Una postal de la protesta de la asamblea de residentes y concurrentes, durante 2022 (Archivo: @vaninabiasi)

Luego de la protesta salarial que acaparó la atención nacional en el Hospital Garrahan, los médicos residentes y concurrentes de los hospitales porteños que dependen del Gobierno de la Ciudad convocaron a un paro de actividades y a una movilización mañana miércoles 11 en el Obelisco.

Así lo resolvió la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA, según compartió esta agrupación gremial autoconvocada, a través de sus redes sociales. El reclamo es similar al de los profesionales del centro de salud pediátrico e insignia de Latinoamérica: una “recomposición salarial urgente” y el pago de un “plus por las guardias realizadas”, entre otros pedidos particulares.

El punto de concentración será en el centro porteño, a la altura del Obelisco, en las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Desde allí, los manifestantes marcharán hacia la sede del Ministerio de Salud porteño, ubicada en Bolívar 1.

El objetivo de la jornada de lucha es solicitar una audiencia con las autoridades de la cartera ministerial, encabezada por Fernán Quirós, para presentar una carta elaborada de manera colectiva. El pliego de reclamos abarca desde el aumento salarial, hasta pedidos específicos del área como la “inclusión en el cobro del Sistema de Atención Médica Organizada (SAMO), en tanto trabajadores activos en hospitales”, la “reapertura de los cupos de residencias eliminadas” y el “rechazo a la implementación de la nueva carrera médico-hegemónica”.

Fuentes del Ministerio de Salud de la Ciudad revelaron que se vieron “sorprendidos” por la medida convocada por residentes y concurrentes para este miércoles. “Hasta ahora no recibimos ningún pedido formal de audiencia ni ningún tipo de planteo concreto. La primera señal que tenemos es un paro”, señalaron.

La comunicación de la asamblea de residentes y concurrentes

Según el comunicado de la Asamblea, entre enero de 2024 y 2025, los sueldos de este sector de médicos en etapa formativa sufrieron una pérdida significativa frente a la inflación, ubicándose su nivel de ingresos por debajo de la canasta básica total, que mide el ingreso de una familia de cuatro personas. La merma del poder adquisitivo se observa en las dificultades que tienen estos jóvenes para afrontar los gastos diarios. Sondeos internos al interior de la asamblea arrojaron que “un alto porcentaje de residentes y concurrentes destina más del 50% de su sueldo al pago del alquiler” de la vivienda, informan.

La carestía, argumentan, compromete gravemente las condiciones de vida y de desempeño profesional. “Somos trabajadoras y trabajadores de la salud en formación profesional, pertenecientes a diversas disciplinas: medicina, psicología, trabajo social, psicopedagogía, kinesiología, obstetricia, terapia ocupacional, fonoaudiología, epidemiología, enfermería, educación permanente en salud, bioquímica, residencia interdisciplinaria de educación y promoción en salud y farmacia entre tantas especialidades. Cumplimos un rol esencial dentro del sistema público de salud, y exigimos condiciones laborales acordes a esa responsabilidad”, señala el comunicado.

La salud pública viene tropezando con varios conflictos que alcanzaron una fuerte repercusión política. En 2024, hubo recortes en el Hospital Laura Bonaparte, especializado en salud mental, lo que movilizó a cientos de trabajadores y personas en reclamo de presupuesto. Ahora la pulseada se trasladó a los residentes del Hospital Garrahan. El Gobierno nacional respondió parcialmente al malestar de los residentes, con un aumento salarial unilateral de un bono que subió los ingresos de $800.000 a $1.300.000. Ante la amenaza de desvinculaciones, los profesionales resolvieron levantar las medidas de fuerza.

La protesta de los residentes del Hospital Garrahan (Maximiliano Luna)

Sin embargo, tras el dictado de una conciliación obligatoria, el conflicto laboral persiste en el resto del personal. Los sindicatos del sector, entre ellos ATE y la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), mantienen su reclamo de un incremento que abarque a toda la planta de la institución, que emplea a 4300 trabajadores. La semana pasada, se dictó un paro nacional en todo el sector de la salud de jurisdicción nacional. El gremio ATE pidió un salario mínimo de 1.800.000 pesos como forma de recomponer una pérdida salarial del 100 por ciento. Desde el Estado nacional no hubo una oferta de recomposición.

En la Ciudad de Buenos Aires, las últimas protestas masivas de los residentes y concurrentes que fueron en el año 2022, cuando firmaron un acuerdo salarial tras varias semanas de una intensa protesta. Este miércoles, el efecto contagio del malestar en la salud pública se trasladará hacia el gobierno porteño.

“Instamos al Ministerio de Salud del GCBA a abrir canales de diálogo genuino, escuchar nuestras problemáticas y avanzar hacia soluciones que garanticen condiciones laborales dignas para quienes sostenemos día a día la salud pública”, señala el comunicado de la asamblea de residentes y concurrentes.