El rechazo al proyecto de ley conocido como Ficha Limpia en el Senado argentino generó un impacto político significativo, no sólo por la imposibilidad de volver a tratar el tema durante el presente año parlamentario, sino también por las tensiones que se desataron entre los principales bloques políticos.
Este resultado inesperado puso en evidencia fracturas internas en el PRO e intensificó las diferencias con los legisladores libertarios de La Libertad Avanza (LLA). Además, el desenlace podría tener implicaciones directas en el escenario electoral, incluyendo la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner se postule a una elección nacional sin restricciones legales.
El rechazo de la ley sorprendió incluso a los sectores más optimistas del ala K, quienes celebraron el resultado. Sin embargo, las miradas se centraron rápidamente en las disputas internas del PRO y en su relación con LLA.
La elección en la Ciudad de Buenos Aires parece haber sido un factor clave en esta desavenencia, ya que ambos sectores habían competido por adjudicarse la autoría de la ley. Este conflicto quedó evidenciado cuando a Silvia Lospennato, diputada del PRO y una de las principales impulsoras del proyecto, se le negó el acceso a un palco del recinto del Senado durante la sesión.
El resultado de la votación lo que hizo fue incrementar las tensiones dentro del PRO, donde se mezclan amarillos con violetas aún no reconocidos y la tensión alcanzó niveles críticos. Fuentes parlamentarias reconocieron que “el nivel de desconfianza dentro del bloque está en 100%”.
Estas divisiones internas se exacerbaron por las acusaciones cruzadas entre los sectores que responden a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, hoy miembro del partido libertario, y aquellos alineados con Mauricio Macri, líder del partido. Según los legisladores consultados, la derrota del proyecto ha acelerado la posibilidad de rupturas internas, con cada facción atribuyendo la responsabilidad del fracaso a la otra.
Los legisladores que hoy están del lado del PRO han expresado desconfianza hacia los libertarios, acusándolos de haber “sobreactuado” tanto antes como después de la votación.
Un diputado macrista señaló que los oficialistas no mostraron interés en avanzar con la sesión y que su indignación pública no se correspondía con su actitud previa. Hasta pusieron como ejemplo “la falta de transparencia” en la transmisión de la votación, ya que no se mostró el panel con los nombres de quienes votaron a favor y en contra. Según la misma fuente, ni siquiera Javier Milei, líder de LLA, compartió en redes sociales los resultados detallados de la votación. “Siempre apunta, ponen los nombres de los diputados o senadores, y ahora no señaló a nadie”.
El rechazo de Ficha Limpia también generó repercusiones dentro de las bancadas del PRO en ambas cámaras del Congreso. En Diputados, el bloque amarillo cuenta con 35 legisladores, entre los cuales se encuentran figuras como Sabrina Ajmechet, Damián Arabia, Silvana Guidici y Fernando Iglesias, quienes responden a Bullrich. Un caso especial es el de Diego Santilli emparejado directamente con el Presidente Milei. En el Senado, donde el PRO tiene siete representantes, algunos legisladores como Luis Juez, Cármen Álvarez Rivero y Enrique Martin Goerling Lara han mostrado una creciente afinidad con los libertarios, lo que podría complicar aún más la cohesión interna del partido.
En este contexto, sectores de la oposición comenzaron a especular sobre las posibles consecuencias políticas de esta fractura.
Un diputado opositor expresó que esta situación podría ser la oportunidad que estaban esperando para que el macrismo se distancie de los libertarios. Además, mencionó que quizás esto se pueda ver en el marco de la Comisión Investigadora del caso $Libra, un caso relacionado con presuntas irregularidades financieras, lo que podría intensificar aún más las tensiones entre los bloques. “Tenemos que votar las autoridades en el recinto, quizás alguno nos acompaña y ahí aparece el vuelto”, advierten desde la oposición.
Por último, la vocera de campaña del PRO y candidata en la Ciudad de Buenos Aires, Laura Alonso, reconoció ayer luego de la conferencia de prensa en la que Lospennato acusó al Gobierno de haber operado para que se caiga la norma, que la confianza entre el PRO y LLA “se ha quebrado”.
Aunque no confirmó si habrá una reunión interna para redefinir la alianza parlamentaria, dejó en claro que la “sensación de defraudación dentro del partido es muy alta”. Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre ambos bloques y sobre cómo estas tensiones podrían influir en el panorama político de cara a las próximas elecciones.