En la televisión peruana, algunas voces trascienden la pantalla. No todas se recuerdan por lo que dijeron, sino por cómo lo dijeron. Cada fin de semana, los programas de investigación presentan reportajes de índole política, social o económica. Muchas de esas historias pierden fuerza con el paso del tiempo, pero ciertas narraciones conservan su impacto gracias al rigor con el que fueron escritas. Álamo Pérez Luna supo imprimir carácter a lo que decía. Su voz no seguía las imágenes: las enfrentaba. El 17 de abril de 2025, esa voz se silenció para siempre.
A los 61 años, el periodista y conductor de televisión falleció en el hospital Edgardo Rebagliati de Lima, donde permanecía internado. Su muerte causó pesar en el país, especialmente entre sus colegas, quienes lo reconocen como una figura influyente en el periodismo televisivo.
Si bien trabajó durante siete años en prensa escrita, en medios como La República y el semanario Sí, fue en la televisión donde desarrolló a plenitud su carrera periodística. Allí produjo reportajes que resaltaron por la calidad de su narrativa y la potencia de su voz.
Por ejemplo, realizó un reportaje sobre Alan García Pérez y los fondos que, según investigaciones, habría depositado en la fundación Los Rayos del Sol, ubicada en Vaduz, Liechtenstein. Otro abordó a las agrupaciones musicales subterráneas influenciadas por la ideología de Sendero Luminoso, organización terrorista que marcó con violencia a la sociedad peruana en aquellos años.
En los materiales audiovisuales que se emitían, su voz lograba captar la atención de más de un televidente, muchos de los cuales lo identificaban precisamente por ese timbre inconfundible. Con la llegada del nuevo milenio, su trayectoria dio un giro: la televisión le abrió espacio como conductor en diversos programas que marcaron una etapa distinta en su carrera.
En 2001, dirigió y condujo Mea culpa en Austral TV. A partir de 2003, asumió la dirección de Panorama y estuvo al frente de Trampolín para todo el mundo y Risas y salsa, el documental, ambos en Panamericana TV. En 2008, se integró a ATV, donde lideró programas como Fuego cruzado, Vidas extremas y Diez, entre otros. Sobre este último, resulta pertinente explicar en qué consistía y cuáles fueron sus episodios más impactantes.
‘Diez’, el programa de Álamo que contaba la historia con un enfoque distinto
De todos los programas que condujo, Diez quizás fue el que menos definía un público objetivo, ya que atraía a personas de diferentes edades, quienes lo sintonizaban para explorar una variedad de temas y recordar eventos ocurridos décadas atrás. Incluso muchos niños, acompañados de sus padres, habrían visto uno de los episodios más recordados, titulado Los superhéroes de todos los tiempos.
El programa salió al aire en 2011 por la señal de ATV, en un momento en que Álamo Pérez Luna ya era una figura muy conocida entre los peruanos. Gozaba de gran popularidad, y su vasta experiencia en el periodismo televisivo se reflejó en Diez.
En cada episodio, se destacaba el enfoque periodístico de los temas y la rigurosidad en la investigación realizada. Además, su voz, aquella que lo acompañó en los reportajes televisivos de la década de 1990, seguía transmitiendo ideas con gran elocuencia.
Pero, ¿de qué trataban los episodios de ‘Diez’? De una amplia variedad de temas. Entre los tópicos destacados se incluyen cine, televisión, fútbol, música y política, además de hechos históricos tanto del Perú como del mundo. También hubo espacio para explorar temas más ligeros y fenómenos paranormales.
Entre los títulos de los episodios destacan: ‘Los comerciales de los 80 en la TV peruana’, ‘Los que sobrevivieron a la muerte’, ‘Lo mejor del cine peruano’, ‘Los congresistas que nunca olvidaremos’, ‘Las tragedias que conmovieron a los peruanos’ y ‘Los personajes más perversos en la historia del cine’, entre otros.
Si bien se realizaba un recuento de los hechos, en algunos episodios se incluyeron entrevistas con especialistas, quienes aportaron datos y opiniones relacionadas con los temas. Más allá de simplemente mencionar los hechos, Álamo contaba historias, utilizando el mismo lenguaje preciso que empleaba en sus reportajes.
En sus primeros años, el programa se emitía los sábados a las 10 de la mañana, un horario que competía con espacios televisivos dirigidos a niños. Posteriormente, se trasladó a los domingos a las 6 p.m., justo dos horas antes de que comenzaran programas dominicales como Cuarto Poder de América Televisión y Panorama de Panamericana Televisión.
Precisamente para este último canal, Álamo Pérez Luna realizó reportajes similares a los de Diez. En una conversación con el entonces estudiante universitario Juan Carlos Yaya, el periodista mencionó que esa experiencia le sirvió como precedente y base para la creación del programa Diez.
En otro momento de la entrevista, Álamo Pérez Luna ofreció un consejo a quienes aspiraban a hacer reportajes para la televisión. “Estuve siete años trabajando en prensa escrita y, por eso, creo que tengo una buena pluma. No comiencen directamente en la televisión, primero pasen por la prensa escrita”, expresó.
“Escriban, lean, eso les dará un valor agregado y, cuando se presenten en algún lugar en busca de trabajo, inevitablemente los escogerán a ustedes antes que a los demás”, agregó.
Finalmente, es necesario destacar los episodios de Diez que dejaron una huella en los televidentes. El impacto no proviene tanto de la exhaustiva investigación realizada en la producción del programa o de la narrativa empleada, sino del tema abordado.
Los programas que generaron conmoción en un sector de la población peruana se centraron en la actividad paranormal, tema que se abordó en más de un episodio bajo el título “Extraño, muy extraño”. Es importante destacar que este asunto no fue tratado de manera superficial, sino con un enfoque crítico. Al igual que en otros programas, se realizaron entrevistas con especialistas para enriquecer el contenido.