Más de tres meses para poder dormir una noche entera es lo que necesitó Chesley Sullenberger después de salvarle la vida a 155 personas. Sully, apodo con el que era conocido el piloto, tampoco volvió a tomar los mandos de un avión hasta que pasaron siete meses.
En muchos casos la gente idealiza la situación del héroe, pensando que se va a sentir más reconfortado por hacer una acción digna de una película de Hollywood. Sin embargo, suele ocurrir todo lo contrario. El 15 de enero de 2009, Sully solo sintió que hacía su trabajo, nada más.
El milagro de Hudson, nombre mediático que recibió el caso, fue uno de los más mediáticos en aquel momento. El piloto aterrizó el vuelo 1549 de US Airways sobre el río Hudson. La decisión fue tomada en 231 segundos y, gracias a sus tres décadas de experiencia, pudo solventar la situación, convirtiéndose en un ídolo para los estadounidenses.
Una bandada de gansos inutilizaron los dos motores del avión. Una situación crítica que supo resolver de manera sobresaliente. “Sabía que sería la peor situación de emergencia de mi vida. Pero al mismo tiempo nunca pensé que moriría aquel día”, declaró Chesley en una de las entrevistas que concedió.
Siete minutos cruciales
A las 15:24 el avión despegó del aeropuerto de LaGuardia, en Nueva York, con destino a Charlotte, Carolina del Norte. Poco menos de un minuto después, el capitán Sullenberger, con más de 20.000 horas de trabajo a sus espaldas, le trasladó a la torre de control que había sido un gran despegue.
“¡Qué vistas más bonitas del Hudson tenemos hoy!”, fue la última conversación banal que tendrían aquel día. A las 15:27, se produciría el choque con la bandada. “¡Mayday, mayday!!”, sería el siguiente mensaje del piloto, dando la señal de alerta a sus compañeros de la torre.
Posteriormente se dirigió a los pasajeros, advirtiéndoles de que se tenía que hacer un aterrizaje de emergencia. Sully no pensó en nada ni nadie, simplemente tenía una misión: aterrizar el Airbus. A las 15:31, el avión se encontraba en medio del río Hudson.
En menos de una hora, todos los que formaron parte de aquel vuelo estaban en tierra. El último en salir fue el propio capitán, que revisó varias veces el interior hasta asegurarse de que no había nadie dentro. Todos salieron con vida, sin embargo, algunos de ellos sufrieron de hipotermia.
Una historia que llegó a Hollywood
El hecho fue tan trascendente, que todos los medios se hicieron eco. La narrativa y la historia, dignas de ser escritas por un guionista de éxito, fue llevada al cine de la mano de Clint Eastwood, que sería el director. Tom Hanks interpretó a Sully en una buena actuación.
Todo ello se basó en la novela que había escrito el propio Sullenberger junto a Jeffrey Zaslow, en el que relata los hechos. De hecho, también hay archivo de la época. Una de las escenas más comentadas es la de la caja negra. Esta ocurrió realmente, comprobando que se trató de una decisión que se tomó casi sin mediar palabra.