Brasil, las SAD y la búsqueda de un protagonismo perdido a nivel selecciones

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La imagen triste que dejó el seleccionado brasileño de fútbol el martes último en la cancha de River, luego de la derrota por goleada ante Argentina, tiene derivaciones que van más allá de lo que puede ser un mal partido por las Eliminatorias Sudamericanas. La historia de esa Selección está repleta de gloria, con cinco títulos del mundo como carta de presentación. Sin embargo, el presente que atraviesa es preocupante, y los argumentos radican en su competencia interna principalmente.

Las Selecciones nacionales y su éxito deportivo suelen estar relacionados directamente a la calidad de sus planteles, en donde hay una diferencia: entre naciones no existe el mercado de jugadores. El elemento central es la cantidad de profesionales que tiene cada país jugando alrededor del mundo, lo que le otorga a cada conjunto múltiples variantes técnicas, y opciones a la hora de la conformación del seleccionado. Sin un mercado de futbolistas a nivel Selecciones, el capital más importante pasa a ser la formación y promoción de jugadores. Argentina es, en este sentido, un ejemplo a nivel mundial.

La exportación de jugadores

El Observatorio de Fútbol CIES (Centro Internacional de Estudios del Deporte) realizó un informe en 2024, que fue publicado por el sitio tacticadeporte.com.ar, y éste ofreció que Argentina fue el tercer país en el mundo con mayor cantidad de jugadores masculinos jugando fuera de su nación, por detrás de Brasil y Francia.

La diferencia entre los tres primeros con el resto de los países del ranking es abismal, y cada uno lidera la exportación de jugadores en confederaciones diferentes: Francia es líder exportando jugadores al resto de Europa: 948. Brasil encabeza la exportación a Asia: 410 (lo sigue Francia con apenas 48). Argentina es líder exportando jugadores al resto de Latinoamérica: 518 (lo sigue Uruguay con 202).

El mercado de jugadores a nivel mundial no solo permite colocar un mayor número de futbolistas en el máximo nivel competitivo, sino que además promueve la aparición constante de nuevos jugadores o promesas en los clubes nacionales que vienen a reemplazar las ventas al extranjero.

Raphinha fue muy cuestionado en su país luego de la derrota. Imagen: EFE

Las últimas tres ediciones del Mundial (2014, 2018, 2022) exhibió que tanto Francia como Argentina (en el podio de países exportadores) disputaron dos de las tres finales que se jugaron, lo cual se explica en equipos altamente competitivos producto de la masiva aparición de futbolistas en sendos países. De todas maneras, en la lista de los tres países con mayor cantidad de jugadores jugando en el exterior, aparece Brasil en el podio.

¿Por qué la Selección Brasileña no tuvo el mismo nivel que Argentina en los últimos tres mundiales? La explicación puede encontrarse en un fuerte retroceso en la cantidad de jugadores exportados en los últimos cinco años. Si bien Brasil continúa siendo el país con más jugadores en el extranjero, si se observa el top-ten de los países que más crecieron en la exportación de jugadores en los últimos años, el cinco veces campeón mundial cae de un primer puesto en la general en 2020, al octavo lugar en 2024, siendo incluso, el país que menos crece en este aspecto en términos porcentuales. Y se ubicanademás, en cantidad, por detrás de países como Suecia y Ghana, y superando apenas en número a estados como Japón y Colombia (finalista de la última Copa América).

La situación futbolística que atraviesa Brasil a nivel selecciones, se explica cuando se repasan los principales cambios que sufrió el fútbol de ese país en el último tiempo.

¿Qué cambió en el fútbol brasileño?

Brasil, en los últimos cinco años, atravesó un fuerte incremento de futbolistas extranjeros disputando la primera división, debido a la ampliación del cupo permitido. El Brasileirao pasó de tener un tope de cinco en 2021, a siete en 2023 y nueve en 2024. Con estas modificaciones, la cantidad de extranjeros pasó de representar el 8,5% del total de quienes disputan el Brasileirao en 2019, al 21,4% actual.

El campeonato, en los últimos cinco años, duplicó la cantidad de extranjeros. Esta situación implica no sólo un relegamiento de jugadores brasileños en el ámbito del fútbol local, sino que, además, una caída en la cantidad de futbolistas exportados producto de la reducción de la “vidriera” de jugadores.

Los cambios en el cupo de extranjeros están sostenidos, en gran medida, por el desembarco de las Sociedades Anónimas y capitales privados, que le permitieron al fútbol brasileño incorporar mayor cantidad de futbolistas de otros mercados. La modificación provocó varias consecuencias:

-En primer lugar, se puede destacar un importante crecimiento en el nivel competitivo de los equipos de ese país. La alta competitividad no sólo se refleja en la paridad de los torneos internos, sino que se traslada al ámbito internacional, donde los equipos brasileños ganaron protagonismo, sobre todo en la Copa Libertadores de América: las últimas seis finales las ganaron equipos brasileños y en cuatro de ellas ambos finalistas fueron de Brasil.

Dorival Júnior dejó de ser el entrenador de Brasil. Imagen: AFP

-En segundo lugar, hay un retroceso grande en el mercado exportador de jugadores. Brasil pasó de ser el primer exportador mundial en 2020 (con un 35% más que su perseguidor, Francia), a ocupar el octavo lugar de los que más crecieron entre 2020 y 2024. La caída en la cantidad de jugadores vendidos en los últimos años es enorme, lo que se traduce a nivel selecciones en menos capacidad de recambio en comparación a sus posibilidades históricas.

-La cantidad de jugadores brasileños no solo se redujo en términos de porcentaje en el extranjero, sino también al interior. En 2020, la proporción de extranjeros en el Brasileirao no llegaba al 10%; cuatro años más tarde, ellos superan el 20%. Esto significa, aproximadamente, 75 jugadores brasileños menos disputando el Brasileirao.

A fines de 2021 se promulgó la Ley 14.193 (Ley de Sociedades Anónimas del Fútbol), en un contexto de creciente competitividad del dólar. Para los brasileños, el tipo de cambio, comparado con otros países de la región, se encontraba en una estabilidad que le permitió en los años sucesivos realizar contrataciones de jugadores de alto nivel con mayor facilidad. A partir de una apreciación del real y el acceso a un “dólar barato”, el Brasileirao incorporó figuras como Hulk, Paulinho, Payet, Coutinho, Depay y Thiago Almada, entre otros.

La situación económica que atravesó ese país durante los últimos años, es similar a lo que ocurre actualmente en Argentina, donde un “dólar barato” le está permitiendo a los clubes locales realizar mayores y mejores incorporaciones que en mercados anteriores y, a su vez, sostener a sus figuras a base de salarios competitivos con la región.

El momento macro parece estar llegando a su fin en Brasil, donde la depreciación del real (acumuló una pérdida del 27,35% contra la moneda estadounidense en 2024) está dando lugar a un dólar cada vez más caro, que se traduce en mayores dificultades a la hora de afrontar los salarios de sus planteles actuales.

El ejemplo de esto es lo que sucedió con algunos futbolistas del Botafogo que, una vez que consiguió la Copa Libertadores, su dueño decidió migrar a aquellos con contratos más altos hacia el fútbol francés. La versión deslucida de Brasil en el estadio Monumental, que desembocó en el despido del técnico Dorival Júnior, se puede comprender con esta situación que los perturba.