La Última Cena: qué sucedió en la comida final de Jesús y por qué se recuerda hoy

0
15

Una comida hace más de 2000 años marcaría un antes y después en la historia de la humanidad. La Última Cena es uno de los momentos más icónicos de la vida de Jesús y de vital importancia para el origen del cristianismo. De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, lo que allí ocurrió es la “fuente y culmen” de la vida cristiana.

A lo largo del tiempo, varios han intentado retratar este suceso, desde Leonardo Da Vinci con su conocida obra realizada entre 1495 y 1498, pasando por Juan de Juanes (1555-1562), hasta una versión más moderna de Salvador Dalí de 1955. Sin embargo, “los pintores del Renacimiento no tenían tantas herramientas para poder tener una idea precisa de cómo lo celebraban”, explica, a LA NACION, Claudia Mendoza, licenciada en Teología, con especialización en Teología Bíblica.

La idea de una mesa alargada, con vajilla de plata y dentro de un gran edificio está bastante alejada de la realidad. “Posiblemente haya sido en el piso, en círculo, sin mesa o a lo sumo con una mesa muy pequeña”, aclara Gabriel Mestre, sacerdote y licenciado en Teología con especialización en Sagrada Escritura. Aún así, lo que sucedió aquella noche sigue siendo recordado al día de hoy y la Iglesia lo revive en cada Semana Santa.

Dónde y cuándo fue la Última Cena

“Se sabe con certeza que ocurrió bajo el mandato de Poncio Pilato, es decir, entre los años 26 y 36 d.C., durante la Pascua Judía, que se celebra en la primera luna llena del equinoccio de primavera en el hemisferio norte”, comenta Mendoza. Durante esta festividad, que perdura al día de hoy, el pueblo judío celebra la liberación de los egipcios en la época del Antiguo Testamento.

La Última Cena ocurrió durante el mandato de Poncio Pilatos, entre los años 26 y 36 d.C. (Foto: www.jw.org)

De acuerdo con lo que relata la Biblia, Jesús envió a Pedro y a Juan a Jerusalén a preparar la cena para esta fiesta. El Evangelio de San Lucas cuenta que sucedió “en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones” (Lucas 22;12), que luego se conoció como “Cenáculo”. Según la teóloga, lo más probable era que “estuvieran recostados en el piso, apoyados en un brazo y con el otro brazo tomaban los alimentos de un recipiente común”.

Esto explica cómo San Juan estaba “recostado” sobre el pecho de Jesús, ya que estaban todos en el suelo. Además, Jesucristo advierte quién lo iba a traicionar cuando dice “uno que se sirve de la misma fuente que yo” (Marcos, 14;20). En cuanto a la comida, Mendoza explica que seguramente estuvieran cenando cordero y hierbas amargas, típicas de esta fecha en la que el pueblo judío recordaba sus días en el desierto.

Por otro lado, conforme a los Evangelios, en esta última comida participaron el grupo de los doce Apóstoles más cercanos a Cristo, incluido Judas Iscariote que luego lo traicionaría. “No hay ningún dato bíblico que nos permita afirmar que estaban las mujeres u otras personas además de los doce”, aclara el sacerdote y teólogo Gabriel Mestre.

Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía durante la Última Cena. (Foto: sanjuandelacruzparroquia.wordpress.com)

Qué sucedió durante la Última Cena

“Los primeros evangelios en el orden de la Biblia (Mateo, Marcos y Lucas), llamados evangelios sinópticos, relatan de forma muy similar la Última Cena de Jesús”, describe Mestre. Los tres cuentan que el Maestro repartió el pan y el vino entre ellos, advirtió que uno de ellos lo traicionaría (Judas Iscariote) y anticipó que Pedro lo negaría tres veces antes de que cante el gallo.

En cambio, San Juan en su Evangelio incluye el “lavatorio de los pies”. Según lo escrito por el discípulo, Jesús “se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura” (Juan 13;3-5).

