En 2024, el gobierno de Javier Milei llevó adelante una reducción del gasto público que alcanzó el 27,6% interanual. Dos rubros explicaron la mitad del ajuste: la obra pública y las jubilaciones. En el caso de los haberes previsionales, luego de la licuación que sufrieron tras la aceleración inflacionaria de fines de 2023 y principios de 2024, el Gobierno decidió modificar por Decreto (274/2024) la fórmula de movilidad y actualizar mensualmente en función de la inflación de dos meses atrás. Así, por ejemplo, en abril de 2025, las jubilaciones se incrementarán 2,4%, correspondiente a la inflación de febrero. La nueva fórmula de movilidad tiene al menos dos implicancias.
Por un lado, si bien el Decreto 274/2024 permitió recuperar parte del poder adquisitivo perdido, mayormente porque otorgó una recomposición de 12,5% inicial, la fórmula anterior (sancionada por la Ley 27.609 y dependiente de la evolución de la recaudación de ANSES y de las variables salariales), en el tiempo, hubiera sido superadora para los haberes, y se la eliminó intencionalmente antes de que se produjeran las mejoras. Así, en marzo de 2025, la jubilación mínima (sin bono) se ubicó en 279.122 pesos, mientras que, con la fórmula anterior, hubiera sido de 356.962 pesos, es decir, 27,9% superior.
Por otro lado, hacia adelante, una fórmula atada a inflación y con actualización mensual, evita que los haberes pierdan poder adquisitivo (siempre y cuando haya inflación a la baja) pero, a la vez, torna imposible una recuperación. Es decir, el poder de compra de los haberes quedará virtualmente congelado en este nivel, muy bajo en términos históricos y sin perspectiva alguna de mejora.
Ajuste sobre los jubilados
Pese a la nueva fórmula, los jubilados no dejaron de constituirse en variable de ajuste, centralmente por tres aspectos.
En primer lugar, por el congelamiento del bono para quienes perciben la mínima. Desde marzo de 2024, el bono permanece en 70 mil pesos, perdiendo mes a mes poder adquisitivo. De haberse actualizado con el mismo criterio del haber, el bono debería ser en abril más del doble (148.815 pesos). Es decir, le niegan a los jubilados de la mínima 78.815 pesos mensuales.
Esto implica que, mes a mes, las jubilaciones mínimas (sumando haber y bono) no aumenten al ritmo de las jubilaciones ubicadas por encima. Por ejemplo, en abril, como señalamos anteriormente, las jubilaciones que no perciben bono aumentarán 2,4%. Sin embargo, quienes perciben la mínima sólo verán incrementada su jubilación (con bono incluido) un 1,9%. En el análisis punta a punta, mientras los haberes (sin bono) aumentaron 112,6% desde marzo de 2024 a abril de 2025, el consolidado haber+bono se incrementó sólo 74,0%.
Por eso, cuando analizamos cómo fue la evolución de los haberes en el último año y medio, encontramos una diferencia sustancial entre quienes perciben la mínima y quienes no: en el trimestre febrero-abril de 2025, el poder de compra de las jubilaciones mínimas con bono se ubica 13,8% por debajo del último trimestre del gobierno anterior (septiembre-noviembre de 2023), mientras que las jubilaciones que no están alcanzadas por el bono, se mantienen 1,9% por debajo de dicho trimestre. Es importante señalar que la comparación trimestral es la adecuada metodológicamente dada la dinámica de actualización de la fórmula anterior, esto es, con periodicidad trimestral.
En segundo lugar, el ajuste sobre los adultos mayores se continúa a través del PAMI y su política de medicamentos. Luego de reducir el vademécum, esto es, la canasta de medicamentos cubiertos por PAMI, en al menos 55 drogas, en diciembre de 2024, se obligó a los afiliados a realizar un trámite virtual y se restringieron los criterios para acceder a la gratuidad: quienes cobren más de un haber mínimo (es decir, 429.000 pesos), o tengan un auto de menos de 10 años de antigüedad o dos propiedades inmuebles o estén afiliados a una prepaga, ya no contarán con la cobertura de 100% para sus medicamentos, sino que deberán abonarlos. Esta reducción de la cobertura se da en un marco en el cual aquellos medicamentos incluidos en la canasta PAMI aumentaron muy por encima de las jubilaciones.
En tercer lugar, el ajuste en 2025 se efectivizará sobre los “nuevos jubilados”, ya que el Gobierno decidió no prorrogar la moratoria previsional, que finalizó el 23 de marzo pasado. Esta política pública le permitía jubilarse a aquellas personas que habían alcanzado la edad suficiente, pero sus empleadores no habían realizado los aportes correspondientes.
A diciembre de 2024 (último dato disponible), sólo 1 de cada 10 mujeres en edad cercana a jubilarse (entre 55 y 59 años), y, sólo 2 de cada 10 varones en edad cercana a jubilarse (entre 60 y 64 años) cuenta con 25 años de aporte o más. Esto significa que, a partir de ahora, 8 de cada 10 varones y 9 de cada 10 mujeres deberán conformarse con una PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor).
Pensión universal vs jubilación
Las diferencias entre una jubilación y la PUAM son significativas. Primero, en términos de ingreso, ya que la PUAM representa solamente el 80% del haber mínimo. Además, la PUAM no es pensionable, por lo cual si la persona fallece, sus hijas/os a cargo o cónyuge no contarán con ese ingreso supletorio. Asimismo, la PUAM no es compatible con una pensión por fallecimiento del cónyuge.
Por último, la PUAM implica en los hechos un aumento en la edad de acceso a una prestación previsional para las mujeres, ya que a la jubilación con moratoria podían acceder a los 60 años y para acceder a la PUAM deberán esperar a los 65 años.
Resulta al menos contradictorio que un Gobierno que en 2024 condonó deudas impositivas vía moratoria y perdonó la evasión fiscal a través de un blanqueo de capitales, castigue a los adultos mayores eliminando la moratoria previsional.
Finalmente, es necesario abordar la cuestión de la medición de la inflación actual y la negativa del Gobierno de Milei de actualizar la canasta con la cual se realiza dicha medición. Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), venimos señalando la trascendencia de este asunto, y días atrás la discusión llegó incluso al portal internacional de noticias Bloomberg, que se refirió a la “distorsión” del índice por el uso de una canasta “obsoleta”.
De utilizarse una canasta más actual -y por ende más representativa- de los consumos de los hogares argentinos (basada en la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares de 2017/8), en vez de la que se aplica actualmente (que data del 2004/5), la inflación acumulada de la presidencia de Milei sería de 213,8%, 9,7%, o 27,8 puntos porcentuales, superior a la que mide el INDEC (186,0%).
Si medimos el ajuste sobre los adultos mayores utilizando este índice de inflación, la pérdida del poder adquisitivo de los haberes fue aún mayor a la indicada anteriormente: la mínima (con bono) se derrumbó 21,4% y los haberes que se ubican por encima de la mínima se desplomaron 10,6%.
*CEPA