Con un padre comerciante y explorador inmigrante de Laredo (Cantabria), Antonio Armiño, nacido en 1804 en Abiquiú, Nuevo México es casi un desconocido en términos biográficos. Sólo se sabe que, como su padre, también se dedicó al comercio en la ciudad de Santa Fe, Estados Unidos. Y no queda claro en los registros históricos sobre qué lo llevó a lanzarse a una vida de aventurero con la intención de abrir una ruta hacia el noroeste. A sus 25 años, fue el pionero de una caravana mercantil que partió de su ciudad natal el 7 de noviembre de 1829 con destino a Los Ángeles. En su paso atravesó los actuales estados de Colorado, Utah y Nevada para terminar en California. Tardó 86 días para recorrer algo más de 1900 kilómetros. Justo en Navidad, mientras acampaban, decidieron rastrear fuentes de agua. Localizaron un valle con manantiales y campos en medio del desierto. Armiño se deslumbró por el sitio y lo llamó Las Vegas (tierras fértiles).
La historia de los casinos en la ciudad se inició con el Pair-o-Dice Club, construido en 1931, y el El Rancho Vegas, inaugurado en 1941. Más tarde llegaría Sinatra y su troupe integrada por Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Joey Bishop. Desde entonces, Sin City (la ciudad del pecado) se ha convertido en eje de grandes espectáculos, con figuras célebres. Desde Elvis Presley y Celine Dion, a Elton John y Mariah Carey.
En esta escena de dorados y brillos se arrellana Hacks, una ficción que va por su cuarta temporada. Protagonizada por dos mujeres personales, fuertes y contrapuestas, narra la vida de Deborah Vance (Jean Smart) y Ava (Hannah Einbinder, sobrina de Paul Newman). La primera una experimentada comediante de los escenarios de Las Vegas que cae en desgracia y la segunda, una guionista irreverente y posmoderna en busca de trabajo. Con su antagonismo como bandera, terminan trabando un vínculo que revela el valor de la amistad, la fidelidad y los traspiés que pueden aparecer en estas relaciones.
Nominada en 32 ocasiones para los Emmy (obtuvo 10), ganadora de Globos de Oro y otros galardones del Sindicato de Guionistas (WGA), del Sindicato de Actores (SAG) y Critics Choice Awards, lleva su escenario clave a Las Vegas, al ficticio Palmetto, donde Palazzo hace las veces de los exteriores del resort, pero los interiores fueron filmados en el Millennium Biltmore Hotel en el centro de Los Ángeles. Sin embargo, la tercera protagonista, ya ha abandonado la serie.
Bel Air y la casa que ya no está
A la hora de crear la vida diaria del personaje a cargo de Smart, los creadores pensaron que Deborah debía vivir en un lugar como el lujoso complejo residencial Enclave de Las Vegas, donde algunas celebridades como Steve Wynn y David Copperfield tienen sus mansiones. Así nació la idea de inspirarse en una casa de Altadena, en Bel Air, que se convirtió en residencia de la celebridad de la ficción. Construida en 1915, y de estilo colonial español, fue la vivienda elegida para recrear los exteriores lujosos de la puesta.
Había aparecido por primera vez en la primera temporada y lo siguió haciendo en las subsiguientes. También lo hace en la cuarta, precisamente porque su rodaje dio inicio en la propia mansión como una de las principales locaciones. Según declaraciones en ocasión de la finalización del rodaje, Scott Kradolfer, responsable de estas elecciones afirmó: “Altadena fue clave en estos últimos capítulos, porque allí tiene lugar el comienzo de la trama, y no sólo filmamos en el exterior de la casa, sino que también lo hicimos en la calle, en el patio delantero, en toda el interior y en gran parte del patio trasero”.
En ocasión de los incendios de Eaton, que mataron al menos a 17 personas y destruyeron más de 9000 edificios, convirtiéndose en el quinto incendio forestal más mortal y el segundo más destructivo de los Estados Unidos, también se perdió esta mansión, junto a la cercana casa Crank, donde se filmaron Matilda, Scream 2 y Atrápame si puedes, la propiedad donde se filmó Step Brothers, así como la famosa calle Rubio, que alberga una de las mansiones más utilizadas en películas y series de televisión como Negocios riesgosos y This Is Us.
En el mismo sitio fueron destruidos el Altadena Town & Country Club, visto en Mad Men, Starsky & Hutch, Van Wilder y The Wonder Years, y el anfiteatro de American Pie 2 y Ghost Whisperer.
Según los registros inmobiliarios, la propiedad utilizada para Hacks se vendió por última vez en el año 2000 por 1,5 millones de dólares, pero se desconoce la identidad de su propietario actual. Para fines del año pasado estaba valuada en 4,65 millones de dólares. Desde sus comienzos fue alquilada para producciones cinematográficas primero, y de streaming más tarde. El primer uso tuvo lugar en la película de Max Linder “Siete años de mala suerte” de 1921. Pero numerosas series la han tenido como protagonista, entre ellas “Knots Landing”, “Ratched” y, recientemente, “Palm Royale” .
No sólo su arquitectura colonial del renacimiento español era icónica, sino que su tono rosado la hacía casi única en su tipo. Contaba con más de 650 metros cuadrados de espacio habitable, distribuidos en cinco dormitorios y seis baños. Con la opulencia perfecta para el personaje de Vance, la fachada de la casa ofrecía, además, vistas a una piscina impecable y un exuberante paisaje tropical.
Glamour a lo Versalles
Aunque podría parecer una reencarnación de Liberace, todos los excesos que se ven en la ambientación han sido equilibrados de un modo maestro por el diseñador de producción Jon Carlos (también a cargo de Palm Royal y Weestworld, entre otras), ganador del Premio del Sindicato de Directores de Arte al Diseño de Producción Destacado. En su composición intentó crear una imagen de hiperrealismo y profundidad en los escenarios.
“Se emplearon ciertos elementos de diseño en la habitación para mostrar una lucha de poder entre el pasado exitoso de Vance y su presente -publicó en sus redes sociales-. Si bien a primera vista parece opulenta, la ilusión comienza a desvanecerse al observarla con más atención. Las cortinas decorativas carecen de cierto volumen, con rieles y ganchos expuestos montados en el techo. La iluminación de riel vintage y el sistema de climatización no se han actualizado en décadas. Se pueden vislumbrar paredes de hormigón con conductos expuestos en algunas esquinas traseras. Las paredes pintadas de alto brillo muestran evidencia de retoques excesivos, capas de pintura aplicadas a lo largo de los años como maquillaje espeso sobre un rostro envejecido que intenta ocultar las imperfecciones”.
En la puesta se captura toda la vida de Deborah en la casa entera. Desde la sala, se puede ver la oficina de Marcus (su asistente), la suya, el comedor y la puerta principal en diagonal. Se trató de mezclar las antigüedades con piezas contemporáneas de arte que contrastaran con el estilo de los sofás o las sillas.
A diferencia de los coloridos mundos del Casino, en su cocina y cuarto de maquillaje se usó una paleta de grises. La enorme escala de la mansión no solo servía para que Deborah exhibiera su riqueza, sino para que actuara como una fortaleza. La gama de tonos rosados llevan el exterior al interior y ofrece un cierto toque retro. La joya de la ambientación, no sólo por su eje en la soledad de Deborah en su casa, sino también por la estética, es la colección de saleros y pimenteros que están guionados.
Aún quedaban algunas escenas para grabar cuando sucedieron los incendios. Todo el interior ha sido montado en estudios televisivos para culminar las necesidades del libreto. De la mansión sólo quedó en pie la fachada.