Excelente montaje de Carmen, que fascinó al público en un auspicioso inicio de la temporada de Ballet del Teatro Colón

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Carmen. Ballet en dos actos basado en la ópera homónima de Georges Bizet sobre un libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, inspirado en la novela Carmen de Prosper Mérimée. Música original: Georges Bizet. Arreglos musicales: Albena Dobreva. Coreografía: Marcia Haydée. Ballet Estable del Teatro Colón. Director: Julio Bocca. Diseño de escenografía y vestuario: Pablo Núñez. Diseño de Iluminación: Ricardo Castro. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Dirección: Zoe Zeniodi. En el Teatro Colón. Próximas funciones: hasta el 16 de abril. Nuestra opinión: excelente.

Carmen regresa al escenario del Teatro Colón para celebrar el centenario de los cuerpos estables. El montaje de la versión de Marcia Haydée marca el inicio de Julio Bocca en la dirección del Ballet que lo vio nacer como intérprete solista, hace más de 40 años.

Las elecciones de reparto han sido impecables. Natalia Pelayo deslumbra como si hubiera nacido para personificar a la cigarrera de Sevilla. La bailarina se luce en el abanico de recursos actorales y dancísticos que esta versión exige: una mujer que no pide permiso para ser libre y lo declara a voz en cuello. Por ser como es, encontrará la muerte: ya se lo han dicho las cartas.

Natalia Pelayo (Carmen) impecable en la construcción del personaje de la cigarrera sevillana nacida para ser libre

La pareja protagónica que compone con el joven Don José de Valentín Batista, está a la altura del desafío de destreza e interpretación. Batista cae en un abismo, desde la disciplina marcial y sus confrontaciones en el primer acto, hacia el espiral de desastre que lo envuelve en el segundo. No importa lo que intente retroceder: la desgracia arrastra sus pies y ensombrece sus facciones.

En su debut en el Colón, el bailarín Valentín Batista se destacó con un Don José con todos sus matices

La creación de la coreógrafa se diferencia de tantas otras por las composiciones de conjunto para varones. El cuerpo de baile masculino sostiene la trama con sus intervenciones como soldados, mozos de la taberna, toreros y contrabandistas.

También se destaca la cabal participación de Maricel De Mitri como la dueña de la fábrica, primera figura de poder a la que se enfrenta Carmen desencadenando la tragedia. Otro rol sobresaliente es el Torero Escamillo, de Federico Fernández, en su punzante aparición, con las banderillas de seducción y el poderío de su capote.

Con Federico Fernández como Escamillo (el torero), en un triángulo de pasión que no termina bien

El vestuario diseñado por Pablo Núñez evoca ropa de calle, de baile social y trajes de luces del Siglo XIX. Y el diseño de escenografía del mismo autor posibilita los climas de fiesta, trabajo y opresión en distintos niveles de altura y profundidad. El artificio sea construye con pocos elementos, pero confeccionados a la perfección por la producción de los talleres del teatro.

El público presente no ocultó su fascinación por los breves momentos de liviandad y vuelo. En el contexto de una creación neoclásica, más centrada en la oscuridad dramática que en el brillo de las piruetas, las variaciones del contrabandista en la piel de Jiva Velázquez arrancaron merecidos aplausos espontáneos.

La música de Bizet, originalmente creada para ser cantada, atravesó transformaciones y reordenamientos al convertirse en ballet. Aquí la orquesta brilla con todos sus matices en la batuta de Zoe Zeniodi. La directora de origen griego hace lucir los arreglos de Albena Dobreva: en el amor adolescente de Don José y Micaela hay más violines y pureza. En la relación sensual y terrenal que lleva a Carmen, los bronces desatan huracanes de tragedia.

La escena de la taberna, como otros cuadros de conjunto, dan posibilidad de lucimiento a toda la compañía

El ballet trabajó la reposición con el coreólogo Pablo Aharonian, pero también bajo la atenta mirada de Marcia Haydée, que dejó por unas semanas su casa en las afueras de Stuttgart para acompañar su creación estrenada en Chile en 2004, y compartir su perspectiva en cada uno de los detalles. Así es como pudo verse en redes sociales, momentos de la compañía disfrutando los ensayos junto a la musa de John Cranko y John Neumeier.

Su interés por los detalles llegó hasta la noche del estreno y se la pudo ver en un palco bajo, sentada junto a Julio Bocca y todo su equipo de maestros ensayistas. Y también con ellos, subió al escenario a saludar al ballet y recibir los afectuosos aplausos de la concurrencia.

Con estas diez funciones de Carmen, el Director General Gerardo Grieco inaugura también una etapa de buenas prácticas hacia las audiencias. Las mismas fueron probadas como exitosas con el público del Sodre cuando se desempeñó como Director General del Auditorio Nacional de Uruguay. Por un lado, se abrió un conversatorio en el ala Tucumán del Foyer. Una hora antes de cada función, el compositor y docente Félix Adrogué conversará con miembros del equipo creativo y artístico, para introducir a los asistentes en los secretos de la creación original, la versión en escena y la producción del Teatro fábrica. En la función del estreno, la concurrencia que superó las expectativas de aforo, escuchó la conversación de Adrogué, con Marcia Haydée y Lucía Chilibroste.

La pareja principal, en un sublime pas de deux, que es el corazón emotivo de la pieza de Haydée

Otro de los detalles pensados para abrir el juego, es el programa de mano con la tapa ilustrada especialmente por artistas visuales. En este caso se trata de un collage y dibujo de Renata Schussheim, que envuelve valiosos contenidos periodísticos que ponen en contexto la creación en cartelera y el centenario del Ballet Estable.

Por último, también es para mencionar la proyección de ilustraciones del Siglo XIX sobre teletas para dar inicio a los dos actos, planteando escenarios, vestuarios y posturas corporales de la época. Cada una de estas acciones dan visibilidad al trabajo de un teatro fábrica comprometido con el siglo XXI. Este auspicioso inicio de temporada sopla un aire fresco sobre la relación entre el público y el Ballet Estable.