San Juan relata que Jesús limpió los pies de sus Apóstoles como un signo de humildad. (Foto: historico.caliescribe.com)

De acuerdo con Gabriel Mestre, “este gesto de extrema humildad y anonadamiento expresa simbólicamente esa entrega total de Jesucristo a la humanidad para salvarla”. Por otro lado, la traición de Judas y Pedro, que el Mesías anticipa, da cuenta de “la debilidad y el pecado de los seres humanos”.

Finalmente, Jesucristo les advirtió a sus apóstoles lo que sucedería esa noche, es decir, su Pasión y muerte en la Cruz. Sin embargo, también les recordó que resucitaría al tercer día y que no debían temer. Luego, “salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos” (Lucas, 22;32).

Por qué es importante la Última Cena

Para el cristianismo, este acontecimiento permite profundizar en tres aspectos de la fe. El primero es el mandamiento del amor. “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”, dijo Jesús en el capítulo 15 de Juan, versículo 12. Para el teólogo Gabriel Mestre, esto expresa cuál es la forma del amor de Dios, es decir, entregarse a uno mismo. Por eso Cristo continúa: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Juan 15;13). “Este es el signo instructivo del amor cristiano”, concluye el sacerdote.

El segundo es la institución de la Eucaristía. Se produjo cuando Cristo tomó el pan y el vino, los bendijo y los repartió entre sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes (…) Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes” (Lucas 22;19-20). De acuerdo con la teóloga Claudia Mendoza, Jesucristo recoge la tradición judía de sacrificar a un cordero durante la Pascua y se identifica a sí mismo como el nuevo cordero que será sacrificado.

En cuanto a la elección del pan y el vino, Gabriel Mestre comenta: “Jesús toma estos elementos que tienen que ver con la vida diaria de su contexto y allí se va ha hacer presente como Dios vivo y verdadero”. Ambos alimentos conectan con la festividad judía y simbolizan la presencia real de Dios en lo cotidiano como alimento espiritual.

El tercer aspecto consiste en la institución del sacramento del sacerdocio ministerial. Jesucristo finaliza la bendición del pan y el vino diciendo: “Hagan esto en memoria mía” (Lucas 22;19). “Dios elige a varones frágiles, limitados, que a lo largo del tiempo van a garantizar la presencia sacramental, consagrando el pan y el vino, por la acción del Espíritu Santo, en cada una de las misas”, explica Mestre.

El Papa Francisco celebra la Eucaristía durante la Misa de Pascua el 4 de abril de 2021 en la Basílica de San Pedro. (Foto de Filippo MONTEFORTE / POOL / AFP)

Cómo se celebra la Última Cena hoy en día

La Iglesia Católica recuerda este suceso cada Jueves Santo, este año, durante el 24 de abril. La celebración es similar a una misa ordinaria, sin embargo, también se incluye el lavatorio de los pies, en el que el sacerdote repite el gesto que hizo Jesús con los Apóstoles, pero en este caso con los fieles. Además, al finalizar la Eucaristía, se suele reservar al Santísimo en un lugar llamado “Monumento”, donde las personas lo adoran hasta medianoche.

En 2019 el Papa Francisco lavó los pies de 12 presos durante la misa de Jueves Santo. (Foto: AFP)

No obstante, la Última Cena y la institución de la Eucaristía también se rememoran en cada misa. “Cristo vuelve a morir y a resucitar, porque no es solamente una perspectiva simbólica, sino real, el acontecimiento del pasado se hace presente hoy”, explica el sacerdote Gabriel Mestre. De acuerdo con el Catecismo, la celebración eucarística permite a los fieles participar de la “liturgia del cielo” y anticipar la vida eterna.

Es por esta razón que la Última Cena se considera la primera misa, ya que consagró la fórmula para repetir el sacrificio de Cristo en cada celebración. Para la teóloga Claudia Mendoza, este acontecimiento “celebra la libertad de Jesús, su decisión de entregarse, de amar hasta el extremo, haciendo visible el amor de Dios a toda la humanidad”.