Mario Enrique Bagnera Paiva es uno de los delincuentes más famosos de la historia argentina, una leyenda oscura en el submundo del hampa. Sin embargo, no hay una película o un gran libro sobre su vida. Tal vez, a Bagnera ni le interese. Es un ladrón entre ladrones que siempre que dejó que el ruido de sus balas hable por él.
Ladrón de blindados, un hombre de metal pesado, protagonista de ataques en territorio porteño, fue parte de la fuga del penal de Ezeiza ocurrida el 19 de agosto de 2013, donde 13 detenidos igual o más pesados que él, como Renato Dutrá y Thiago Ximenes, miembros iniciados del Primeiro Comando da Capital o Martín “Banana” Espiasse, huyeron de la cárcel de máxima seguridad insignia del sistema penitenciario argentino.
Bagnera, finalmente, cayó en Montevideo, donde vivía una doble vida en el barrio La Teja, con una barba candado. Su hijo Jonathan heredó el manto. La Bonaerense lo detuvo en 2023, acusado de integrar una banda de falsos policías.
Así y todo, Mario Bagnera, con todos sus asaltos resonantes, nunca tuvo una condena acorde a su mito. El 22 de mayo del 2013, Bagnera fue recibió la pena de cinco años de prisión por resultar coautor por asaltar un camión transportador de caudales de la empresa Brinks junto a varios cómplices.
Este martes, finalmente, recibió la pena de prisión perpetua por su crimen insignia: el asalto al blindado del Banco Provincia que terminó con dos policías de la Bonaerense asesinados con una ráfaga de FAL, un doble crimen cometido casi 15 años atrás.
La pena fue dictada por el Tribunal N°2 de Campana, tras una acusación encabezada por el fiscal José Zocca, por el delito de homicidio criminis causa, en medio de un robo donde participaron cuatro vehículos, con al menos otros 19 hampones.
El hecho ocurrió el 23 de noviembre de 2010, a la altura del kilómetro 38 en Panamericana. Las víctimas fueron identificadas como Darío García y Rubén Fangio: otros dos policías también resultaron heridos; a uno de ellos le volaron un dedo. El asalto al camión de Brinks había ocurrido apenas casi dos meses antes.
El botín, que la banda logró robar, era realmente notable: 19 millones de pesos de aquel entonces y 200 mil dólares, que eran trasladados hacia la ciudad de San Nicolás. Fangio y García, de acuerdo al sumario de la causa, estaban a bordo de los patrulleros que custodiaban el envío.
El caso ya había ido a juicio, con otros 13 sospechosos que fueron absueltos en 2016. La cuenta del capo de la organización, sin embargo, quedaba pendiente. El fallo del TOC N°2, al que accedió Infobae, no dilucida quién de la banda disparó el fusil de asalto. Así, Bagnera fue condenado no como autor material, sino como coautor penalmente responsable.