El expresidente brasileño Jair Bolsonaro volvió a negar este domingo que el asalto a Brasilia de enero de 2023 haya sido un intento de golpe y defendió ante miles de manifestantes una amnistía para los implicados en esos sucesos, que podría beneficiarlo a él mismo. El líder de ultraderecha, acusado por la Fiscalía de haber orquestado la asonada del 8 de enero de 2023 contra el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que entonces tenía solo una semana en el poder, afirmó que esa “historia del golpe” fue inventada y que ahora él debe probar que es inocente.
La manifestación fue realizada en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, y congregó a miles de personas, muy lejos del “millón” de seguidores que esperaba el bolsonarismo. El dirigente de extrema derecha, que presidió Brasil entre 2019 y 2022 llegó alrededor de las 10 horas locales al estrado, abriéndose paso entre manifestantes vestidos de verde y amarillo, los colores de Brasil. En el escenario un cartel mostraba al presidente estadounidense Donald Trump con el puño en alto, después del ataque que sufrió en julio durante la campaña electoral en Pensilvania.
“Preso o muerto”
Bolsonaro aseguró que las acusaciones en su contra responden a que lo “quieren preso o muerto” y que, si los condenados por los hechos del 8 de enero de 2023 recibieron penas de hasta 17 años, es porque a él le quieren aplicar “28 años” de cárcel. El líder de ultraderecha y una treintena de sus colaboradores fueron acusados de planificar ese movimiento y también de haber conspirado antes para impedir la investidura de Lula, que lo había derrotado en las elecciones de octubre de 2022, en unos resultados que nunca reconoció.
La Corte Suprema, responsable del proceso, decidirá si acepta los cargos entre los próximos 25 y 26 de marzo, cuando puede abrir un proceso penal. Bolsonaro también negó las acusaciones de abuso de poder político y económico durante el proceso electoral de 2022, por los que la justicia lo inhabilitó hasta 2030, lo que lo margina de las elecciones de 2026. El expresidente aseguró que esa sentencia “puede ser revertida”, sostuvo que si en 2026 se celebran “unas elecciones sin Bolsonaro serán una negación de la democracia”, y desafió: “Si soy tan malo así, que me derroten en las urnas”.
¿Una amnistía por el 8 de enero?
Bolsonaro insistió en que un proyecto de amnistía que tramita en el Parlamento sólo beneficiaría a los acusados por los hechos de enero de 2023, pero varios diputados del Partido Liberal (PL) declararon que debería ser “amplia, general y sin restricciones”. Si fuera así, podría alcanzar al propio Bolsonaro y liberar su posible candidatura para la presidencia en 2026.
Es una intención que el bolsonarismo no esconde y que este domingo fue de alguna manera confesada por muchos de los participantes en el acto, que coincidieron en que el “único candidato” de la extrema derecha para el año próximo es el expresidente. Entre ellos el senador Flávio Bolsonaro, uno de sus hijos, quien afirmó que su padre “ganará las elecciones” y “derrotará” a los “verdaderos enemigos de la democracia”. Sin embargo también se barajan otras alternativas.
Entre los posibles candidatos figura el gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, quien asistió a la manifestación en Copacabana junto a otros referentes de la ultraderecha. Otro nombre que suena es el del popular cantante Gusttavo Lima. “Por el momento, soy candidato”, reiteró Bolsonaro el miércoles pasado y se preguntó: “¿Por qué debería renunciar a mi capital político para apoyar a alguien?”. El exmandatario sueña con un regreso al estilo Donald Trump, de vuelta en la Casa Blanca a pesar de sus problemas judiciales, y espera que el presidente estadounidense, a quien admira, ejerza “influencia” a su favor.
“Hay que derrotar al alexandrismo”
Durante el acto del domingo, las críticas más duras fueron lanzadas contra el juez Alexandre de Moraes, relator del proceso que puede sentar en el banquillo de los acusados al exmandatario. El juez llegó a ser tildado de “dictador” por algunos oradores y Flávio Bolsonaro instó a los manifestantes a “derrotar al ‘alexandrismo'”.
El líder de la ultraderecha fue más cauto, aunque aclaró que se abstenía de endosar algunas palabras por su actual “circunstancia”. Una clara alusión a la decisión que tomará dentro de 10 días la Primera Sala de la Corte Suprema, que será también la responsable de juzgar al exmandatario en caso de que sean aceptadas las denuncias de la Fiscalía.
El 8 de enero de 2023, miles de bolsonaristas asaltaron y vandalizaron el palacio presidencial, el Congreso y la sede de la Corte Suprema, una semana después de la investidura de Lula. Mientras Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos, sus simpatizantes exigían una intervención militar para derrocar a Lula, quien había derrotado a su líder en las elecciones de 2022.
Esos disturbios son una de las razones que llevaron a la Fiscalía a inculpar en febrero al expresidente por un supuesto plan de golpe de Estado para mantenerse en el poder. Se lo acusa de ser el líder de una “organización criminal” que conspiró durante meses con ese propósito. Podría enfrentar una pena acumulada superior a 40 años de prisión.