Trump podría anunciar aranceles más agresivos de lo esperado

0
10

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, baraja anunciar el miércoles una batería de aranceles más agresiva de lo que había sugerido en días previos, incluyendo la opción de un impuesto aduanero generalizado del 20 por ciento, según medios estadounidenses. Luego del acero y el aluminio y antes de los automóviles, Trump se prepara para anunciar tarifas aduaneras “recíprocas” que cambiarán las reglas del juego del comercio mundial.

“Día de la Liberación”

El diario The Wall Street Journal, citando fuentes cercanas al tema, dijo este lunes que las conversaciones en el seno de la administración Trump se aceleraron para determinar cuál será exactamente el alcance del nuevo paquete de gravámenes que el presidente quiere presentar el 2 de abril, jornada que bautizó como “Día de la Liberación”, y que la posibilidad de cargar con un arancel del 20 por ciento a todos los socios comerciales de EE.UU. está sobre la mesa.

La opción de gravar indiscriminadamente con un 20 por ciento todas las importaciones que entren en territorio estadounidense rompería con la idea que apuntó el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sobre castigar principalmente a los 15 socios comerciales (a los que llamó los “15 sucios”) de EE.UU. con mayores superávits con respecto a la primera economía. Sea cual sea el paquete anunciado, un funcionario citado por el diario económico aseguró que Trump quiere que lo presentado resulte “grande y simple”.

The Washington Post indicó a su vez el fin de semana que Trump pidió a sus principales asesores un anuncio más agresivo en el terreno arancelario para el 2 de abril, lo que contrasta con comentarios que realizó la semana pasada, indicando, por ejemplo, que sería más “generoso” con aquellos países que tienen superávits comerciales y que según él se “aprovechan” de Estados Unidos.

Los mensajes equívocos que se envían desde Washington están aumentando además la inquietud en los mercados, con caídas generalizadas este lunes en Asia y Europa o aperturas en rojo del Nasdaq y el S&P 500). Más tarde el propio Trump buscó bajar la espuma y dijo desde el Despacho Oval: “Seremos benévolos en comparación con lo que otros países hacen”.

El magnate republicano anunciará el miércoles una nueva tanda de aranceles en un gran evento en la Rosaleda de la Casa Blanca, donde estará acompañado de todo su gabinete, adelantó este lunes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. “El presidente anunciará un plan arancelario que revertirá las prácticas comerciales desleales que han estado estafando a este país durante décadas. Lo hace en el mejor interés del trabajador estadounidense”, explicó Leavitt frente a los medios de comunicación en la Casa Blanca.

Las represalias de otros países y bloques

Se espera que este martes Trump reciba un informe detallado sobre los principales socios comerciales de Estados Unidos. El plan preciso sigue siendo un misterio, como la amplitud de la respuesta de los países en la mira. China, Japón y Corea del Sur afirmaron que están listos para “acelerar” las negociaciones para un “acuerdo de libre comercio trilateral” y reforzar su cooperación.

Los ministros de los tres países a cargo de la Industria y el Comercio se reunieron el domingo en Seúl, en un encuentro en el que se acordó la creación de “un entorno predecible de negocios e inversiones”, según un comunicado conjunto. El gobierno chino ya impuso dos paquetes de aranceles a los productos de EE.UU. que oscilan entre el 10 y el 15 por ciento y afectan a mercancías como petróleo, gas, carbón, algodón y productos agrícolas y ganaderos.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, consideró este lunes que Europa se encuentra ante “un momento existencial”. “Él lo llama ‘Día de la Liberación’ en Estados Unidos pero yo lo veo como un momento en el que debemos decidir juntos cómo tomar mejor las riendas de nuestro destino y creo que es un paso hacia la independencia”, declaró Lagarde a la radio France Inter.

La Comisión Europea (CE) aplicará aranceles graduales sobre importaciones de productos estadounidenses valuados en 28 mil millones de dólares en respuesta a los gravámenes impuestos por EE.UU. a sus exportaciones de acero y aluminio. Aunque al principio articuló la respuesta en dos fases, el 20 de marzo pasado Bruselas anunció que aplicaría todas sus contramedidas a partir de mediados de abril.

A partir del 3 de abril, Estados Unidos prevé además imponer un 25 por ciento de aranceles a los vehículos fabricados fuera del país. La decisión afecta en particular a Canadá y México, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), y donde los fabricantes estadounidenses tienen plantas. Como hay que tener en cuenta que cada nueva medida se acumula a la anterior, los vehículos chinos, por ejemplo, serán objeto de aranceles más altos que los europeos, por el momento.

El gobierno canadiense grava desde el 13 de marzo con aranceles del 25 por ciento a una serie de productos estadounidenses valorados en 20.700 millones de dólares, entre ellos ordenadores, herramientas y acero. Estos aranceles, con los que Canadá responde a los gravámenes estadounidenses al acero y al aluminio, se suman a los que ya aplicaba desde principios de marzo sobre productos valorados en 30 mil millones de dólares canadienses. México insiste en que negocia para evitar que entren en vigor las tasas y que esperará a ver cómo se concretan los de EE.UU. para responder.

Para Trump esta guerra comercial sirve para financiar al menos en parte los recortes de impuestos que quiere aplicar a los estadounidenses mientras mantiene, teóricamente, el sistema de pensiones y de salud de las personas mayores, al igual que los gastos militares. En su lógica, el aumento de los precios provocado por las tarifas aduaneras es compensado por un mayor poder adquisitivo, gracias a una menor presión fiscal, y por la baja de ciertos costos a partir de su política a favor de las energías fósiles.