La suspensión de las PASO en la provincia de Buenos Aires debe quedar sellada el miércoles. Ese es el objetivo que se trazan en el campamento del gobernador Axel Kicillof, aunque estén disconformes con la eliminación de la extensión de los plazos del cronograma electoral en el proyecto que se aprobó en el Senado bonaerense la semana pasada. La salida de las PASO del calendario es el objetivo central, que comparten otros sectores del peronismo y también grupos de la oposición. Luego de eso, se abrirán otras instancias de tensión a las que prefieren no anticiparse.
El Senado provincial dio media sanción a la suspensión de las PASO el martes pasado y la Cámara de Diputados debatirá el tema el miércoles próximo, desde las 15. Luego de que la expresidenta Cristina Kirchner ordenó a sus legisladores apoyar la suspensión, como anhela Kicillof, y no insistir con las elecciones concurrentes, en la Cámara alta bonaerense se exhibió un precario acuerdo entre las partes. Ese entendimiento quedó afectado por la exclusión en el proyecto de los plazos electorales que proponía Kicillof y, luego de la sesión, por el ingreso de una iniciativa del cristinismo para reinstaurar la reelección indefinida de los legisladores provinciales y municipales, pero no de los intendentes, lo que en el kicillofismo se leyó como un dardo para los jefes comunales que apoyan al gobernador.
En Diputados, el kicillofismo no planea agregar su propuesta de extensión de plazos al proyecto que giró el Senado. “Sería perder demasiado tiempo. De aprobarse en Diputados con modificaciones, volvería al Senado. Y, más allá de que el tema de los plazos era un pedido de la Junta Electoral, la prioridad es que se suspendan las PASO para ya arrancar de manera definitiva el proceso eleccionario”, afirmó a LA NACION una fuente de confianza del gobernador.
“Por ahora, igual que en el Senado”, aseveró un hombre de contacto permanente con el sector cristinista de los bloques legislativos bonaerenses. “Va a ser sencilla la sesión. Del proyecto, no se toca nada para que sea ley. Lo importante es que se vote y sea ley. Luego, el gobernador puede promover alguna iniciativa para modificar el cronograma”, dijo, en una sintonía similar a la del kicillofismo, un dirigente que responde a Sergio Massa.
Kicillof -según consta en el proyecto de suspensión de las PASO que envió a la Legislatura tras desdoblar la elección y establecer los comicios provinciales el 7 de septiembre- quiere que la convocatoria a elecciones sea con 100 días de anticipación (la ley electoral bonaerense establece que sean 60), que la presentación de alianzas sea 80 días antes de las elecciones (el decreto-ley 9889 marca 60 días), que la presentación de listas se realice con 70 días de plazo previo (la ley electoral de la provincia otorga un tiempo de 30 días), y que la presentación de boletas sea con 50 días de antelación (en la ley electoral bonaerense se estipulan 20 días). En el Senado, quedaron activos los plazos de las leyes, no los que propuso Kicillof.
Desde la pata legislativa bonaerense de Pro, afirmaron estar “para que [el proyecto] salga como vino del Senado”. En una de las terminales de la UCR en la Cámara baja bonaerense, coincidieron: “Se va a votar tal cual salió del Senado. A menos que haya un terremoto antes del miércoles, esa es la idea”.
Hasta que la suspensión de las PASO no se confirme, no hay expectativas de una nueva reunión entre las partes en conflicto en el PJ. “Todo indica que, hasta que no se suspendan las PASO, no va a haber más reuniones de ese estilo. Especialmente, porque no tenemos certezas de que no inventen alguna otra maniobra para seguir entorpeciendo todo, de acá al miércoles”, advirtió una fuente kicillofista. “Quizás, luego de que se vote la ley”, especuló un hombre del massismo.
La última reunión entre los bandos enfrentados del PJ que trascendió fue el 7 de abril, en La Plata. Fue un encuentro extenso que no derivó en ningún acuerdo, y que abundó en pases de factura. Estuvieron Máximo Kirchner, Kicillof y Massa, acompañados por intendentes y legisladores. Cuatro días antes, mientras los diputados de La Cámpora y el massismo intentaban –sin éxito- aprobar las elecciones concurrentes y Kicillof daba un discurso en el Teatro Argentino de La Plata, Cristina Kirchner recibió en el Instituto Patria a la vicegobernadora Verónica Magario, quien mantiene buen vínculo con las dos orillas de la grieta peronista provincial.