“Se pueden perder 60 mil puestos de trabajo”

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La industria textil, según los últimos datos del INDEC, está en apenas un 34 por ciento del uso de la capacidad instalada. Este cuadro no exceptúa a la provincia de Buenos Aires, donde tiene su fábrica Marco Meloni. “Es la más baja de toda la tira industrial”, subraya sobre los datos oficiales. 1advierte que a esta problemática se le agrega la apertura de importaciones por parte del gobierno nacional, lo que pone en riesgo 60 mil puestos de trabajo.

El empresario textil bonaerense critica la última decisión anunciada por el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, que redujo los aranceles para la importación de ropa y calzado terminado en 15 puntos. Pasó del 35 por ciento al 20.

“Ya llevamos entre 10 y 12 mil puestos de trabajo oficiales perdidos y, estimo, otro tanto en el informal”, sostiene Meloni. “Con esto que están haciendo, donde se suma el dólar planchado y la apertura de importaciones, en 4 años vamos a perder 60 mil puestos de trabajo, teniendo en cuenta que ya cerraron más de 12 mil pymes en un año, cuando con Macri fueron 26 mil en 4”, dice y compara el fabricante de ropa.

Este reclamo es coincidente con el de Industriales Pymes Argentinos, entidad que preside Daniel Rosato y Meloni integra. “Los empresarios, tanto locales como extranjeros, necesitan reglas claras y predecibles, porque sin seguridad jurídica es imposible atraer inversiones que generen empleo y desarrollo”, explica el dirigente empresarial.

“Este cambio sólo pone dudas en el mercado, porque ahora son los textiles y el calzado, dos sectores de mano de obra intensiva y claves para el desarrollo económico, pero después puede ser cualquier otro rubro el afectado por los cambios imprevistos”, apunta Rosato, quien también tiene una papelera en el Parque Industrial de Berazategui.

Este contexto tuvo una nueva demostración en datos. A las constantes publicaciones del Ministerio de Economía provincial que muestran la contracción de la actividad económica bonaerenses, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial publicó que Argentina fue el país con mayor contracción en la producción industrial a lo largo de 2024.

Según el informe de Misión Productiva, la caída fue en torno al 9,4 por ciento, lo que ubicó al país en el último puesto de los 79 países analizados. Se ubicó exactamente debajo de Togo, en un ránking que tuvo como principales países en crecimiento de este eje a Ruanda, Ucrania y Taiwán.

No cierran los costos

Meloni señala que uno de los principales problemas que tiene la industria textil nacional son los costos dolarizados de una enorme porción de sus materias primas. Detalla que ya no existen fábricas de anilinas en el país, ni de acrílicos, lino o lycras. “Lo único que se hace en Argentina es la fibra de algodón, pero que también está dolarizada por el precio de Chicago”, indica.

El listado no se queda ahí. El empresario señala que, en su cadena de valor, tiene más de cien empleados, pero que el costo que más creció fue el de los servicios. “En el último año, el promedio entre agua, luz y gas da casi un 150 por ciento de aumento en dólares”, asegura. “La logística se incrementó mucho más producto de los aumentos constantes de la nafta y los peajes”, afirma Meloni.

Lo mismo sostiene Rosato desde IPA. “En una economía abierta como la que propone el Gobierno, bajar nuestros costos en dólares es clave. pero para eso necesitamos no sólo estabilidad cambiaria, sino también un plan económico claro que genere confianza”, dice.

Además, ambos combaten el criterio del gobierno nacional para hablar de competitividad. Sucede que en el tuit mediante el cual Caputo anunció las nuevas la reducción de aranceles tiene como objetivo “bajar los precios locales y aumentar la competencia, vamos a rebajar los impuestos a la importación de ropa, calzado y telas”.

“Somos 5 mil textiles, mil talleres y 5 mil marcas, donde más del 50 por ciento de lo que se vende ya es importado, entonces me pregunto por qué no le rompen las bolas a Edesur que tiene todo, o a los cuatro o cinco que tienen la nafta, o al único que tiene el 80 por ciento de la producción de leche, en vez de romperme las bolas a mí que tengo un diferencial de 20 a 1”, lanza Meloni. A su vez, trae a la conversación que, entre 2022 y 2023 “ya hubo récord de importaciones y los precios nunca bajaron”.

A su juicio, la decisión del gobierno de Javier Milei tiene dos motivos: “uno intencional y el otro por ignorancia”. “El primero es sólo hacer demagogia libertaria porque el tema de la ropa está en boca de todos”, sostiene. Pero aquí hace hincapié en que la sociedad tiende a evaluar los precios de la ropa según los locales de los shoppings que “solo significa el 6 por ciento de la venta nacional porque solo hay 240 shoppings en el país”.

“De ese 6 por ciento, el 70 por ciento es importando, por lo que si Manuel Adorni habla de casta textil solo lo hace para caer bien en la gente”, subraya.

Meloni asegura que, en su planta, fabrica pantalones que se venden en 14 mil pesos, así como hay otros de más de 120 mil. “Si el shopping baja el precio lo hará entre un 2 y un 2 por ciento, nada más, acá el tema de fondo es que no quieren un país industrializado”, resalta.

 

Como segundo motivo, el empresario textil toma a la “desesperación”. “El motivo por el que el gobierno nacional puede retener votos es diciendo que manejó la inflación, algo que va por fuera de lo ideológico, entonces no le importante reventar la industria para sostener un número que, de todas maneras, en febrero subió”, indica.