legislatura ante un horizonte adverso en el recambio del 10 de diciembre, como ya se comentó en esta sección.
Las posibles deserciones de algunos de los cinco legisladores electos alertó al dirigente y empresario, que en el acuerdo entablado con el jefe de Gobierno porteño antes de las elecciones locales se había intentado asegurar, según su entorno, “dos lugares”, en referencia a Lautaro García Batallán y Lucía Braccia, de su riñón. Que ambos entren a la Legislatura depende no solo de posibles bajas si no de una serie de combinaciones difíciles que involucrarían además a Waldo Wolff, que quedó en la puerta y que no tiene ninguna intención de dejar su lugar. “Yo voy a asumir con un orgullo total, estoy cumpliendo el primer gran sueño de mi carrera profesional. Respecto de Silvia (Lospennato), Laura (Alonso) y Hernán (Lombardi), los tres que se estuvieron mencionando, falta mucho tiempo, es un momento donde la política hace esto de que se tiran con una nota y con el otro. Hay que llegar a diciembre, después volvemos a tener esa conversación”, se sinceró el viernes en Infobae en Vivo Rocío Figueroa, la quinta legisladora electa del PRO, una figura joven que aporta frescura en un espacio severamente dañado. Figueroa, referenciada en Cristian Ritondo, añadió: “Hicimos una elección malísima”.
Para el jefe de Gobierno, el post elecciones del 18 de mayo se transformó en un camino cuesta arriba porque ahora deberá redoblar esfuerzos en la relación con todos los actores del ecosistema porteño, en particular en la Legislatura. Por ejemplo, con Graciela Ocaña, que está algo fastidiosa con Macri y que, según fuentes legislativas, está muy cerca de confluir en un interbloque con el sector de Horacio Rodríguez Larreta, que disfrutaba en estas semanas de un viaje, también por el exterior. La fallida sesión del pasado jueves y la centralidad de Cristina Kirchner frustraron una foto alusiva. El interbloque porteño del PRO, los radicales, la bancada de “La Hormiguita” y los “lilitos” de Elisa Carrió se acerca a momentos culminantes. En la Coalición Cívica se “administra la distancia” con el Ejecutivo local. Ese espacio tendrá, a partir de diciembre, solo un legislador: Facundo Del Gaiso. Carrió conoce sus limitaciones, mientras medita qué hacer en octubre. En la semana, por lo pronto, inauguró un local partidario en Pilar junto a Matías Yofe, el referente del distrito que cobró notoriedad cuando denunció una asociación ilícita entre Jorge D’Donofrio, ex ministro bonaerense, y barras de Boca que habían montado una financiera trucha en un hotel de la zona. Tan precario fue el local inaugurado que Carrió lo llamó “rancho cívico”.
Pero hay un vínculo que entre las fuentes porteñas se sigue todavía con especial atención, y es el de los primos. Los que conocen bien de cerca la relación entre Jorge y Mauricio Macri dan cuenta de que atraviesan un momento muy especial, de muchísima tensión acumulada. El jefe del PRO presiona, además, por cambios de gabinete desde la mismísima noche de las elecciones locales, hace casi un mes. Hace una semana, el jefe porteño decidió un cambio en su entorno más cercano, de los históricos de Vicente López, pero aún optó por no comunicarlo.
“Ese vínculo no está para nada bien”, confió una fuente inobjetable en relación a Jorge y Mauricio Macri. “Es cierto que están hablando poco”, insistió un dirigente. Desde que volvió el ex presidente del exterior, se comunicaron lo justo y necesario, agregó la fuente.
¿En retirada? Hay un vínculo inoxidable que lleva décadas y que hasta ahora nadie se animó a quebrar, y que en los próximos meses volverá otra vez a ponerse a prueba, y es el del empresario Néstor Otero con el Estado nacional, un matrimonio por conveniencia que sobrevivió a casi todos los gobiernos desde el menemismo.
A Otero se lo conoce como “El zar de Retiro”, explota 12 hectáreas con la terminal de ómnibus con el pago de canon mensual que, por la magnitud del negocio, es prácticamente irrelevante y ni el kirchnerismo, ni el macrismo ni Alberto Fernández se animaron en la última década y media a poner en jaque su reinado. Pero en el círculo rojo empresario, y en algunas oficinas de Casa Rosada y del Ministerio de Economía, empezó a sonar con insistencia en estos meses que Javier Milei podría firmar un decreto con el que declararía de interés público al predio e impulsaría una licitación para renovar la zona y darle más competitividad. Incluso se menciona que ya se habría presentado un proyecto privado de excelencia.
Puertas adentro trascendió que julio podría ser un mes clave, aunque existen en el Gobierno voces escépticas en torno a la chance real de que el Ejecutivo avance contra el empresario.