La suspensión de la sesión especial que iba a suceder este jueves en el Senado bonaerense y en la que se buscaba tratar el proyecto que impulsaron senadores del bloque de Unión por la Patria que responden a Cristina Kirchner —que tiene como objetivo habilitar las reelecciones indefinidas a legisladores— se tradujo en otro capítulo de la interna del peronismo. Una secuencia que se repite en distintos ámbitos. A la par, desde el sector de Axel Kicillof reconocen que no hay instancia de diálogo entre las diferentes tribus.
La discusión por las reelecciones indefinidas que se puso sobre la mesa en el Senado provincial con dos proyectos del bloque de Unión por la Patria es la continuidad de las diferencias con las que convive el oficialismo provincial. Además, repite un patrón reciente de la relación y dinámica entre el Poder Ejecutivo -donde hace pie Kicillof- y el Poder Legislativo, territorio en el que el kirchnerismo, con algunos socios, despliegan su influencia.
Es que el kirchnerismo había conseguido en la Cámara alta un dictamen favorable para llevar al recinto un proyecto que permitía la reelección de legisladores, concejales y consejeros escolares. Tenía el camino allanado para aprobarlo por mayoría simple y había pedido una sesión especial que la vicegobernadora, Verónica Magario, concedió. En el medio, una senadora que forma parte del Movimiento Derecho al Futuro presentó un proyecto de ley para habilitar las reelecciones indefinidas a intendentes, legisladores, concejales y consejeros escolares. La iniciativa generó otro cortocircuito a la cuestión.
No es la primera vez que sucede. Semanas atrás, en la Cámara de Diputados, el bloque de UP, en conjunto con la UCR y el PRO, habían consensuado el tratamiento de un proyecto que condonaba las deudas que los municipios tienen con la provincia por la asistencia que recibieron durante la pandemia. Al igual que con las reelecciones indefinidas, tenía dictamen unificado de comisión y solo se precisaba la mitad más uno para darle tratamiento. En el gobierno bonaerense avisaban que esa iniciativa no estaba “articulada”. Es decir, no había sido consensuada con la gestión de Kicillof. Entonces, antes de la sesión que se iba a llevar adelante, el Ejecutivo envió a la Legislatura un proyecto de ley para autorizar el Gobierno a salir a tomar deuda. En esa iniciativa hay más artículos que el endeudamiento. Uno de ellos, por ejemplo, crea un fondo para los municipios y otro propone la suspensión de la deuda de los distritos con la provincia hasta diciembre de este año.
Cuando se llegó al recinto, el presidente del bloque de diputados de UP, Facundo Tignanelli —un hombre de Máximo Kirchner— pidió posponer el tratamiento de la condonación de deuda que impulsaban legisladores, entendiendo que el Ejecutivo había girado un texto con un contenido similar. En la mesa política de Kicillof interpretaron que el envío de ese proyecto y el último referido a las reelecciones indefinidas terminaron siendo “pequeñas victorias” en la dinámica de la discusión interna y la relación Ejecutivo-Legislativo; y una muestra de la autonomía que puede ofrecer el mandatario.
Pero en la Cámara de Diputados, por ejemplo, contestan que todos los proyectos que demandó el Ejecutivo fueron aprobados. Anotan allí el proyecto de creación de empresa de emergencias, la creación de una empresa para la fabricación de medicamentos, la suspensión de las PASO y la ampliación de los plazos electorales o la creación del llamado INCAA bonaerense, para citar algunos ejemplos. Proyectos que aún restan de su tratamiento en la Cámara alta.
En este plano es que el oficialismo bonaerense debe afrontar el tiempo electoral en dos tramos. Primero, la elección desdoblada del 7 de septiembre en la que se elegirán diputados y senadores provinciales por las ocho secciones electorales y luego los comicios del 27 de octubre donde se renovarán 35 lugares de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.
El diálogo, hoy por hoy, está casi cortado. Hay algunos vía los intendentes, pero no mucho más. Hubo también distintas señales de Sergio Massa y el Frente Renovador llamando a la unidad. Pero lo concreto es que Axel Kicillof y Cristina Kirchner no hablan personalmente hace meses. Sí lo hicieron sus interlocutores; pero así como ocurre con la superestructura, el acercamiento no sucede.
Este jueves, el ministro de Gobierno y mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco, lo blanqueó. En una entrevista con Urbana Play el funcionario provincial remarcó que “habrá que construir esa unidad”, porque “hoy no está sucediendo”.
El funcionario reunió en marzo de este año a referentes de los tres sectores en su despacho. Facundo Tignanelli y Santiago Révora por La Cámpora; Alexis Guerrera y Sebastián Galmarini por el Frente Renovador y él por el MDF, junto a la secretaria general, Agustina Vila. Allí, según Bianco, se empezó a delinear un esquema de estrategia electoral. “Estuvimos estableciendo las condiciones, titulando, por decirlo de alguna forma, las condiciones para esa unidad. Que eran poner el apoderado cruzado de cada uno de los centros, definir las cabezas de lista, definir representaciones en cada sección”, detalló y “al otro día -de ese encuentro- se presentó un proyecto en el Senado, firmado por 16 senadores de nuestro bloque, que establecía las elecciones concurrentes en contra de lo que habíamos hablado, que era que el Gobernador quería elecciones desdobladas”. Luego, Kicillof definió desdoblar los comicios en otro cortocircuito interno.
Hasta fin de mes no habrá mayores novedades sobre la recomposición de la unidad. El 31 de mayo, el gobernador encabeza un acto propio para el lanzamiento formal del MDF. Será un termómetro de cómo está el peronismo en la antesala de la negociación interna hacia las elecciones legislativas.