Esquina de avenida Santa Fe y Humboldt, con más de un metro de agua (Fotos: Facebook La cueva del tiempo)

Las imágenes eran apocalípticas y las estadísticas alarmantes: 14 muertos, 90 mil evacuados y el 25% de la Ciudad de Buenos Aires bajo el agua. Las tapas de los principales diarios la denominaron “la tormenta del siglo”. Y no era para menos.

Los canales de televisión mostraban las estructuras urbanas destruidas, casas con dos metros de agua en su interior, autos flotando a la deriva por calles y avenidas, y al personal de emergencia yendo a rescatar a los vecinos en gomones. Era una postal atípica para los porteños, nunca antes vista.

Las tapas de los diarios confirmaron 14 muertos. Pero la cifra fue mucho mayor debido a que hubo decena de desaparecidos

La ciudad de Buenos Aires fue azotada por un temporal de lluvia que comenzó la tarde del 30 de mayo de 1985 y finalizó recién durante la noche del 31 de mayo. La fuerza de la naturaleza descargó más de 300 milímetros de agua, marca que aún sigue siendo el mayor registro pluviométrico para un solo día en la Ciudad de Buenos Aires, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

El punto más afectado fue la Avenida J.B. Justo, que corre arriba del arroyo Maldonado. La gente que salía de trabajar quedó con el agua hasta la cintura, siendo casi imposible cruzar de un lado al otro.

Un hombre, con el agua por la cintura, cruza por avenida Santa Fe con su mujer sobre los hombros para que no se moje (Fotos: Facebook La cueva del tiempo)

Entre los damnificados había una mujer embarazada, cuyo marido la había ido a buscar en auto hasta el barrio de Flores con la intención de regresar a su casa, en la localidad bonaerense de Caseros.

“En un retorno complicado por Juan B. Justo, llegó un momento en que no pudieron avanzar más y tuvieron que abandonar el Fiat 128 y empezar a caminar con el agua por las rodillas”, relató Christian Garavaglia, hijo de la señora. En ese momento, ella atravesaba el quinto mes meses de gestación y él iba en su panza.

Los autos, con los motores inundados, eran empujados a mano; a la altura de Puente Pacífico (Foto: Meteored)

“Con las limitaciones físicas que representa un embarazo, caminaron decenas de cuadras bajo el diluvio hasta la casa de un familiar, en el barrio de Floresta, donde pasaron la noche y tuvieron que soportar un corte generalizado de electricidad”, detalló Garavaglia, quien actualmente se desempeña como meteorólogo del SMN y jefe de redacción en el sitio MeteoredAR.

Al día siguiente, el matrimonio regresó a buscar el auto y lo encontró en el mismo lugar donde lo había dejado, completamente mojado por dentro. Y mientras ellos intentaban retomar su rutina y gran parte de la ciudad intentaba volver a funcionar lentamente, millones de personas seguían aisladas, sin luz ni líneas de teléfono.

“Elijo creer que este histórico evento meteorológico marcó mi destino, llevándome luego con el correr de los años a acercarme a la meteorología y vivirla intensamente como aficionado, estudiante y profesional de la materia, con un interés especial por el pronóstico del tiempo y la alerta temprana para la prevención de potenciales riesgos”, admitió Christian en una nota web que él mismo escribió, tras cumplirse un nuevo aniversario del trágico hecho.

Un Ford Falcon quedó abandonado por la tormenta, en una avenida porteña, con el agua que le tapaba las ruedas

Para entender las causas y consecuencias de este gran temporal, Infobae entrevistó a Mercedes Di Virgilio, Doctora en Ciencias Sociales (UBA) e Investigadora Principal del CONICET, quien junto a su colega Hilda María Herzer publicó el trabajo “Buenos Aires: pobreza e inundación”.

