Yerba Buena ¿se viene otro by pass para el canal Caínzo?

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El canal Caínzo, que durante décadas fue un pequeño derivador de las aguas de la zona alta de Yerba Buena hacia el sureste, construido en medio de cañaverales en la zona límite entre la “ciudad jardín” y Cebil Redondo, de pronto se convirtió en una construcción que resultaba complicada para el explosivo crecimiento urbano al extremo norte de la avenida Perón. 
Hace cinco años en una curva cercana a la entrada del Barrio Alto Verde el canal, en un agujero de 25 metros de profundidad, ya se estaba devorando el camino de sirga, por donde circulaban a diario cientos de vecinos de los barrios cerrados y hasta ómnibus. Tres años antes había fallecido un ciclista que se cayó al barranco. Y en marzo de 2015, durante una tormenta muy fuerte, el agua que transportaba había alcanzado tal potencia que unos kilómetros más abajo (a la altura de la barriada Ciudad Oculta), se desbordó y levantó el pavimento de una cuadra completa.
En 2020 el entonces secretario de Planificación de Yerba Buena, Dino Alfieri, dijo que todos esos barrios nuevos, ubicados en Cebil Redondo pero con acceso sólo hacia Yerba Buena, habían quedado “muy descolgados” y renegó porque “un inversor no puede decidir hacer un barrio y un municipio ir por detrás con calles, cloacas y desagües; muchas veces no hay fondos”.

 

En esos días se sucedieron sustos y protestas vecinales, y angustias y desencuentros entre autoridades y emprendedores de barrios, porque la zona continuó urbanizándose mientras el canal seguía deteriorándose: ya los expertos decían entonces que su estructura, pensada para las necesidades de hace décadas, estaba superada por el crecimiento urbano. ¿Hacerlo de nuevo, más amplio? Imposible. Ya estaba rodeado de barrios. ¿Con qué plata?
En 2019 la Dirección Provincial del Agua (DPA) tenía planificada la reconstrucción del Caínzo. La obra de atenuación estaba valuada en $ 2.200 millones de entonces. La solución que se encontró fue hacer un by pass a la calle de acceso a los barrios para que los vehículos no pasaran por la curva del peligro. Y para atenuar, unas lagunas de laminación -mencionadas por el ingeniero Claudio Bravo hace días- que, según se sabe, no tienen mantenimiento.

El mantenimiento de canales, por cierto, se limita a la limpieza con los planes prelluvia. Eso, según dijo el gobernador Osvaldo Jaldo, fue decisivo para que la emergencia derivada de la intensa lluvia de comienzos de marzo no causara daños mayores. ¿Fue por el plan prelluvia o por suerte? Los canales que bajan desde el piedemonte hacia el sureste llegan con deterioro y losas rotas hacia el sobresaturado Canal Sur, que tiene el 30% de su estructura dañada, sobre todo en el sector entre avenidas Roca y Alem. Sin olvidar la zona afectada en estos días a la altura del Camino del Perú entre Mendoza y San Juan. Cerca de allí desemboca el canal Caínzo. Los canales adolecen, además de problemas como el vandalismo y la basura que arrojan vecinos desaprensivos, conexiones ilegales y descargas de líquidos cloacales.