Llegó a la Argentina con apenas USD 143: “Vi la calidez de las personas y la importancia que le dan a la amistad”

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Lupita Made Ogando (55) se encontraba entre la espada y la pared. Corría el mes de marzo de 1997 en su República Dominicana cuando las presiones políticas que recibía, cuenta, la llevaron a tener que decidir entre dos opciones: salir rápido de su país o perder la vida.

Había trabajado como funcionaria con destacados líderes, siendo parte del grupo que introdujo el Seguro Social en su país y obteniendo importantes contratos para mejorar la cobertura médica de muchas familias.

Por aquel entonces Lupita era encargada de las relaciones públicas y de la seguridad social de la policía. Su tío era general y encargado de asuntos internos de la Policía Nacional y, en el marco de su trabajo, metió preso a un coronel de la policía por un ilícito que había cometido.

En el cumple de uno de sus hijos.

¿Quién es Lupita?

Con el nuevo gobierno comenzaron las persecuciones contra Lupita, como una manera de venganza hacia su tío. “Me sacaron de mi trabajo él mismo día que asumió el presidente. A partir de ahí, me amenazaban constantemente, me llamaban por teléfono diciéndome que me iban a matar. Salía al supermercado con mis hijos y tenía que ir con seguridad porque realmente temía que les hicieran daño”, recuerda Lupita.

Lupita es la hija menor de 13 hermanos y desde muy pequeña mostró una determinación inquebrantable por lograr sus objetivos, trabajando en la venta de helados y ayudando en la venta de empanadas para financiar su educación. Con el apoyo de sus padres adoptivos, Belkis y César Camarena, se graduó en Contaduría y obtuvo diplomas en Seguridad Social y Relaciones Públicas Empresariales. En su carrera profesional ocupó importantes roles en el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional de la República Dominicana y en una reconocida empresa hotelera. Pero fue en los momentos más difíciles que Argentina apareció como un oasis dentro de tantas malas noticias.

Con sus compañeros de radio.

Con los problemas políticos que tenía en República Dominicana, Lupita se puso a investigar qué países no necesitaban visa para emigrar. Y como tenía que escapar lo antes posible eligió la Argentina, un país al que su papá, muchas veces había soñado visitar. Además, quería estudiar cine y teatro y que mejor que hacerlo en un país donde pudiera desarrollarse con libertad en estos ámbitos artísticos.

Con tan solo USD143 en su billetera, Lupita llegó a la Argentina. “Vine con este dinero porque realmente no era un viaje que estaba planificado, tuve que tomarlo por emergencia muy rápido. Económicamente estaba muy mal porque me había divorciado del padre de mis hijos, me habían echado de la policía y tenía muy poco tiempo trabajando como encargada de contabilidad de una empresa. Y no tenía ningunos ahorros”.

Lo que más le llamó la atención a Lupita desde que llegó a la Argentina fue que al caminar por las calles de Buenos Aires, algunas veces, los hombres la paraban para preguntarle “cuánto cobras”. Ella no entendía nada, estaba como estupefacta. Hasta que le preguntó al dueño de la casa estudiantil donde estaba alquilando, quien le explicó que por la zona en la que ella estaba viviendo, en Balvanera, había varias compatriotas que ejercían la prostitución.

En Dominicana había trabajado como funcionaria con destacados líderes, siendo parte del grupo que introdujo el Seguro Social en su país y obteniendo importantes contratos para mejorar la cobertura médica de muchas familias.

“Lo que más me gustó de la Argentina fue que cuando la gente comenzó a conocerme, me fui haciendo de un grupo de amigos que al día de hoy lo siguen siendo. Esas mismas personas que comenzaron conmigo desde cero en el país, me siguen demostrando una amistad muy linda. Lo que más me llamó la atención fue la calidez que vi en las personas, la importancia que le dan a la amistad en este país, a tal punto que tienen un día para celebrarlo”.

Su pasión por el teatro y la radio

Al principio, Lupita trabajó en un call center. A los pocos meses arrancó a hacer radio en el barrio de Pompeya, que solo se escuchaba por la zona, con un amigo dominicano. Sin embargo, esa experiencia solamente duró dos semanas porque sintió que la zona a la que iban a grabar no era muy amiga de la seguridad. Pero esa ilusión no se iba a desmoronar en apenas un intento.

“La Chercha de Lupita resultó una marca dentro de lo latino en la Argentina porque los oyentes se engancharon mucho con el programa ya que no se conocía mucho la música dominicana”.

Por entonces, Lupita había empezado a estudiar teatro y junto con varios compañeros hacían improvisaciones en la calle, las discotecas y boliches. A raíz de la amistad que hizo con Fernanda, una de las chicas del grupo, Lupita tuvo una entrevista con el director de Radiográfica, a quien le presentó el formato de su programa: pasar música dominicana y entrevistas con grandes artistas de su país. Así comenzó “La Chercha de Lupita” que estuvo al aire casi dos años y medio.

“La Chercha de Lupita resultó una marca dentro del ámbito latino en la Argentina porque los oyentes se engancharon mucho a conocer la música dominicana”. Así se convirtió en una figura destacada del panorama radiofónico argentino, trabajando con artistas de renombre y ampliando su influencia internacional.}

Con su hija y sus nietos.

“No importa cuantas veces tu caigas, siempre se puede”

Luego de vivir varios años en la Argentina, Lupita se mudó a Boston (EE.UU.) donde continúa trabajando como locutora en Expresso Radio, tiene su propio Ministerio Cristiano y Radio Cristiana, y es una conferencista internacional que lleva un mensaje de perseverancia, fe y empoderamiento a nivel mundial.

Recientemente publicó Desafíos: Descubrimientos Y Destino, un libro que, cuenta, lo viene escribiendo desde que era niña contando situaciones que le fueron pasando durante su vida como si se tratara de un diario íntimo. “Lo que quiero con esto es que la gente que lo lea sepa que cuando creemos que todo ha terminado, que no vamos a superar una situación, que sí se puede, que no importa cuantas veces tu caigas, que tropieces, que no importa cuantas piedras tengas que quitar del camino, siempre se puede. Quiero que mis lectores aprendan a no caerse porque siempre hay más allá. Lo más importante de este libro es la resiliencia: aprender de los errores, de los problemas, de los desafíos”.

Recientemente publicó Desafíos: Descubrimientos Y Destino.

¿Qué cosas extrañas de este país?

Extraño todo. Mis amigos, caminar por las calles de Buenos Aires, su gente cariñosa, amorosa que me demostró tanto amor y lealtad. Nunca sentí el racismo en la Argentina, siempre sentí un gran amor que la gente me brindaba.

¿Cómo te definirías?

Como una persona simple, humilde, muy leal, no solo a Dios sino a la gente que amo. Tuve muchos sueños y siempre he luchado por cumplirlos y por lograr cada meta que me propuse.