Virgilio explicó que hasta mediados de la década de 1990, año en el que se construyeron las defensas costeras en el barrio de La Boca, la ciudad se inundaba por dos grandes causales: la primera se asocia con el estado de la red de desagües, que no lograba acompañar ni la expansión urbana ni el aumento de las densidades; y la segunda se vincula con la presencia de fuertes vientos del sector sudeste (sudestadas), que producen un crecimiento del río de la Plata muy por encima de su media normal y que provoca que sus aguas se introduzcan en el territorio anegando las zonas costeras, entre ellas, con mayor gravedad los barrios de La Boca y Barracas en los que hasta el día de hoy se asienta población de bajos ingresos.

Un Fiat 133, un Dodge 1500, un Citroen y un Fiat 600, en la esquina de Niceto Vega y Godoy Cruz, flotando a la deriva por el agua (Foto: @fotos.antiguas.ba)

A veces, se generan ambos procesos de manera simultánea y, en ese contexto, la inundación reviste mayor gravedad. Uno de los ejemplos más dramáticos de las últimas décadas tuvo lugar en mayo de 1985”, ejemplificó.

En aquel momento, la red de desagües pluviales había sido calculada para abastecer a una población de no más de 5 millones de habitantes distribuidos entre la Ciudad y el conurbano bonaerense. Sin embargo, el área metropolitana albergaba a 10.881.381 de habitantes.

Hace 40 años, la Ciudad de Buenos Aires fue azotada por la denominada

La tormenta fue devastadora para todos los barrios ribereños, al sur y al norte de la ciudad. Hay crónicas que señalan que la zona de Las Cañitas los vecinos tuvieron que romper parte del paredón del Campo de Polo para lograr que el agua drene. Las fotos de la época muestran que el agua en la zona de Santa Fe y Humboldt tapaba los autos y llegaba casi a la trompa de los colectivos. Otro tanto ocurrió en Belgrano. Pero también en el sur del conurbano, en Avellaneda, Quilmes, Espeleta”, recordó Di Virgilio.

La investigadora del CONICET hizo hincapié en que en la década del ‘80, la economía argentina se desarrolló en un marco de crisis y reestructuración; y que los procesos de ajuste que la acompañaron afectaron tanto la estructura social como económica de la ciudad.

Un hombre con el agua por la cintura, esquina autos flotando sobre la avenida Santa Fe mientras dos líneas de colectivo trataban de avanzar en medio de la inundación (Foto: Tik Tok @ai4histories)

“Las políticas de ajuste trajeron más pobreza a la ciudad. Si se observa cuáles fueron las localidades más castigadas por las inundaciones en Buenos Aires a finales del siglo XX podemos ver que se trataba de poblaciones que se asentaron en las zonas calificadas como de ‘máxima inundación registrada’”, precisó Di Virgilio. Dichas zonas coincidieron con las llamadas áreas de desagües ineficientes o áreas con una importante concentración de hogares pobres.

Luego de la gran inundación de 1985, la comunidad empezó a organizarse y surgieron agrupaciones de vecinos que nuclearon a los afectados por los desbordes de los arroyos Medrano, Vega y Cildáñez, principalmente de los barrios de Belgrano, Núñez y Saavedra. El “inundado” se constituyó en un actor social importante, que con la ayuda de otros pobladores, ONGs, organismos de gobierno y sectores productivos pusieron en marcha acciones para prevenir y mitigar esos desastres.

La tormenta del siglo ocurrió entre el 30 y el 31 de mayo. Cayeron 300 milímetros de agua, una marca que aún sigue siendo récord en CABA (Foto: AGN)

A raíz de esos reclamos públicos y la presión mediática, también se hicieron obras importantes. “La construcción de defensas costeras en La Boca, a mediados de la década de 1990, que ayudaron a mitigar los riegos por sudestada; la construcción de conductos de drenaje y la ampliación de la red pluvial existentes; así como la construcción de ramales en diferentes áreas, sirvieron para mejorar el desagüe de las subcuencas de arroyos”, detalló la investigadora.

Si bien el 31 de mayo de 1985 todavía ostenta el máximo diario de precipitaciones, muy por encima del promedio para todo el mes -92.3 milímetros-, el mayo más lluvioso no fue el de ese año sino el de 2000, con 362 milímetros, pero con consecuencias no tan devastadoras.