Bastante antes de que un presidente argentino prometiera que en cuatro décadas el país sería Irlanda, Pángur ya hacía música celta, aunque las melodías ancestrales que originan su repertorio no se limitan a la isla occidental de Gran Bretaña porque también abrevan en Escocia. Con base habitual en Lago Puelo, el dúo que integran Andi Grimsditch y Hugo Leiva se presentará el próximo domingo (6 de abril) desde las 19 en el CAMBA, rito que acostumbra a renovar unas dos veces por año.
Más allá de modas estéticas y referencias presidenciales sin profundidad, Pángur sustenta su propuesta en las viejas canciones que siguen “vivas gracias a la tradición oral y a la investigación de fuentes antiguas”, dice la información que los músicos hicieron llegar a El Cordillerano. En la interpretación, Grimsditch toca guitarra con afinación DADGAD y, además, canta, mientras que Leiva -oriundo de Chile- ataja todo lo que le tiren: arpa celta, gaita irlandesa, flautas, dulcimer montañés, rabel, acordeón y también canta.
La música de Pángur “se sumerge en la vasta herencia cultural de los pueblos celtas incorporando un cariz propio, manteniendo viva una musicalidad arraigada en las vivencias populares cuya identidad se ha forjado y resistido durante siglos”, destaca el adelanto. No está de más traer a colación que entre los siglos XVI y XVII Irlanda sufrió procesos de colonización que redundaron en beneficio de Inglaterra. La prohibición de hablar gaélico en espacios públicos e instituciones hizo la consabida mella en el quehacer cultural. Por eso los músicos de Puelo hablan de resistencias centenarias.
En los meses que pasaron, “hicimos conciertos chiquitos en la Comarca (del Paralelo 42), además de una gira por Cipolletti y Neuquén. Después, pudimos viajar a la costa: Gaiman y (Puerto) Madryn (Chubut), así que salimos un poquito de nuestro nicho de acá”, le dijo al cronista Andi Grimsditch. También hubo novedades en el frente discográfico: “grabamos Florcita de arrayán, un poema de (la cantora mapuche) Anahí Mariluan al que le puse música. La idea es subir el mes que viene un par de temas a Spotify, entre ellos, Florcita de arrayán”.
Grimsditch y Leiva.
De ancestros irlandeses en parte de su familia, el músico hizo caso omiso a las referencias presidenciales de aproximadamente, un año atrás. “No suelo escuchar a la cosa que está ahí arriba”, disparó el músico. “Cualquier referencia a cualquier país que haga, sea Afganistán o Irlanda, me da lo mismo”, insistió. Quizás haga falta recordar que todas maneras, Javier Milei no se refería al intenso patrimonio cultural irlandés, sino a un par de números de la macroeconomía que igualmente, fueron cuestionados por conocedores de la realidad económica irlandesa.
Nuevos y clásicos
Pángur se concentra en otro tipo de cuestiones. “Generalmente, cuando vamos al Camping (Musical Bariloche, ahora CAMBA en su ámbito de espectáculos) tratamos de presentar temas nuevos, porque la música popular no es como la académica, en la que el tema está en la partitura y ya está. Es así, se ensaya y se toca. En cambio, la música popular es mucho más orgánica, entonces cuando escuchamos un tema que nos gusta, vemos si, por ejemplo, podemos incluir arpa o en qué tono cantar, si hacemos una inflexión o si acortamos los versos”, ilustró el músico.
En definitiva, “hay un montón de decisiones o arreglos que uno hace y un tema se amasa por bastante tiempo, mucho más que una orquesta que agarra las partituras, ensaya tres semanas y sale a tocar. Para ellos (los músicos académicos) renovar repertorio es algo muy común”. Para la cita del domingo, “nosotros tenemos dos o tres temitas nuevos, más o menos en la misma línea, aunque esta vez tenemos uno de Jethro Tull como para salir para otro lado (risas)”.
No obstante, “en general vamos a hacer temas del repertorio antiguo con la idea de recuperar los que tienen dulcimer, ese instrumento un tanto raro que toca Hugo, una especie de guitarra alargada, finita y chica. Podemos decir que son viejos hits de nuestro repertorio”, bromeó Grimsditch. La música de Pángur se caracteriza por la presencia de “una gama de climas sonoros” que evocan “desde las ensoñaciones poéticas de los bardos hasta las historias de amor y exilio, desde la exaltación heroica de las batallas a la vida sencilla y bucólica del aldeano del pueblo”.
También está presente “la reminiscencia de la naturaleza, que nos contiene en su multiplicidad de manifestaciones”, dice la carta de presentación del dúo. Como se trata de gente tan respetuosa de ciertos pasados, no puede sorprender que todavía en 2021 alumbrara un disco compacto hecho y derecho: “Pitranto”. Desde ya, también puede escucharse en plataformas digitales, al igual que varios de sus simples. Los formatos pasan, las antiguas tradiciones musicales de origen celta quedan.