Javier Milei pasó diez minutos por el acto de campaña de Manuel Adorni en Lugano luego de hacer esperar durante más de dos horas a los 300 militantes que se amontonaron en media cuadra de la calle Delfín Gallo.

En la previa de la organización del acto, el portavoz preguntó por qué hacían un acto en el Conurbano si él es candidato a legislador porteño, pero le explicaron que Lugano es parte de la Ciudad. Es una falla que suelen tener los noticieros cuando quieren informar de la inseguridad del barrio.

El gobierno pobló de francotiradores las terrazas linderas al local en el que se organizó el evento. Para quitar el tono ceniciento que tiñe los actos de fuerte presencia castrense, los jovénes llevaron bengalas violetas. Fueron liderados por El Niño Brócoli, que resiste la intervención de la juventud karinista y este miércoles dio una imponente muestra de fortaleza territorial junto a 20 seguidores.

Un par de libertarios entusiastas se disfrazaron de leones como muestra de lealtad a su líder pero omitieron, con justa razón, que el Jefe de Estado podrá rodearse de leones de madera gigantes como el que tiene en Olivos pero le tiene fobia a los leones de cotillón.

El gobierno cuestionó que la CGT cortara la calle en el Día del Trabajador pero dejó que los militantes cortaran la calzada a metros del monumento a Hugo del Carril, el cantor de la Marcha Peronista.

“Si quieren ver a una Argentina grande de nuevo, voten a Manuel Adorni”, dijo el presidente en referencia a la candidatura de su vocero como legislador porteño, la figura que vino a reemplazar a los concejales tras la reforma constitucional.

“Adorni es la voz de Milei en la Ciudad para que la Argentina siga avanzando”, dijo Milei, que de este modo se contradijo porque habló él.