El rapero y b-boy Jawad Saberi y la rapera y freestyler Erika Dos Santos, protagonizaron el pasado 5 de marzo un evento musical en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El encuentro entre artistas y alumnado puso de manifiesto el potencial transformador del hip hop, no sólo como estilo musical, sino también como canal de reivindicación y comunidad de acogida.
Jawad forma parte del dúo de rap AK-13 y del grupo de break dance Superiors Crew. Es originario de Afganistán, vivía y estudiaba biotecnología en Kabul, hasta que en 2021 tuvo que huir junto con su equipo de la persecución de los talibanes. Ahora vive en España y sigue rapeando y bailando, aunque cuenta con menos tiempo para ello. “Ahora lo hago muy poco, porque tengo que aprender el idioma, ir al trabajo y hacer mi vida desde cero, pero cuando estaba en Kabul estaba todo el día en el estudio” contó durante el encuentro. Actualmente colabora con el Comité español de ACNUR en la campaña #BreakForHope, destinada a que el alumnado de primaria, secundaria y bachillerato conozca la realidad de personas desplazadas forzosamente como él.
Jawad durante el evento en la universidad. Fotografía: Gema Checa.
Erika es madrileña, pero también tiene raíces en Cabo Verde, de donde es su familia. Fue la primera mujer en llegar a la fase final de las batallas de gallos de Red Bull, una de las competiciones de freestyle rap de habla hispana más importantes del mundo, donde las y los artistas ponen a prueba su ingenio y capacidad de improvisación. Hasta que Erika llegó a esta fase de la competición, esta se llamaba “El último hombre”, algo que cambió con su entrada en la semifinal, pasando a llamarse “La última oportunidad”. Sus letras hablan de su barrio (San Cristobal), de antirracismo, de salud mental y de igualdad. Además de hacer música, Erika imparte talleres de freestyle a niños, niñas y jóvenes en todo tipo de espacios, ya sean colegios, institutos, universidades o centros de menores.
Tanto Erika como Jawad, trasladan sus mensajes y reclamaciones a través del rap. En sus canciones comparten lo que piensan y su voluntad de cambiar el mundo. En el evento de la UCM, que giró en torno a la idea de la música como refugio, pudimos conversar con ellos acerca de las cosas que les hacen sentir acogidos, de cómo empezaron a hacer música y a bailar, del hip-hop y de los retos que han encontrado en sus trayectorias.
Una de las primeras cosas que Jawad hizo tras asentarse en Madrid fue ponerse en contacto con otras personas del mundo del hip-hop. En ellas encontró una comunidad de acogida y, en sus propias palabras, dejó de sentirse una persona refugiada. Y es que para él un “refugio no es un espacio físico, es un lugar donde puedes ser tú mismo, sin miedo al rechazo”.
Para Erika, aunque no siempre ha sido bienvenida en algunos espacios por el hecho de ser mujer, la música también ha sido un refugio y es una parte fundamental de su vida. “Quiero que la música, de una manera o de otra, esté el resto mi vida (…) Creo que la música, de una manera o de otra, me ha llegado a salvar, así que no es algo que tenga en mis planes dejar ” compartió durante el evento.
Erika Dos Santos dinamiza un juego de improvisación con el alumnado. Fotografía: Gema Checa.
Además de poder conversar con los dos artistas, pudimos verlos actuar e interactuar con el público. Erika realizó varios juegos de improvisación con el alumnado, y Jawad protagonizó una exhibición de baile acompañado de Roberto Manzano, más conocido como Roborob Funklover, el primer bailarín que conoció tras su llegada a Madrid.
Jawad y Roberto durante su actuación en el evento. Fotografía: Gema Checa.
Este evento se celebró a modo de inauguración de un espacio de sensibilización que se ha instalado recientemente en la segunda planta de facultad de Ciencias de la Información de la universidad, promovido por el Comité español de ACNUR. Este “rincón”, que está concebido como un espacio de encuentro, ha sido diseñado por alumnado universitario y personas refugiadas en el marco de la campaña “¿Cuál es tu refugio?”, cuyo objetivo es ampliar el imaginario colectivo sobre asilo y refugio a través de las voces de las personas refugiadas y de la reflexión sobre aquellas cosas que nos hacen sentir acogidas e incluidas a todas las personas.
El espacio de sensibilización disponible en la segunda planta del edificio.
El espacio alberga distintos materiales sobre asilo y refugio y puede ser utilizado libremente por el alumnado, además de estar abierto a las distintas asociaciones de la universidad para realizar actividades sobre asilo y refugio. Este es el primero de 7 espacios que se instalarán en distintas universidades españolas, en el marco del proyecto de Incidencia y Educación para la Ciudadanía Global “No dejes a nadie atrás: Nuevas Narrativas para la inclusión en la universidad”, invitando al alumnado a hacer uso de ellos, reflexionar sobre el asilo y el refugio y promover iniciativas que fomenten la inclusión y la convivencia en el espacio universitario.