Invertir en una propiedad de pozo puede ser una opción atractiva para quienes buscan un precio inicial más bajo y la posibilidad de generar ganancias a largo plazo. Sin embargo, también implica asumir riesgos que no siempre se ven a simple vista. Desde el atractivo de los precios más bajos hasta los posibles retrasos en la obra, conocer las implicancias de invertir en propiedades en construcción es clave para tomar una decisión informada.

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En este tipo de operaciones, es fundamental entender no solo las ventajas y los riesgos, sino también cómo se estructura legal y financieramente la inversión. Una de las formas más comunes de organizar este tipo de proyectos es a través del fideicomiso al costo, una figura que brinda cierto nivel de seguridad y transparencia durante el proceso de construcción.

¿Qué es el fideicomiso al costo?

El fideicomiso al costo es una de las principales herramientas utilizadas para garantizar la compra de propiedades de pozo. Esta modalidad permite que los inversores compren unidades en proyectos en construcción sin que se realice un pago total por adelantado. A través de este mecanismo, el comprador paga en cuotas, mientras el fiduciario —generalmente una empresa especializada— se encarga de asegurar que los fondos se utilicen exclusivamente para la construcción del proyecto.

El fideicomiso al costo es una herramienta que protege al comprador al garantizar que los fondos se destinen exclusivamente a la obra

Aunque las propiedades de pozo ofrecen precios más bajos y una oportunidad de revalorización a largo plazo, también involucran riesgos importantes. En este contexto, el fideicomiso al costo se destaca como una opción para mitigar esos riesgos, ya que asegura que los pagos se destinen directamente a la finalización de la obra.

¿Cuáles son las ventajas de invertir en propiedades de pozo?

1. Precios más bajos

Una de las razones principales por las que los compradores se inclinan por las propiedades de pozo es el ahorro en el precio inicial. Según desarrolladores del sector, el costo por metro cuadrado de una propiedad en pozo puede ser hasta un 30% más bajo que el de una propiedad a estrenar.

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Esto se debe al riesgo que asume el comprador, quien tiene que esperar un período largo hasta que la obra esté terminada y la propiedad lista para habitar. Este ahorro se convierte en una ventaja considerable, especialmente en un contexto de incertidumbre económica, donde las opciones de inversión en otros sectores pueden ser limitadas.

2. Financiamiento accesible

A diferencia de otros tipos de compra, que requieren el pago total de la propiedad al momento de la compra, las propiedades de pozo ofrecen la posibilidad de pagar en cuotas. Estas se calculan como un porcentaje del costo total de la obra, distribuyéndose entre las distintas unidades del proyecto. Además, algunos desarrolladores permiten abonar las cuotas en pesos, lo que reduce la exposición al riesgo cambiario, ya que el valor del bien se determina en dólares, pero el pago se realiza en la moneda local.

Los esquemas de pago suelen extenderse durante la construcción, lo que facilita el acceso a la inversión

3. Activo dolarizado

Otro punto a favor es que las propiedades de pozo suelen comercializarse en dólares, lo que significa que el valor del bien no está tan sujeto a las fluctuaciones del peso argentino. Esto se presenta como una ventaja adicional en un contexto económico inestable, ya que el comprador puede asegurarse de que su inversión está protegida en términos de moneda extranjera, mientras que el pago se realiza en pesos. Este tipo de operación es especialmente atractivo para quienes buscan proteger su capital frente a la inflación.

Invertir en propiedades en pozo permite resguardar capital en dólares, aunque el pago pueda hacerse en pesos

4. Oportunidad de revalorización

Si el proyecto está bien ubicado y en una zona en crecimiento, la propiedad de pozo puede generar una significativa revalorización a lo largo del tiempo. En general, los bienes raíces suelen ser una inversión a largo plazo, y las propiedades que se compran durante la construcción tienen el potencial de aumentar su valor una vez finalizadas, especialmente si el entorno económico mejora o la zona donde se ubica el proyecto se vuelve más demandada.

5. Facilidad de pago en cuotas

Por lo general, los proyectos de pozo permiten financiar la compra en cuotas que pueden extenderse incluso más allá de la entrega de la propiedad. En algunos casos, el saldo restante se puede abonar en hasta 80 cuotas mensuales, lo que otorga una flexibilidad considerable. Esta opción resulta particularmente atractiva para quienes no cuentan con el capital completo de inmediato, pero desean invertir en bienes raíces a largo plazo.

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¿Cuáles son los riesgos?

1. Demora o cancelación

Una de las principales desventajas de las propiedades de pozo es el riesgo de que la obra sufra demoras significativas o incluso se cancele. Factores como problemas financieros del desarrollador, falta de materiales o dificultades climáticas pueden retrasar la entrega de la propiedad. En el peor de los casos, algunos desarrollos pueden quedar detenidos indefinidamente, lo que supone una pérdida importante de capital para los inversionistas.

El principal riesgo de este tipo de inversión es que la obra no se complete en los plazos previstos

2. Ajuste de cuotas por inflación

Las cuotas de las propiedades de pozo suelen ajustarse de acuerdo con la inflación o con índices como el de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), lo que implica que el costo final del inmueble puede aumentar con el tiempo. Este ajuste puede ser un inconveniente para los compradores que no lo contemplaron al momento de la firma del contrato, ya que el monto total de la inversión puede ser considerablemente mayor al previsto inicialmente.

3. Falta de liquidez

Una de las características de las propiedades de pozo es que, mientras se desarrolla la obra, el dinero invertido no genera ingresos ni se puede recuperar fácilmente. Si un comprador necesita vender antes de la finalización del proyecto, puede enfrentar dificultades para encontrar un comprador, ya que la propiedad no está lista para habitar y carece de la misma demanda que un inmueble terminado.

4. Posibles diferencias entre lo prometido y lo entregado

El riesgo de que la propiedad no cumpla con las especificaciones prometidas en el contrato es una preocupación constante. Las diferencias en la calidad de los materiales, el diseño final o incluso los acabados pueden resultar en una experiencia insatisfactoria para el comprador, especialmente si no ha realizado una investigación exhaustiva del desarrollador y de proyectos previos que hayan completado.

Las diferencias entre lo proyectado y lo entregado pueden generar frustraciones si no se verifican los antecedentes del desarrollador

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5. Dependencia del desarrollador

El éxito de la inversión está directamente relacionado con la solvencia y experiencia del desarrollador. Si el responsable del proyecto tiene problemas financieros o carece de la experiencia necesaria, el desarrollo puede verse afectado. Por ello, es esencial investigar la trayectoria de la empresa antes de comprometerse, ya que la reputación y el historial de los desarrolladores son determinantes para la conclusión exitosa del proyecto.