Guillermo Francos durante el último informe como jefe de Gabinete realizado en Diputados, en abril pasado (Jaime Olivos)

El borrador del proyecto para modificar la modalidad de las visitas del jefe de Gabinete al Congreso -obligatorio, como marca la Constitución- ni siquiera fue dado a conocer de manera oficial, más que a algunos legisladores, y ya suma varias dudas desde diferentes bloques, incluido el propio oficialismo. En concreto, algunos elogian la posibilidad de designar dos o tres temas únicos a discutir por informe y otros creen que sería muy perjudicial para el Ejecutivo libertario, mientras que un tercer sector apuesta a que todo esto se consensúe en Labor Parlamentaria -reuniones de jefes de bloque y autoridades previas a las sesiones-, sin necesidad de una ley.

La potencial iniciativa, como contó Infobae el domingo pasado, es empujada por el secretario de relaciones parlamentarias del Ejecutivo -enlace entre el Gobierno y el Poder Legislativo-, Oscar Moscariello, un ex multifunciones de diversas gestiones del PRO y Cambiemos que nunca abandonó su histórica filiación al Partido Demócrata Cristiano -así lo enfatiza con ahínco su entorno-, pese a que dirigió la Legislatura de la Ciudad y también fue jefe de la bancada del partido amarillo allí, donde cumplió a rajatabla las órdenes del macrismo.

“Es interesante la idea de seleccionar dos o tres temas, ya que la obligación del jefe de Gabinete es asistir una vez por mes al Congreso, intercalando Cámaras. Ahora, si desde Diputados o el Senado se eligiera hablar de transparencia, inteligencia o el caso $LIBRA, ¿vamos a estar tres o cuatro horas con eso? ¿Van a traer a -el actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos para que el kirchnerismo esté en un constante ida y vuelta con esas cuestiones?”, advirtió un experimentado legislador al tanto del ida y vuelta que, por ahora, tiene el borrador.

Me parece pésimo forzar dos o tres temas únicos. Encima, pretenden que dos los elija el Gobierno de turno y otro los diputados o senadores. Unos vivos bárbaros. Pero, volviendo a lo anterior, me gustaría saber qué ocurrirá si un día ameritara que fuesen cinco o seis. U ocho. En ese sentido, es perjudicial. Que muchísimas preguntas que se hacen por escrito son delirantes y terminan molestando a diversos ministerios y secretarías, lo sabemos todos. Que otros tantos aprovechan las visitas del jefe de Gabinete para tener el video con dos minutos de cruce en busca de fama para subirlo a redes, también”, señalaron desde una bancada con frondosa representación.

Oscar Moscariello, a la izquierda del ex presidente Mauricio Macri, en 2016

Desde otro espacio consideraron que no haría falta una ley. “Con todas las cosas que hay acá, no es una prioridad. Además, esto es algo que se podría acordar con anticipación en una reunión de Labor Parlamentaria -jefes de bloque y autoridades de cada Cámara-, aunque si hubiese un consenso generalizado sobre esto, se podría analizar. Hoy no estamos en esta situación y le sugeriría al Gobierno no sumar problemas”, confiaron a Infobae. Mientras esto continúa en la nebulosa, Francos se prepara para un nuevo informe en el Senado, donde se espera que informe allí durante la segunda quincena del corriente mes.

¿Qué ocurrió en abril en Diputados?

Según consta en la versión taquigráfica del último informe de Francos en la Cámara baja -16/4-, el peronista disidente y jefe de Encuentro Federal, Miguel Pichetto, manifestó: “Hoy, a las 12 del mediodía, los bloques recibimos las respuestas. Fueron notificados periodistas antes que nosotros. Si vamos a llevar adelante la tarea de repreguntar, me parece que hubiera sido conveniente y adecuado que se manejaran con tiempo. No tiene la culpa el señor jefe de Gabinete de ministros, pero me parece que deben mencionarse estas falencias porque, en el marco de las respuestas, es importante la posibilidad de repreguntar. Nadie pudo leer detenidamente las respuestas”.

Francos primero reclamó la reglamentación de la metodología de las visitas del jefe de Gabinete y luego respondió: “Creo que no es razonable este mecanismo que se ha impuesto de formular preguntas. En esta oportunidad se hicieron 4.000 preguntas-varias de ellas repetidas-, de las cuales seleccionamos 2.300 para contestar porque había muchas repetidas. Este mecanismo implica para la Administración una tarea enorme de clasificación y respuesta por organismo, por lo que entiendo que debe haber una vía más razonable para hacerlo en el futuro”.