La última encuesta Global 100 de la Liga Antidifamación muestra que el 46% de los adultos en todo el mundo —aproximadamente 2,2 mil millones de personas— presentan altos niveles de creencias antijudías. Estas cifras es el más alto registrado desde que la organización comenzó a rastrear estas tendencias globalmente. Entre los hallazgos más preocupantes está que el 20% de los encuestados nunca ha oído hablar del Holocausto, y menos de la mitad (48%) reconoce su exactitud histórica. Este porcentaje cae al 39% entre los jóvenes de 18 a 34 años, grupo que también presenta los niveles más altos de sentimientos antisemitas (50%), superando en 13 puntos porcentuales a los mayores de 50 años. A pesar de los altos niveles de antisemitismo, el estudio revela que el 57% de los encuestados considera que el odio hacia los judíos es un problema grave a nivel mundial, lo que podría facilitar esfuerzos gubernamentales y sociales para abordar esta tendencia.
En este sentido, el próximo lunes 26 de mayo a las 17:30 horas, el Centro Ana Frank Argentina (CAFA) presentará una serie de 12 videos breves que buscan desarticular frases habituales vinculadas al antisemitismo y la islamofobia. La actividad se realizará en la sede del CAFA (Superí 2647, CABA) e incluirá un conversatorio con especialistas en la materia como Ariel Seidler (Director del Congreso Judío Latinoamericano), Guillermo Lipis (periodista), Leonardo Félix (pastor de la Iglesia Metodista y comunicador), Natacha Steimberg (Directora General de Convivencia en la Diversidad en Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), Silvina Chemen (Rabina comunidad BetEl) y Sol Centeno. También participarán el director del Centro Ana Frank, Héctor Shalom, e integrantes del staff del CAFA.
Las cápsulas fueron producidas con apoyo de la Embajada de Canadá, y contienen explicaciones que abordan expresiones cargadas de prejuicios, estigmatización y discursos de odio, vinculadas tanto al antisemitismo como a la islamofobia. Este trabajo se desarrolló a partir de un relevamiento realizado entre más de 280 respuestas, que permitió identificar frases frecuentes, reproductoras estos discursos. “Combatir el antisemitismo y la islamofobia no se trata solo de eliminar expresiones aisladas de odio, sino de desarticular los discursos estructurales que los sostienen, promoviendo la educación, el diálogo y la construcción de una sociedad más inclusiva”, expresó Héctor Shalom, director del Centro Ana Frank. Desde el CAFA, advirtieron que el peligro de estos discursos no está solo en su contenido explícito, sino también en la forma en que naturalizan la exclusión y la discriminación, afectando la igualdad de derechos y la participación democrática.
Este trabajo tiene como antecedente el proyecto Distorsión, negación y banalización del Holocausto. Los desafíos de la comunicación frente a los discursos de odio, desarrollada entre 2021 y 2022 en el marco de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA). En ese marco, se realizaron cuatro seminarios, tres en las provincias de Río Negro, San Juan y Tucumán y uno en la República del Paraguay, en la ciudad de Asunción, que contaron con la presencia de importantes oradores en los campos de la educación, la cultura y los Derechos Humanos. También se produjo una Guía y un Manual sobre recomendaciones acerca de cómo prevenir el uso de los discursos de odio en los medios y redes sociales.
Otro dato que alerta es el crecimiento del antisemitismo en Internet, Según el décimo informe anual del Observatorio Web hubo un crecimiento “sin precedentes en 2024″. El organismo analizó más de 126 millones de publicaciones y comentarios en redes sociales, foros y plataformas digitales. El informe evidencia un crecimiento generalizado de discursos antisemitas, impulsado principalmente por el conflicto entre Israel y Hamas, aunque también resurgieron libelos tradicionales contra la comunidad judía. La red social X (ex Twitter) mostró los datos más alarmantes: casi el 20% del contenido relevado fue antisemita.
Desde el informe se advierte que el antisemitismo en redes no actúa de forma aislada, sino que se vincula con otros discursos de odio, como teorías conspirativas, misoginia, homofobia o racismo.