EL CALAFATE.– Cuatro mujeres realizaban la expedición Vuelta al cerro Fitz Roy el viernes cuando, alrededor de las 20, dos de ellas cayeron desde varios metros durante un descenso en rapel. Más de 30 rescatistas acudieron al operativo de salvataje y las trasladaron de noche en camilla a través de las grietas del glaciar Torre Superior, hasta un punto en el cual fueron evacuadas en el helicóptero de una empresa privada 36 horas después.
Las dos montañistas sufrieron fracturas en los tobillos y golpes en el cuerpo. Si bien se encuentran fuera de peligro internadas en el Hospital Samic de El Calafate, debieron pasar una verdadera odisea entre el viernes a la noche, cuando se accidentaron en la montaña, hasta que finalmente lograron ser rescatadas y derivadas a ese centro de salud luego de recibir la atención primaria en el puesto sanitario de El Chaltén.
“Lesiones en el tobillo, golpes varios, pero estuvieron compensadas y conscientes durante todo el rescate hasta que pudimos derivarlas”, detalló la médica Carolina Codó, quien desde tierra dirigió el operativo de rescate. También es la fundadora de la Comisión de Auxilio (CAX) de El Chaltén hace más de 30 años, que nuclea a los rescatistas voluntarios que desde entonces participan, en especial, en operativos en las áreas de alta montaña.
La expedición estaba compuesta por cuatro mujeres, tres de ellas argentinas y una australiana. Pese a que no son oriundas del pueblo, según trascendió, suelen vivir y trabajar durante la temporada de verano en la localidad y cuentan con conocimiento avanzado en la montaña. La travesía de alta dificultad que estaban realizando es una de las más exigentes de la zona e implica recorrer unos 50 kilómetros en alta montaña para dar la vuelta al cerro Fitz Roy por el oeste. Se ingresa por el Paso del Cuadrado hasta llegar al valle del Cerro Torre: en este lugar es donde se produjo el accidente.
Según los primeros datos que trascendieron del accidente, la argentina María Dolores Gianotti y la australiana Roshanna Johnston, ambas de 26 años y que estaban en la misma cordada, cayeron alrededor de las 20 del viernes mientras realizaban uno de los descensos con cuerdas en el sector conocido como Boquete Pier Giorgio. Sus dos compañeras las llevaron hacia un costado del glaciar, les armaron una carpa para pasar la noche y les practicaron inmovilizaciones improvisadas como primeros auxilios ante la imposibilidad de comunicarse con los equipos VHS para pedir ayuda. Tras socorrer a sus amigas, las otras dos mujeres –identificadas como Camila y Lourdes– descendieron durante toda la noche hasta un área donde pudieron enviar el aviso de socorro el sábado al mediodía.
El mismo llegó a la seccional norte del Parque Nacional Los Glaciares, tras lo cual fue convocada la Comisión de Auxilio, integrada por escaladores avezados y guías de montaña, los únicos con capacidad técnica para acceder a los lugares más remotos del parque. Organizaron la partida de las primeras patrullas con los materiales de primeros auxilios y las camillas de traslado. Para ese momento ya se sabía que las deportistas estaban con fracturas expuestas y golpes que les impedían movilizarse por sus propios medios.
Por su parte, desde el parque nacional se solicitó a la empresa Posta Aérea SA, que opera en la zona, la asistencia del helicóptero Robinson R44, actualmente destinado a realizar sobrevuelos turísticos, para colaborar con el rescate que se había iniciado por tierra y achicar los tiempos de evacuación. La empresa aportó, sin costos, la operación de la nave y los pilotos que participaron del rescate, según confirmaron fuentes consultadas por LA NACION.
Si bien el helicóptero llegó el sábado a la tarde desde El Calafate, no pudo acceder hasta el lugar donde se encontraban las accidentadas por la dificultad del área y la presencia de viento, pero realizó vuelos de traslado de rescatistas y equipos. Se optó por definir un “helipunto”, donde pudiera realizarse el aterrizaje y la evacuación al día siguiente.
Tras llegar al lugar donde se encontraban las mujeres heridas y darles atención primaria, las patrullas de rescate iniciaron el descenso portando las camillas a través del glaciar Torre hasta el punto Niponino; la mayor parte del trayecto lo hicieron durante la noche. Allí llegaron a las 4 del domingo para esperar las primeras horas de luz que permitieran el acceso del helicóptero.
Finalmente, a las 8.35 la nave inició el traslado de las dos escaladoras accidentadas y en apenas 8 minutos aterrizó en El Chaltén, donde las recibieron las ambulancias y las trasladaron hasta el puesto sanitario para luego derivarlas al Hospital Samic.
Ayuda voluntaria
“Contar con un helicóptero fue vital tanto en los tiempos como en la recuperación de las víctimas y su posterior tratamiento. La CAX no tiene ninguna ayuda gubernamental y, desde sus comienzos, está financiada por privados y ONG de otros países”, recordó Codó, quien también practicó montañismo y conoce de cerca la geografía.
Desde que se creó en 1994, la Comisión de Auxilio está apadrinada por la Sociedad de Alpinistas de Trento. Los miembros de esta organización les dieron capacitaciones, les donaron equipamiento y los mantienen siempre actualizados. Ellos son el único equipo con capacidad técnica para los rescates de alta montaña de la localidad y han formado a rescatistas, pese a ser voluntarios.
Actualmente avanzan con fondos propios y donaciones en la construcción de la sede para dejar el histórico container donde aún funciona el centro de los operativos de rescate. Como no reciben fondos públicos, todo lo hacen con donaciones que les suelen enviar escaladores extranjeros y la mano de obra de los propios rescatistas.